San Sebasti¨¢n se prepara para disfrutar de la paz
La capital guipuzcoana, la m¨¢s castigada por la violencia en los ¨²ltimos a?os, ha renovado su imagen cl¨¢sica para el cambio de milenio.
San Sebasti¨¢n llega al nuevo milenio preparada para disfrutar de la paz que se vislumbra en el horizonte y con nuevas edificaciones e infraestructuras que transformar¨¢n sus se?as de identidad. La ciudad que creci¨® a principios de siglo con vocaci¨®n de balneario europeo sigue teniendo ese toque chic y esa naturaleza privilegiada que, junto a su vecindad con Francia, son su imagen de marca. Pero los cambios acometidos en los ¨²ltimos a?os, algunos a punto de inaugurarse, ser¨ªan insuficientes para definir la ciudad actual.Si por algo ha destacado el San Sebasti¨¢n de la presente d¨¦cada ha sido por el esfuerzo de los donostiarras empe?ados en que la ciudad, la m¨¢s castigada por la violencia de las capitales vascas, no se apagase y mantuviera su influencia como motor de actividad cultural, tur¨ªstica y empresarial.
Acostumbrada a mirarse al ombligo, que no es otro que su imagen reflejada en el espejo de la playa de La Concha, Donostia-San Sebasti¨¢n hab¨ªa sucumbido en los ¨²ltimos a?os a muchos lastres y r¨¦moras y ha superado cierta tendencia al adormecimiento y autocomplacencia. Ha buscado un equilibrio entre su condici¨®n de balneario y una nueva universidad repleta de facultades j¨®venes y activas; entre sus playas y paseos kilom¨¦tricos al borde del mar y una vida cultural que la sit¨²a entre las urbes m¨¢s cin¨¦filas del mundo y le permite contar con un ¨ªndice de aficionados a la m¨²sica similar al de las m¨¢s mel¨®manas ciudades centroeuropeas. Tambi¨¦n ha logrado acompasar su vocaci¨®n de ciudad de servicios con un nuevo dinamismo empresarial centrado en el flamante parque tecnol¨®gico construido en la colina sur de Miram¨®n. Adem¨¢s, su gastronom¨ªa ha creado una oferta tan variada y original que la ha colocado en el eje de las romer¨ªas tur¨ªsticas de los adictos al pintxo y a la buena mesa.
La barandilla de la playa de La Concha ha sido hasta ahora la imagen corporativa de la capital guipuzcoana. Un s¨ªmbolo que val¨ªa para la ciudad surgida hace s¨®lo cien a?os como una copia mim¨¦tica del Par¨ªs de fin de siglo, del que a¨²n le queda ese aura inconfundiblemente franc¨¦s. A partir de ahora, los cubos del Kursaal -el Auditorio y el Palacio de Congresos que ha construido Rafael Moneo junto a la recuperada playa de la Zurriola- son el s¨ªmbolo de la ciudad renovada. Frente al barroquismo de la belle ¨¦poque, la escueta y refinada elegancia del arquitecto navarro que se asoma junto a la desembocadura del r¨ªo Urumea.
Los cubos del Kursaal van a ser inaugurados este verano. Constituyen el principal soporte del desaf¨ªo estrat¨¦gico para San Sebasti¨¢n y Guip¨²zcoa planeado por las dos ¨²ltimas corporaciones municipales -gobernadas por el PSE-EE, el PNV y EA bajo la presidencia del socialista Od¨®n Elorza- que, con la ayuda de la Diputaci¨®n foral, han pretendido equipar adecuadamente la oferta de San Sebasti¨¢n como ciudad de servicios. El edificio de Moneo sintetiza todas sus vocaciones de urbe tur¨ªstica, cultural y gastron¨®mica que se han ido consolidando en este siglo. Dar¨¢ cobertura adecuada a los tres grandes festivales -el Festival Internacional de Cine, la Quincena Musical y el Festival de Jazz- que distinguen a San Sebasti¨¢n en verano como una de las ciudades culturalmente m¨¢s apetecibles. Y, adem¨¢s, atraer¨¢ el turismo de congresos, la otra fuente de riqueza.
Por eso tambi¨¦n se ha renovado en esta legislatura la fachada y la piel de la ciudad, deterioradas con los a?os. Junto al parque de atracciones del monte Igeldo, que permanece como reliquia para la melancol¨ªa, se ha renovado el Acuario, en el que se ha incluido un espectacular oceanario con tiburones por el que pasea el visitante. Tambi¨¦n se est¨¢ construyendo el nuevo Museo de la Ciencia, que la Kutxa est¨¢ levantando con todo lujo junto al Parque Tecnol¨®gico de Miram¨®n. Adem¨¢s de estas dos nuevas ofertas l¨²dicas est¨¢n las de siempre. Por un lado el Ensanche, esa amplia cuadr¨ªcula de calles del centro de la ciudad en las que se concentra un selectivo comercio especializado en ropa y regalos, en el que se han peatonalizado varias arterias. Y la Parte Vieja, reconvertida en un atractivo centro comercial y de poteo que se llena en las horas punta y se convierte de d¨ªa en una atracci¨®n irresistible para los forasteros.
Los aparcamientos subterr¨¢neos, que permiten el acceso de coches hasta el mismo centro de la ciudad, ha sido una de las prioridades de la actual corporaci¨®n. Y el aparcamiento creado bajo el viejo Boulevard ha sido el buque insignia de este lavado de cara de la ciudad. Sus resultados, sin embargo, no han terminado de convencer a muchos ciudadanos, que echan de menos en el nuevo espacio urbanizado ese antiguo aire de alameda parisiense que lo caracterizaba
Hay otro s¨ªmbolo de este fren¨¦tico renovarse y crecer que ha experimentado San Sebasti¨¢n en estos ¨²ltimos a?os: el cuarto puente sobre el r¨ªo Urumea, despu¨¦s de que el ¨²ltimo se construyera hace 75 a?os. El proyecto del ingeniero Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez Ord¨®?ez es una pasarela minimalista que contrasta con el estilo barroco de los tres que le preceden.
Este puente es la ¨²ltima infraestructura importante, junto a los viales entre los distintos barrios, que ha debido construir San Sebasti¨¢n para conectar sus nuevas extensiones de viviendas, que han ido creciendo por las suaves colinas de Aiete, Intxaurrondo o Puyo, que rodeaban la abarrotada llanura que se extiende entre la playa y el r¨ªo.
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