Bernardo Atxaga reniega de los lectores "dormidos a los que se puede enga?ar"
El escritor vasco p¨²blica 15 relatos en torno al abecedario
Bernardo Atxaga ha pasado cuatro meses como profesor invitado en la Universidad de Emory, en Atlanta (sur de EE UU), y justo antes de volver a Espa?a asegura estar entrando en una etapa de "plegar velas y digerir lo vivido". Esto coincide con la edici¨®n de su nuevo libro, Lista de locos y otros alfabetos (Siruela), 15 relatos en torno al abecedario, que es, seg¨²n el escritor, "una estructura narrativa en estado puro". Con este recurso, el autor de Obabakoak propone una interacci¨®n "despierta" con el lector, porque "la seducci¨®n puede ser muy maligna. Hay que empezar a ser m¨¢s conscientes, no lectores dormidos a quienes se pueda enga?ar".
"Hay muchas formas de ser escritor y yo he preferido siempre el movimiento, la trashumancia, porque el problema del escritor es que cae en un cierto autismo", comenta Bernardo Atxaga (Guip¨²zcoa, 1951) en una agitada cafeter¨ªa de Manhattan, muy lejos del ambiente en que suele desarrollar su obra. "En una casa nueva, te golpeas con los muebles, el enchufe redondo no encaja en el plano. Esto te hace pensar, responder, estar vivo". Por eso ha encontrado en las afueras de Atlanta una combinaci¨®n perfecta de movilidad y retiro. La recopilaci¨®n de Lista de locos... lo ha tenido inmerso en labores de edici¨®n y retoque hasta hace tan s¨®lo 15 d¨ªas. "Mi sue?o ahora", dice, "es volver a casa a hacer la digesti¨®n y la reflexi¨®n de lo que he vivido y viajado en estos a?os".Atxaga cuenta que empez¨® a escribir en forma de alfabetos en 1986 en un cat¨¢logo de pintura, g¨¦nero al que le ten¨ªa cierta man¨ªa. "En s¨ª mismo, el alfabeto es un cuento que empieza por la a y que acaba en la z, que sabes que va a pasar por la n antes de la o, y todo esto es como una estructura narrativa en estado puro", comenta. "Porque las letras tienen alma y personalidad propia. La d puede ser discreta o d¨¦bil. Descubr¨ª que era un sistema muy abierto. La literatura debe ser como un invento; prefiero al escritor inventor m¨¢s que narrador".
Los alfabetos de Atxaga son cuentos, charlas, ensayos, reportajes y conferencias, elaborados todos a trav¨¦s de este esquema que no considera en absoluto trivial. Tampoco lo limita, sino que de hecho le da m¨¢s libertad y variedad. Y adem¨¢s el autor de Esos cielos' y otros trabajos de enorme inventiva literaria asegura que detr¨¢s de su m¨¦todo "hay una inquietud relacionada con cosas m¨¢s gordas".
"Escribir y leer es una convenci¨®n", explica. "Desde un recurso tan simple como la escritura en primera persona: es aceptar un enga?o mutuo. Me empezaba a preocupar esa seducci¨®n. Veo c¨®mo se utilizan las palabras, el lenguaje y los s¨ªmbolos, y c¨®mo estamos todos en un enga?o sin buenos ni malos, basado en el lenguaje".
"Yo", a?ade Atxaga, "al lector le digo: no te olvides de que esto es literatura, es lenguaje, la realidad est¨¢ ah¨ª detr¨¢s, pero yo no te la voy a contar", contin¨²a Atxaga, y de pronto teme estar dando una perorata y advierte que esto es s¨®lo su preferencia, con la que no trata de hacer "una causa universal". Adem¨¢s, recalca, lo de los alfabetos no es un invento suyo, sino una forma literaria desde la Edad Media.
Desviado moment¨¢neamente de su argumento, el escritor afirma: "Dentro de lo que puede ser un escritor, desde creador de best sellers hasta poeta de barrio, lo que m¨¢s detesto es el escritor pagado de s¨ª mismo, prof¨¦tico pero negando que va de profeta, apalancado en su soberbia. "Por eso a ciertas mesas redondas ni voy", prosigue. "Prefiero el poeta mani¨¢tico o el escritor alcoh¨®lico. No quiero ir a encontrarme con un p¨²blico entregado de antemano, porque al p¨²blico hay que despertarle. Hay que espabilarle, decirle: hagamos algo juntos en el acto de la lectura".
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