Prince ensaya con 'Crystal ball' nuevos canales para vender su m¨²sica
El disco cu¨¢druple se vende en Internet
Escarmentado por sus experiencias con la industria discogr¨¢fica, Prince se ha independizado y edita sus grabaciones a trav¨¦s de su sello, NPG (New Power Generation). Su actual lanzamiento es Crystal ball, un ¨¢lbum con cuatro compactos que se vende a trav¨¦s de Internet y en algunas tiendas de discos. Aunque semejantes pr¨¢cticas le alejan de las listas de superventas, tienen sentido econ¨®mico, al igual que sus t¨¢cticas guerrilleras para presentarse en directo.
Desde 1994, Prince est¨¢ en guerra con la industria de la m¨²sica. Este a?o se romp¨ªa oficialmente el pacto entre la empresa del artista, Paisley Park, y Warner Brothers, un acuerdo que se anunci¨® como el (en¨¦simo) contrato del siglo. Para entonces ya hab¨ªa cambiado su nombre por un s¨ªmbolo y s¨®lo aceptaba, en caso de fuerza mayor, que se le denominara como "El artista anteriormente conocido como Prince".La multinacional Warner acept¨® ese capricho, al igual que permiti¨® que publicara por su cuenta el ?o?o tema The most beautiful girl in the world. La disputa entre ambos bandos giraba alrededor de la insistencia de la discogr¨¢fica en supervisar y racionalizar sus lanzamientos, mientras el m¨²sico solicitaba que la multinacional se limitara a distribuir lo que ¨¦l juzgara conveniente. Tras dramatizar el conflicto escribiendo la palabra esclavo en su cara, Prince logr¨® liberarse de la compa?¨ªa que le hizo famoso.
Inmediatamente, lleg¨® a un acuerdo con la filial estadounidense de EMI y lanz¨® un triple disco, reveladoramente titulado Emancipation. Al poco, EMI dejaba de funcionar en Estados Unidos y Prince se encontraba sin discogr¨¢fica. Esta vez decidi¨® que pod¨ªa prescindir de intermediarios. Desde el verano de 1997 anunci¨® por Internet que aceptaba pedidos para su pr¨®ximo trabajo, un triple disco que se llamar¨ªa Crystal ball. Necesitaba, eso s¨ª, que hubiera 100.000 compradores dispuestos a pagar 50 d¨®lares.
No alcanz¨® esa cifra m¨¢gica, pero las solicitudes fueron suficientes para poner en marcha el proyecto. Aunque pasaron muchos meses antes de que se materializara Crystal ball, finalmente un disco cu¨¢druple. La sorpresa de los seguidores fue grande al saber que el ansiado disco exclusivo se vender¨ªa tambi¨¦n en tres cadenas de tiendas -Blockbuster, Best Buy y Musicland-, aunque su irritaci¨®n no fue tan grande como la del resto de minoristas de discos, excluidos del negocio. Para tranquilizar a los fieles, que se quejaban de que todav¨ªa no ten¨ªan Crystal ball cuando ya estaba en esos puntos de venta (en alg¨²n caso, a 30 d¨®lares), Prince ha incluido dos regalos en el env¨ªo, una camiseta y un disco totalmente instrumental, Kama sutra. Sin embargo, en los ejemplares remitidos por correo no se incluye el librito con comentarios del artista canci¨®n por canci¨®n, lo que huele a truco para que los aficionados obsesivos compren m¨¢s de una copia.
Deslumbrante paleta
Para los que tengan la fortuna de encontrar un ejemplar o la posibilidad de conectar con la empresa de Prince (www.1800newfunk.com/crystal.htm), Crystal ball muestra nuevamente su deslumbrante paleta, que abarca desde las baladas exquisitas a vigorosos desmadres en clave funk. El cuarto disco, subtitulado The truth, ofrece rotundas canciones reflexivas y un sonido m¨¢s asc¨¦tico, aparte de revelar su conversi¨®n al vegetarianismo y su vengativo sentido del humor. Prince, por ejemplo, se despide de una antigua amante enviando por carta un cond¨®n usado.Crystal ball ha entrado t¨ªmidamente en los puestos bajos de la lista que elabora Billboard con los discos m¨¢s vendidos. Si Prince estuviera en una compa?¨ªa grande, eso ser¨ªa considerado como un desastre. En las presentes circunstancias, queda claro que ha sido un triunfo, la demostraci¨®n de que Prince puede hacer las cosas a su estilo sin comprometer su libertad enfrent¨¢ndose a un medio hostil que preferir¨ªa ver c¨®mo se estrella.
Aparte de prescindir de las discogr¨¢ficas, Prince tambi¨¦n ha renunciado a tener apoderado y oficina de contrataci¨®n. Con ayuda de un asistente personal, alquila grandes recintos cuando le apetece tocar, a veces menos de 15 d¨ªas antes de la fecha del concierto. Ni siquiera concede entrevistas.
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