Blois dedica a Houdin un museo de magia

En Blois, la peque?a y bella ciudad de la que es alcalde eterno Jack Lang, otro intangible, la magia se ha sumado al patrimonio nacional y a la atracci¨®n tur¨ªstica. La Maison de la Magie ha abierto sus puertas en la villa natal de Robert Houdin (1805-1871), mago, cient¨ªfico y aventurero. Se trata de una instalaci¨®n, dirigida por el productor de cine Christian Fechner, que permite recorrer la historia de la magia, los primeros trucos y personalidades, Adem¨¢s, incluye un espacio teatral -400 localidades- abierto a magos y prestidigitadores. Un aut¨®mata gigantesco, un drag¨®n de seis cabezas, asoma cada hora por las ventanas de la Maison de la Magie. Es la propuesta m¨¢s espectacular, pero no la m¨¢s interesante.La carrera de Houdin, hijo de relojero y relojero ¨¦l mismo, que cambi¨® de oficio debido a un error del bibliotecario de Blois -le prest¨® una enciclopedia de entretenimiento y ciencia en vez del Tratado de relojer¨ªa que hab¨ªa reclamado- determin¨® su destino. El oficio est¨¢ en su invenci¨®n del despertador, un reloj que alumbraba autom¨¢ticamente una vela cuando sonaba la alarma, pero tambi¨¦n en el mecanismo de sus aut¨®matas. En 1845 abri¨® un teatro en Par¨ªs, en el Palais Royal, donde hac¨ªa aparecer y desaparecer a sus invitados, e inventa todos los trucos que a¨²n hoy siguen maravill¨¢ndonos.

En 1850, millonario, se retira en una casa que merece ser calificada de primer edificio inteligente por su h¨¢bil combinaci¨®n de relojer¨ªa y electricidad para resolver problemas de intendencia. Y en 1856, a demanda de Napole¨®n III, parte hacia Argelia para derrotar, con su varita m¨¢gica, a los marab¨²s, al servicio de unos ind¨ªgenas poco dispuestos a someterse. Es su mayor triunfo, pero tambi¨¦n la definitiva p¨¦rdida de inocencia de una magia que se pone al servicio del poder.

Los ¨²ltimos a?os de su vida, Houdin invent¨® el cuentakil¨®metros, la primera bombilla de filamento vegetal, el periscopio o el interruptor.