319 a?os de historia acumulados
El Santander termina el siglo con la compra de una entidad que acababa de ajustar su uni¨®n de 1991
La nueva entidad resultante de la uni¨®n del Banco Santander y el Banco Central Hispano (BCH) reunir¨¢ 319 a?os de historia. El Banco Santander fue creado el 15 de mayo de 1857 mediante un real decreto que autoriz¨® su fundaci¨®n. El Banco Hispano comenz¨® a operar el 2 de enero de 1901, un a?o despu¨¦s de su constituci¨®n. Por su parte, el Banco Central comenz¨® su andadura comercial en 1919. Las tres entidades son hoy producto de m¨²ltiples compras y absorciones de entidades locales y regionales. El Santander, constituido por Emilio Bot¨ªn L¨®pez, naci¨® con una oficina, 13 empleados y un capital de cinco millones de reales de vell¨®n. Tuvo el privilegio de emitir billetes, potestad que perdi¨® en 1874 en beneficio de la exclusividad el Banco de Espa?a. En 1923 se expande por Cantabria y en 1925 abre oficina en Osorno (Palencia). La entidad comienza una nueva etapa en 1930 cuando se incorpora al banco el hijo del fundador, Emilio Bot¨ªn-Sanz de Sautuola y L¨®pez, padre del actual presidente. Es la inyecci¨®n que proyecta al banco hacia el mercado nacional. En plena posguerra, 1942, el banco abre oficina en Madrid y comienza un proceso de expansi¨®n imparable que le ha llevado a ser el primer banco espa?ol en este fin de siglo. El banco atraviesa la fase del desarrollismo con un crecimiento sostenido, hasta que en 1960 fue designado miembro de la Comisi¨®n Ejecutiva el actual presidente. En 1971 fue designado vicepresidente segundo y en 1977 es nombrado consejero delegado. ?ste es el momento del verdadero despegue del banco, que se sustenta en la agresiva pol¨ªtica comercial, la compra de Banesto y la expansi¨®n internacional. El BCH, nacido en 1991, es el producto de la fusi¨®n de dos entidades que atravesaban un complicado momento, el Central y el Hispano Americano. El Banco Central, nacido en el 1919, ha tenido un desarrollo lento y muy volcado en el sector industrial. Banco ligado en su desarrollo a la familias Fierro y Villalonga, se desarrolla de forma paralela al tejido industrial espa?ol ya que siempre mantuvo una estrecha relaci¨®n con la industria. De hecho, su gran implicaci¨®n industrial puso plomo en sus alas en la d¨¦cada de los setenta, cuando estall¨® la crisis del petr¨®leo con las consecuencias conocidas sobre el crecimiento econ¨®mico. El Banco Central tuvo acordada en 1989 una fusi¨®n con Banesto a iniciativa del entonces presidente, Alfonso Esc¨¢mez. Sin embargo, esta operaci¨®n se plante¨® como una manera de bloquear una entrada hostil en el capital del banco de Cartera Central, controlada por los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer, Los Albertos. La fusi¨®n no sali¨® adelante, pero sent¨® las bases de la siguiente, la del Central y el Hispano Americano, que, de paso, resolv¨ªa el problema de sucesi¨®n de Alfonso Esc¨¢mez al frente del Central. Era una uni¨®n que preve¨ªa una digesti¨®n pesada. El tiempo as¨ª lo ha demostrado. De hecho, cuando se acaba de terminar el ajuste necesario, se plantea una nueva uni¨®n. El Banco Hispano tiene una historia paralela al Central e incluso pasa sus peores momentos por su excesiva cartera industrial, procedente del Banco Urquijo, en los ¨²ltimos a?os de la d¨¦cada de los setenta. De hecho, la llegada al banco de Claudio Boada en 1985 se produce para sanear una cartera industrial con serios problemas. Boada reestructura el grupo industrial y sienta las bases de una gesti¨®n bancaria comercial basada en el negocio t¨ªpico bancario de concesi¨®n de pr¨¦stamos y recogida de dep¨®sitos.Desde su fusi¨®n con el Central el Hispano ha abordado un radical cambio en la gesti¨®n y ha incorporado a su equipo directivo a t¨¦cnicos con experiencia en el sector. Hoy aporta una amplia cartera industrial a un socio que, justamente, es fuerte en el negocio comercial bancario.
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