El Valencia se burla del Bar?a
El equipo de Ranieri, liderado por Claudio L¨®pez, golea a los azulgrana por tercera vez y deja muy mal parado al l¨ªder
El tercer acto tuvo la misma trama y desenlace que el segundo y el primero. El dominio que ejerce el Valencia sobre el Bar?a es sobrecogedor. Manda el equipo de Mestalla con suficiencia y autoridad en todos los factores que intervienen en un partido: la preparaci¨®n, la disposici¨®n, la lectura y, sobre todo, la resoluci¨®n. Tiene tanta fe en el triunfo y confianza en su superioridad que entra y sale ganador del campo sin discusi¨®n.La impotencia del Barcelona fue tremenda como equipo y jugador por jugador, circunstancia que dice muy poco en favor del campe¨®n y mandam¨¢s del campeonato. Desarmado y desbordado, la jerarqu¨ªa del Barcelona es ya muy cuestionable desde que se enfrent¨® al Valencia.
BARCELONA 2-VALENCIA 4
Barcelona: Hesp; Abelardo, Frank de Boer, Sergi, Luis Enrique; Ronald de Boer (Anderson, m. 83), Guardiola, Cocu; Kluivert, ?scar (Zenden, m. 60) y Rivaldo.Valencia: Ca?izares; Roche (Schwartz, m. 86), Bjorklund, Djukic, Carboni, Juanfran; Angulo, Mendieta, Farin¨®s; Illie (Soria, m. 63); y Claudio L¨®pez. Goles: 0-1. M. 4. Mendieta avanza por la derecha y asiste a Illie, que, zaf¨¢ndose de Frank de Boer, remata raso desde lejos. 1-1. M. 29. Guardiola centra desde la izquierda, Rivaldo peina, cabecea Cocu y Kluivert controla el bal¨®n y, ante un nutrido n¨²mero de defensas, da media vuelta sobre s¨ª mismo y dispara raso a gol. 1-2. M. 38. Claudio L¨®pez se zafa del marcaje de Sergi, dispara, la pelota toca en Frank de Boer, sin desviar la trayectoria, y acaba superando a Hesp. 2-2. M. 78. Kluivert resuelve de potente remate una aglomeraci¨®n en el ¨¢rea. 2-3. M. 81. Angulo toca para Claudio L¨®pez, quien encara la porter¨ªa, remata, el poste repele el bal¨®n y Angulo recoge el rechace. 2-4. M. 87. Claudio L¨®pez encara la porter¨ªa en un contragolpe y bate a Hesp. ?rbitro: Garc¨ªa Aranda. Mostr¨® la tarjeta amarilla a Abelardo, Mendieta, Kluivert y Cocu. Unas 75.000 personas en el Camp Nou. El colectivo de fot¨®grafos realiz¨® ayer un acto reivindicativo por los despidos improcedentes y exhibieron en el c¨¦sped unos petos blancos con la siguiente leyenda de protesta: "No despidos Mundo Deportivo. Contrato laboral ?ya!"
Pese a su condici¨®n de l¨ªder, el Bar?a afront¨® el encuentro desde una posici¨®n de inferioridad manifiesta. No solamente por sus dos derrotas consecutivas, sino tambi¨¦n estrat¨¦gicamente. A la ch¨¢chara azulgrana sobre c¨®mo combatir a Piojo L¨®pez, Ranieri respondi¨® alineando al rumano Ilie junto al argentino, gesto que le permiti¨® dominar la escena de la contienda desde el inicio.
Fue el Barcelona a remolque del Valencia permanentemente. Las concesiones de Van Gaal agrandaron la superioridad t¨¢ctica de Ranieri respecto al banquillo azulgrana. Obsesionado por neutralizar al Valencia, el t¨¦cnico barcelonista mont¨® un equipo de perfil irreconocible que, para mayor escarnio, acab¨® perdiendo de la manera que ya estaba escrita.
Puso el entrenador holand¨¦s a Sergi como central de cierre pendiente de las llegadas de Claudio L¨®pez, desplaz¨® a Luis Enrique hacia el lateral izquierdo y dej¨® la banda derecha, de c¨®rner a c¨®rner, para Ronald de Boer, un futbolista sin recorrido para una demarcaci¨®n indefinida. El Bar?a perdi¨® llegada y tambi¨¦n salida por el repliegue de sus dos fondistas y se neg¨® un trozo de campo. No tuvo extremos, pues a la ausencia de Figo, sancionado, se uni¨® la tendencia de Rivaldo a recogerse y juntarse en el balc¨®n del ¨¢rea con ?scar y Kluivert.
