Borrell ser¨¢ el "l¨ªder parlamentario" pero no desbancar¨¢ a Almunia de la presidencia
El secretario general del PSOE, Joaqu¨ªn Almunia, y el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Jos¨¦ Borrell, decidieron ayer ofrecer una imagen m¨¢s amable de sus relaciones a la vista de que el d¨ªa anterior se hab¨ªa puesto de manifiesto con extrema crudeza que se estaba al borde de la ruptura. No hay avances concretos, pero s¨ª un acercamiento notable sobre el nuevo papel que va a desempe?ar Borrell en el Congreso como vencendor de las primarias. Ser¨¢ "el l¨ªder parlamentario" de los socialistas, con capacidad inmediata para situar a personas de su confianza en este ¨¢mbito.
El nuevo cargo parlamentario de Borrell todav¨ªa no tiene nombre. Pero anoche parec¨ªa decidido que Almunia no cambiar¨¢ su situaci¨®n y que se mantendr¨¢ como presidente del grupo. Las cinco horas que ayer compartieron Almunia y Borrell en el AVE con destino a Sevilla, en viaje de ida y vuelta, sirvieron para intercambiar consideraciones personales, pero no llegaron a hablar de los muchos temas que tienen a¨²n pendientes. Ambos no volver¨¢n a verse la cara hasta la reuni¨®n, el pr¨®ximo lunes, de la Comisi¨®n Ejecutiva Federal, dado que el secretario general tiene previsto comenzar hoy unas vacaciones, que prolongar¨¢ hasta el domingo.
As¨ª las cosas, el ¨²ltimo episodio concreto que han protagonizado es la entrega por parte de Almunia a Borrell de un listado de 12 puntos en el que el secretario general reivindica las funciones de la ejecutiva. En este documento se aprecia m¨¢s inter¨¦s en destacar las atribuciones de la direcci¨®n del partido que en establecer las facultades que deber¨ªan corresponderle al candidato a la Presidencia del Gobierno. El problema viene porque las prerrogativas con las que se quedar¨ªa la ejecutiva federal ser¨ªan las que Jos¨¦ Borrell considera que deben ser suyas.
Mientras ambos estaban ayer en Sevilla, sus respectivos entornos se esforzaban sobremanera en dar la impresi¨®n de que tanto Almunia como Borrell ten¨ªan gran inter¨¦s en superar la tensi¨®n que vivieron el d¨ªa anterior. Interlocutores de uno y otro lado aseguran que el acuerdo es m¨¢s que posible en el apartado de "liderazgo parlamentario". Los almunistas consideran innegociable que Borrell aspire a la presidencia del grupo parlamentario por la simple raz¨®n de que ello llevar¨ªa consigo la destituci¨®n de Almunia. Los borrellistas admiten que en alg¨²n momento llegaron a pensar en que su l¨ªder deber¨ªa ocupar ese cargo, pero aclaran que el propio Borrell, al darse cuenta de que podr¨ªa significar una humillaci¨®n para Almunia, se inclina ya por otras f¨®rmulas.
Desde el sector de Almunia se sugiri¨® ofrecerle ser el portavoz parlamentario, y Juan Manuel Eguiagaray, actual poseedor de este cargo, lo puso muy f¨¢cil avalando de inmediato esta iniciativa. Pero Borrell lo ha desechado porque tal puesto requiere una dedicaci¨®n casi total, incompatible con la manera que ¨¦l quiere trabajar ante la sociedad de aqu¨ª a las elecciones. El final de este cap¨ªtulo ser¨¢ el hallazgo de los t¨ªtulos que cada cual tendr¨¢, pero en la pr¨¢ctica ser¨¢ lo siguiente: Almunia, presidente; Borrell, l¨ªder de la oposici¨®n; y una tercera persona que llevar¨¢ el d¨ªa a d¨ªa de la vida parlamentaria y que ser¨¢ de la plena confianza del candidato. Ser¨¢, pues, en la direcci¨®n del grupo parlamentariodonde se registren cambios.
La futura presencia, de pleno derecho, de Borrell en la Comisi¨®n Permanente de la Ejecutiva se da por garantizada. Si la negociaci¨®n no acaba mal, el Comit¨¦ Federal del 9 de mayo aprobar¨¢ que el candidato se sume a los miembros de la ejecutiva con responsabilidad concreta, que son quienes forman el n¨²cleo que dirige la vida del partido.
El control del aparato electoral y la coordinaci¨®n del programa son los dos bloques sobre los que todav¨ªa no hay acuerdo. La posici¨®n de Almunia es la de que la maquinaria electoral depende de la ejecutiva y, en concreto, de la secretar¨ªa de Organizaci¨®n. El programa, asimismo, emana de las distintas ¨¢reas de la ejecutiva. El problema est¨¢ en qu¨¦ papel desempe?a el candidato en estos dos ¨¢mbitos. Sus partidarios dicen que de n¨²mero uno, y los almunistas reivindican el protagonismo de la ejecutiva y del secretario general.
Adem¨¢s, Borrell quiere contar con personas de su confianza. En la actual direcci¨®n del partido se quiere creer que est¨¢ hablando de un staff reducido y no de cambios de personas en la ejecutiva.
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