Un solitario radical
Una de las pruebas irrefutables de la inutilidad de los premios p¨²blicos, seg¨²n para qu¨¦, es precisamente la que hoy nos proporciona ¨¦ste: Gaya ha realizado en 87 a?os una de las obras m¨¢s puras y exigentes sin haber obtenido ni un solo premio en su vida. Se ha dicho que la generaci¨®n del 27 fue la de la amistad, pero no se suele decir que parte de lo mejor de ella estuvo integrada por quienes llevaron una vida de solitarios radicales, voluntariamente oscurecidos, y as¨ª podemos asegurar que Bergam¨ªn, Cernuda, Mar¨ªa Zambrano, Gil-Albert, Rosa Chacel o el propio Ram¨®n Gaya conocieron los dos destierros, el del exilio y el de sus propios paisanos. Pero como en materia po¨¦tica la justicia es distributiva, hay que pensar que ninguna de ellas habr¨ªa podido llevar a cabo su obra de no haber sido por ese retraimiento que a muchos de ellos les proporcion¨® fama, no siempre real, de r¨ªspidos y "dif¨ªciles".La pintura de Gaya, serena y limpia, no s¨®lo se ha hecho a trasmano, sino a la contra de un siglo epil¨¦ptico en materias art¨ªsticas. "Pintor, uno de los m¨¢s solitarios y hondos que ha dado Espa?a a lo largo de este siglo", dec¨ªa de ¨¦l Juan Manuel Bonet en el diccionario de sus convulsas vanguardias. Y lo mismo podr¨ªamos asegurar de sus libros, tal vez los m¨¢s importantes ensayos sobre arte escritos en Espa?a, como recordaba hace poco Alfonso P¨¦rez S¨¢nchez. El secreto de todo ello ha sido haberle sido fiel al mismo principio: el arte es realidad, la realidad es vida, y la vida s¨®lo tiene sentido si nace de un sentir. ?l mismo lo ha acu?ado en dos frases, una de las cuales lleva a la otra: el sentimiento de la pintura desemboca siempre en la naturalidad del arte. Sentimiento y naturalidad han sido, pues, su permanente magisterio. Por esa raz¨®n le han bastado muy pocas cosas para llevar a cabo una vida como la suya, de perpetua y solitaria errancia. Gaya, casi una sombra de un siglo que ¨¦l est¨¢ llamado a representar como pocos de sus contempor¨¢neos, ha llegado a viejo ligero de equipaje, como les ocurre siempre a los grandes artistas y creadores. Este premio que le han dado a los 87 a?os, y que seguramente aceptar¨¢ con educado escepticismo y una sonrisa, lo confirma.
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