Hesp se redime en Bala¨ªdos de sus errores ante el Valencia
?Qu¨¦ he desbaratado muchas ocasiones del Celta?", se pregunt¨® ayer Hesp tras el partido en Bala¨ªdos, camino del aeropuerto. "S¨ª, me siento bien. Pero tuve mala suerte con el segundo gol del Valencia [2-3 en la Copa]. Resbal¨¦ y el bal¨®n acab¨® en la red". Acostumbrado a recibir elogios, a coleccionar ep¨ªtetos, el portero del Bar?a se refiri¨® todav¨ªa ayer al segundo gol de Piojo L¨®pez en la Copa y que le dej¨® bajo sospecha. No encaj¨® bien las cr¨ªticas que recibi¨® y ayer insisti¨®, por encima de todo, en los balones que repeli¨® como un front¨®n, en la escasa fortuna de aquel d¨ªa.
Tras llegar al Camp Nou de la mano de Van Gaal en 1997 procedente del modesto Roda holand¨¦s, Hesp aprovech¨® la larga lesi¨®n del portugu¨¦s Ba¨ªa para revelarse como uno de los fichajes m¨¢s rentables del t¨¦cnico y afianzarse con ¨¦xito en la porter¨ªa del Bar?a. Baja acab¨® cedido al Oporto (acus¨® a Van Gaal de amiguismo con su compatriota) y Hesp se ratific¨® m¨¢s en su puesto. Pero sabe que es casi un extra?o en una plantilla plagada de estrellas. Quiz¨¢ por eso olvid¨® en Vigo que hab¨ªa redimido sus pecados y se explay¨® otra vez en el resbal¨®n. Hesp, de 33 a?os, es el ¨²nico futbolista del impresionante equipo, nombre por nombre, que ha reunido Van Gaal que no es fijo en su selecci¨®n. Tiene delante a Edwin Van der Sar, de 28, el portero del Ajax.
Con 1,94 de estatura, Hesp, posiblemente el futbolista m¨¢s incondicional de Van Gaal—le defendi¨® con vehemencia en los tiempos de crisis—, se distingue por no dominar el juego con los pies y por repeler todos los balones que acechen sobre su ¨¢rea: act¨²a como un portero de balonmano; no ataja, sino que despeja. Aleja el peligro aun que alimente una segunda jugada, otra opci¨®n al rival. Hesp tiene, adem¨¢s, una fe ciega en su intuici¨®n: suele adelantarse en lugar de reaccionar a la acci¨®n del delantero. Como le ocurri¨® en el gol que Ra¨²l le marc¨® en el' Bernab¨¦u o en el de L¨®pez en la Copa. Pero eso no impide que tenga d¨ªas espectaculares como el de ayer y que fuera, como tantas otras veces, el mejor. Pero, como Van Gaal, no olvida. Quiz¨¢ por eso insisti¨®, cuando nadie le pregunt¨®, en su error.
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