Athletic y Celta se deslegitiman

El partido estaba mediatizado por las circunstancias y acab¨® por deslegitimar a los equipos: al Celta por las bajas, el Athletic por la ansiedad. Los dos por el campo de juego (?). La tendencia al victimismo, en ocasiones, -a causa del sobreesfuerzo- y del finalismo, en general -un pase mejor que dos para ir m¨¢s lejos- abortaron un encuentro que ten¨ªa los galones del espect¨¢culo y se recondujo por el dise?o de la entrega. El celta se desfigur¨® por la ausencias. La de Mostovoi le priv¨® de la magia, la de Makelele de la energ¨ªa. La de Michel Salgado result¨® espectacular: la reconvencion de C¨¢ceres al lateral derecho tuvo momentos pat¨¦ticos. A cambio aport¨® peligro. El Athletic, sin bajas notables, se igual¨® en las circunstancias. Ansioso como pocas veces esta temporada rompi¨® el partido desde el inicio, ensanch¨® el campo, al amparo de las carencias defensivas de su oponente y asedi¨® al Celta rob¨¢ndole lo que m¨¢s necesita, el bal¨®n. Sin ese elemento, el conjunto de V¨ªctgor Fern¨¢ndez se vuelgariza demasiado, aunque anuncie peligro en su individualismo (Penev, S?anchez, Revivo).El inter¨¦s rojiblanco se recompens¨® con dos ocasiones manfiestas de gol: una de Etxeberria que se fren¨® en el barro, otra de Carlos Garc¨ªa que devolvi¨® el poste.

Hasta entonces el Athletic hab¨ªa dirigido el partido a su antojo. El tridente del Celta se invalidaba mediante el fuera de juego. Luego cogi¨® el bal¨®n y ribete¨® una cierta fotograf¨ªa del equipo que es. No le procur¨® ocasiones pero le permiti¨® igualarse en el partido.

El Athletic se recluy¨® en su guarida m¨¢s habitual, la que ningunea el bal¨®n y en la que prevalecen la correr¨ªas sobre las posiciones. No fue casualidad que sus futbolistas m¨¢s signifcativos (Guerrero, J. Etxeberria, Alkiza) tendieran con facilidad al anonimato, lo que reduc¨ªa la notoriedad del colectivo a la pura entrega muscular. S¨®lo Javi Gonz¨¢lez opon¨ªa el ingenio suficiente para procurar atisbos de calidad.

El f¨²tbol se diluy¨® en cuanto prevaleci¨® en ambos equipos el destajo y el colectivismo, en busca de un sometimiento m¨¢s f¨ªsico que deportivo. El Athletic suele medir sus carencias por el n¨²mero de veces que utiliza a su portero. Sus ideas por el n¨²mero de veces que busca a Urzaiz. Ayer cay¨® en el pecado. Al Celta se le mide por el bal¨®n, la prolongaci¨®n natural de sus ideas. Ayer no lo tuvo. Por eso no hubo goles, porque no hubo juego, ni suerte (el ¨²ltimo recurso). S¨®lo hubo disputa. El m¨ªnimo exigible a un partido.