Hierro se hizo m¨¢s grande

Lleg¨® a la temporada con s¨ªntomas preocupantes, bajo peligrosas insinuaciones de jubilaci¨®n en su juego. Por primera vez, Fernando Hierro parec¨ªa tocado. Amenazado al menos, pese a todos sus registros: 31 a?os de edad (el mayor de la actual selecci¨®n), con 22 goles a sus espaldas en el equipo nacional (ya el tercer mejor goleador de la historia, junto a Salinas), con 65 encuentros a cuestas vistiendo la camiseta roja -el s¨¦ptimo en esta singular clasificaci¨®n que comandar¨¢ Zubizarreta (126) a¨²n por mucho tiempo-. Se?alado al menos, pese a sus n¨²meros como futbolista de club: en Primera desde 1987, 395 partidos jugados, 90 goles; 3 t¨ªtulos de Liga, 1 Copa del Rey, 1 Copa de Europa, 1 Copa Intercontinental y 2 Supercopas. Hierro llevaba unas semanas lanzando mensajes alarmantes -por lentitud, por la necesidad de recurrir cada vez con m¨¢s frecuencia al juego sucio para salir airoso de los asuntos defensivos-, que no lograron borrar la defensa desesperada de su seleccionador, Jos¨¦ Antonio Camacho ("es un lujo para el f¨²tbol espa?ol").

Hierro necesitaba, tal vez m¨¢s que nunca, una buena actuaci¨®n con la camiseta nacional. Contra Austria, en un duelo ciertamente complicado, Hierro sali¨® engrandecido: volvi¨® a anticiparse, a dar una salida correcta a la pelota, sobre todo en largo, y a marcar un gol de falta directa en el momento m¨¢s complicado para el equipo y para ¨¦l: reci¨¦n encajado el tanto del empate, que precisamente fue un autogol suyo. Particip¨® Hierro tambi¨¦n en el 0-1 (dio un pase largo a Luis Enrique, previo a la volea de Ra¨²l). Y se reivindic¨® a¨²n vivo, dispuesto a pelear por conservar su tradicional jerarqu¨ªa.

La temporada todav¨ªa deber¨¢ ofrecer nuevos episodios para determinar si efectivamente estamos o no frente al ocaso de un jugador. Pero tras Austria, Hierro parece sentir que va ganando su batalla.