Mal orientado ofensivamente, sin brazos que abrieran el campo, el grupo azulgrana tampoco tuvo sentido colectivo del juego defensivo. Par¨® una pantalla de hasta cuatro zagueros para recibir a los puntas del Valencia y facilit¨® el disparo de los delanteros. Nadie sali¨® a tapar los remates lejanos de Ilie o de Claudio L¨®pez ni supo atajar las correr¨ªas del argentino cuando el partido qued¨® a merced de los jugadores decisivos.
La falta de organizaci¨®n defensiva en el Bar?a facilit¨® la efectividad del Valencia, tremenda en los tres encuentros disputados contra los barcelonistas. Marc¨® muy pronto, en el primer remate, y gobern¨® la contienda hasta la media hora, cuando Kluivert resolvi¨® con un remate de muy buen ver una carga del paquete de delanteros barcelonistas, siempre aglomerados, muy mal puestos, poco clarividentes.
Parec¨ªa que el Bar?a hab¨ªa atrapado el encuentro en un buen momento. La tensi¨®n generada entre la hinchada por el dominio del Valencia y la impotencia del Barcelona alimentaba un juego f¨ªsico e intimidador m¨¢s que paciente. Los azulgrana iban a deg¨¹ello, un mal asunto para un equipo muy tecn¨®crata. No tard¨® el Valencia en reencontrar el hilo del partido. L¨®pez agarr¨® de nuevo la pelota y, ante el tembleque de la zaga local, retrat¨® a Hesp, muy vulnerable en los ¨²ltimos partidos. Volvi¨® entonces la contienda a sus or¨ªgenes. El despliegue del Valencia en cada robo de pelota result¨® m¨¢s clarividente que el acoso de los azulgrana.
Jugaba el Bar?a de forma previsible, frontal, aburrida, sin pases interiores ni desmarque. No le qued¨® otra alternativa que el f¨²tbol a¨¦reo, que el f¨ªsico de Kluivert. La falta de din¨¢mica de grupo y el exceso de individualismo barcelonista favorec¨ªan la l¨ªnea de presi¨®n del Valencia, que ninguneaba al rival, seco, incapaz de generar ocasiones de gol.
La entrada a la cancha de Zenden alivi¨® algo al Bar?a. El extremo zurdo descongestion¨® el tr¨¢fico y del atropello los azulgrana pasaron a jugar de manera m¨¢s aseada y llevadera. Ca?izares estuvo atento y aguant¨® a su equipo, sobre todo en dos remates de Rivaldo, hasta que Kluivert volvi¨® a encontrar el marco en otro bal¨®n despedido en un embotellamiento en el ¨¢rea, justo despu¨¦s que Claudio L¨®pez montara una contra preciosa que no acab¨® en gol por casualidad. Era s¨®lo una cuesti¨®n de tiempo.
Piojo hab¨ªa entrado de nuevo en escena en el momento en que le necesitaba su equipo. La velocidad del argentino desbord¨® a la zaga barcelonista, muy quebradiza, nada autoritaria, presidida por el absentismo de Frank de Boer, un futbolista que invitaba en cada jugada a afrontarle en el mano a mano. El mal partido del zaguero holand¨¦s expresa la inseguridad que vive el Barcelona.
Claudio L¨®pez estuvo plet¨®rico tanto en la g¨¦nesis del tercer gol, materializado por Angulo, como en la consecuci¨®n del cuarto y ¨²ltimo de la serie, un gol muy bello pese a ser ya muy visto. Fue un final ya conocido por repetido.
Hizo siempre el Valencia lo que le dio la gana con el Bar?a. Gan¨® el partido, decidi¨® Piojo L¨®pez y Ranieri se mof¨® de Van Gaal. Eliminado de la Copa, el Bar?a acumul¨® su cuarto partido sin ganar -tres con el Valencia y uno frente al Celta- y queda a tiro del pelot¨®n de la Liga. Es un equipo que se mueve por rachas, s¨ªntoma inequ¨ªvoco de inestabilidad emocional y de falta de juego, pese a la abundancia de buenos jugadores. La situaci¨®n compromete sobre todo a Van Gaal.
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