Los escritores comienzan a ser tratados en Hollywood como autores de las pel¨ªculas
La sequ¨ªa de inventiva del cine obliga a buscar novelas para lucir a las estrellas
A falta de guiones propios, Hollywood comienza de forma sistem¨¢tica a buscar pel¨ªculas en los libros. Los estudios est¨¢n gastando millones de d¨®lares en adquirir los derechos de novelas, una inversi¨®n arriesgada que da una idea del hambre de Hollywood por material nuevo. "Reconozc¨¢moslo: los estudios est¨¢n desesperados", afirma Robert Bookman, uno de los principales agentes literarios de Creative Artists Agency, que ha sido intermediario en algunos acuerdos. Seg¨²n Bookman, "los estudios est¨¢n desesperados por llevar al p¨²blico a lugares en los que no ha estado nunca, por encontrar personajes interesantes para el pu?ado de estrellas que todo el mundo quiere en una pel¨ªcula".
Los libros que reclama Hollywood son obras de ciencia-ficci¨®n, thrillers m¨¦dicos, historias de amor y, a veces, una mezcla de los tres, a condici¨®n de que tengan protagonistas masculinos fuertes y sean veh¨ªculos para la exhibici¨®n del escaso pu?ado de estrellas altamente rentables con que ahora cuentan los estudios: Tom Cruise, Harrison Ford, Tom Hanks, Mel Gibson y Brad Pitt."Muchos autores se han vuelto listos: presentan sus libros como pel¨ªculas; entregan lo necesario para hacer de ellos una pel¨ªcula", se?ala Denise Di Novi, productora en los estudios Warner Brothers que desarrollar¨¢ varios de los "libros-para-pel¨ªculas" que han sido adquiridos por el estudio a cambio de sumas mareantes. "Lo que se necesita es un protagonista que tenga fuerz¨¢, por lo general masculino", comenta, "y un concepto apasionante e interesante que te convenza de que sirve para una pel¨ªcula. Todos estos libros tienen posibilidades para una estrella y una gran fachada que se espera que atraiga a un director de primera fila".
Dos de los principales productores de Hollywood, Scott Rudin y Art Linson, afirmaron que tal vez fuera. algo natural que un pu?ado de novelas fueran vendidas para el cine por dos o incluso tres millones de d¨®lares (300 o 450 millones de pesetas). A otro nivel, obras sin ning¨²n valor hechas para ganar dinero ¨²nicamente, que se leen como si fueran pel¨ªculas y a cargo de autores famosos como Michael Crichton o John Grisham, se han vendido por, al menos, ocho millones de d¨®lares (1.200 millones de pesetas).
"Los precios de los derechos de los libros han aumentado igual que han aumentado los presupuestos de las pel¨ªculas, y un buen libro es una buena forma de atraer al talento", afirma Rudin, que ha optado a ¨¦xitos de ventas como Angela's Ashes, de Frank McCourt, y Underworld, de Don De Lillo. Estrellas y directores de primera fila ya han contactado con Rudin solicitando trabajar en las pel¨ªculas en proyecto.
"Lo que asusta es que se gasta mucho dinero y todav¨ªa no se tiene una pel¨ªcula", afirma Rudin. "Un libro es realmente un acontecimiento. Un mont¨®n de gente se ha quemado comprando libros caros".
Linson lo expresa de otro modo. "Ahora, el material b¨¢sico es tanto de la estrella como de la gente que trabaja en el proyecto", se?ala. "Lo que un libro aporta es el n¨²cleo de una idea que es extremadamente fuerte y que, es de esperar, no hayamos visto antes".
"Esto es una pel¨ªcula".
Art Linson es el productor de la pel¨ªcula basada en uno de los libros por el que se han pagado grandes sumas, The Cobra event, un thriller m¨¦dico de Richard Preston, el autor de Crisis in the hot zone. La obra fue vendida el mes pasado a Fox 2000, una divisi¨®n de 20th Century Fox, por tres millones de d¨®lares (450 millones de pesetas). La historia gira alrededor de un virus mortal que es soltado en Manhattan por un asesino y de la pat¨®loga que dirige los esfuerzos para destruir el virus y atrapar al asesino. Pr¨¢cticamente todos los estudios y muchos de los productores m¨¢s importantes pujaron por el libro, que ser¨¢ publicado el a?o que viene. "Sin duda pagamos un mont¨®n de dinero", se?al¨® Laura Ziskin, presidenta de Fox 2000, "pero le¨ªmos este libro y nos dijimos: 'esto es una pel¨ªcula'. No dijimos: '?c¨®mo podemos hacer esto?'. Nos preguntamos:" ?qui¨¦n saldr¨¢ en ella? ?Qui¨¦n la dirigir¨¢?".
Babelia
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