La empresa fue fuente de grandes comisiones
El negocio del papel es c¨ªclico. Este es un axioma que nadie discute. Inpacsa es un buen ejemplo. En los buenos momentos, ha permitido impresionantes pelotazos, y en la fase baja n¨²meros rojos. Una buena justificaci¨®n para no preocuparse del impacto que produce en su entorno. Javier de la Rosa vio la oportunidad en 1984. Dicen que con un Jaguar prestado, se llev¨® a Lleida al hombre de KIO en Londres. Era la fase buena del ciclo y aquello apestaba a dinero. KIO pag¨® 7.018 millones de pesetas por Inpacsa y De la Rosa le sac¨® importantes comisiones a la operaci¨®n. La papelera de Balaguer fue el punto de apoyo para comprar Torras Hostench y para recibir incre¨ªbles comisiones por la venta de ICSA, una filial de Inpacsa. Las mismas comisiones que han llevado a De la Rosa a prisi¨®n, seg¨²n la decisi¨®n de Teresa Palacios, la juez que instruye la querella de Grupo Torras. De la Rosa vendi¨® Inpacsa a los hermanos irlandeses Smurfitt, y de nuevo, otro mont¨®n de comisiones...
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