Un testigo relata c¨®mo Garro organiz¨® la 'operaci¨®n locales' con el testaferro Allende
El ex director de Inmovilizado y Patrimonio de Banesto Rafael Rodr¨ªguez Casta?o declar¨® ayer que fue su superior, Fernando Garro, quien le orden¨® realizar la compra, a finales de 1990, de varias naves industriales en Azuqueca de Henares (Guadalajara) por un valor real de 750 millones de pesetas, transacci¨®n que figur¨® por 364 millones en escritura p¨²blica. Esta operaci¨®n fue una parte de varias compras de locales que ascendieron a 2.996 millones de los cuales los vendedores recibieron 1.269 millones. Los restantes 1.725 millones fueron a parar a manos de Tom¨¢s Allende y Mil¨¢ns del Bosch, presunto testaferro de Garro.Rodr¨ªguez Casta?o, que puso de relieve los hechos a la nueva administraci¨®n de Banesto en un escrito de diciembre de 1994, se ratific¨® en su declaraci¨®n sumarial, tras ser preguntado por el fiscal. Seg¨²n explic¨®, la transacci¨®n que tuvo que realizar, siguiendo instrucciones de Garro, consisti¨® en hacer el montaje de los 420 millones de pesetas que figuraron fuera de la escritura p¨²blica, que consisti¨® en distribuir el importe en tres facturas que emitieron dos empresas, Cimasa y Cimec¨®n, con fecha 30 de noviembre de 1990. Rodr¨ªguez Casta?o precis¨® que ¨¦l mismo firm¨® las facturas y que ¨¦stas llevaban el visto bueno de Garro, quien a partir del 20 de junio de 1989, era director general de Servicios e Inmobiliario de Banesto.
Rodr¨ªguez Casta?o, seg¨²n declar¨® ayer, se qued¨® con una copia de las facturas por considerar que se trataba de una operaci¨®n singular. Seg¨²n dijo, se qued¨® intranquilo y prefiri¨® guardarse una copia por si hubiera alg¨²n problema. Los 420 millones pagados en tres facturas a las dos sociedades se hicieron en concepto de un estudio, que, como tal, cost¨® m¨¢s que los 364 millones desembolsados por las naves y solares.
Entre los vendedores y Banesto, seg¨²n narr¨® Rodr¨ªguez Casta?o, actu¨® como intermediario Tom¨¢s Allende y Mil¨¢ns del Bosch. Este hombre, seg¨²n explic¨® el testigo, le fue presentado por Garro. "Me dijo que le tratase bien", dijo ayer el testigo. Fue Tom¨¢s Allende quien le ense?¨® las naves. "Yo no conoc¨ª a los vendedores", explic¨® el testigo. La parte pagada como estudio (420 millones de pesetas) en la operaci¨®n descrita fue contabilizada, seg¨²n explic¨® el testigo, en el activo del banco, por instrucciones de Garro, en lugar de ser considerado un gasto.
La defensa de Garro, que rara vez interviene, intent¨® ayer debilitar al testigo, que sigue actualmente en el grupo Banesto,sin demasiado ¨¦xito. El abogado Javier S¨¢enz de Pipa¨®n busc¨® demostrar, con insinuaciones, que Rodr¨ªguez Casta?o hab¨ªa puesto su firma en un informe que le fue presentado por la administraci¨®n de Alfredo S¨¢enz. M¨¢s tarde, al abordar el tema de la contabilizaci¨®n, pregunt¨® al testigo si la instrucci¨®n de Garro para que contabilizara los 420 millones en el activo no se deb¨ªa al hecho de que esas eran las pr¨¢cticas que, por orden de la superioridad, se aplicaban en Banesto.
Otros testigos que recibieron cheques por obras de arte y antig¨¹edades vendidas a Tom¨¢s Allende, alias Tom¨¢s Alegre, ratificaron haber recibido el dinero de Allende.
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