Van Gaal y Luis Enrique
En varios momentos de su etapa como entrenador del Bar?a, Van Gaal se ha preguntado por la falta de afecto que recibe de la hinchada y buena parte de la cr¨ªtica period¨ªstica. No de la direcci¨®n del club, que le adora. Pero en ocasiones, este hombre f¨¦rreo abandona su coraza y pide cari?o a gritos. Peque?as debilidades humanas que el t¨¦cnico holand¨¦s combate con coraje. En caso de duda, abre un conflicto y vuelve a sentirse el campe¨®n de los capataces.Los ¨¦xitos del Bar?a no han aplacado las combustiones de su entrenador. Todo lo contrario. Con las victorias se siente Zeus tonante, papel que interpreta con mucha propiedad. Nadie parece m¨¢s temible en el triunfo que Van Gaal. Siempre da la impresi¨®n de darte con el t¨ªtulo en la cabeza. Probablemente se sienta autorizado a hacerlo por su espl¨¦ndido historial, primero en el Ajax y ahora en el Bar?a. Van Gaal observa desde?oso el mundo desde la altura de su palmar¨¦s. Si es necesario, hasta desde?a sus mejores logros.
El caso Luis Enrique revela la personalidad de Van Gaal, siempre predispuesto al conflicto. Luis Enrique no es una invenci¨®n del entrenador holand¨¦s, pero se le acerca. Jugador respetado, de indudable prestigio en sus anteriores equipos y en la selecci¨®n, nunca ha jugado mejor que en el Bar?a. M¨¦rito suyo y de Van Gaal, que le encontr¨® la posici¨®n ideal para aprovechar una cualidades que ha explotado al m¨¢ximo durante las dos ¨²ltimas temporada. Por detr¨¢s del delantero centro, y sobre todo por detr¨¢s de Kluivert, Luis Enrique es un jugador temible por su dinamismo y por su capacidad de sorpresa en el ¨¢rea. Ah¨ª resulta dificilmente controlable. Que Van Gaal descubriera las mejores condiciones de Luis Enrique y le atribuyera el puesto perfecto, habla en favor del entrenador. Que ahora lo tenga amargado en la grada, explica el car¨¢cter de Van Gaal.
Como todos los jugadores, Luis Enrique est¨¢ sujeto a periodos m¨¢s o menos largos de crisis. No se sabe cu¨¢l es su estado actual, pero no parece f¨¢cil que un futbolista decisivo durante dos a?os se haya convertido en un paquete. Por ahora, Van Gaal no ha ofrecido explicaciones convincentes sobre su novedoso desd¨¦n por Luis Enrique. Por ahora, su decisi¨®n tiene un aire indisimulado de castigo. A cambio de reforzar su imagen de l¨ªder autoritario, Van Gaal ha tirado a la basura al futbolista, proscrito de forma violenta: fuera de la convocatoria en la Liga y en la Copa de Europa. En la plantilla, se ha tomado nota del asunto. Este tipo de mensajes nunca pasan desapercibidos para los futbolistas.
Como el Bar?a gana mucho y desde hace mucho tiempo, Van Gaal se siente fuerte en su extrema autoridad. Pero su felicidad de capataz est¨¢ re?ida con el aprecio de la masa. La gente quiere ¨¦xitos, pero detesta la punta intempestiva y desgradable que asoma detr¨¢s de los dictadores.
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