El n¨²mero uno, el finland¨¦s errante y el juerguista

No es inhabitual que el campeonato se decida en la ¨²ltima carrera entre dos pilotos punteros. Lo que s¨ª tiene de especial este final de temporada es que se trate de una partida a tres y que el tercero sea en realidad el hombre decisivo. La vuelta, forzada por Ferrari, de Michael Schumacher tras su accidente, ha sido el elemento determinante que est¨¢ a punto de permitir que Eddy Irvine, el segundo piloto de la escuder¨ªa italiana, est¨¦ a punto de ganar el campeonato.Si lo consigue, ser¨¢ todo un homenaje a los viejos tiempos de la f¨®rmula 1, cuando los pilotos eran j¨®venes audaces y ten¨ªan tiempo para salir de farra la noche antes de la carrera. De cuando las impresionantes mujeres que siempre ha atra¨ªdo este deporte de riesgo y glamour, no s¨®lo estaban all¨ª por deferencia de una marca de cigarrillos vestidas con uniformes horteras. Porque el irland¨¦s Irvine pertenece a esta estrirpe en v¨ªas de extinci¨®n, es un claro exponente de la vieja escuela brit¨¢nica, aunque no posea el talento de un Jim Clark o un Jackie Stewart. Si encima gana montado sobre un Ferrari, la foto habr¨¢ que virarla en sepia.

Me pregunto qu¨¦ pasar¨¢ por la cabeza de Schumacher, cuando, si todo sale como lo tiene previsto, encabece la carrera a sabiendas que, de este modo, le est¨¢ regalando el campeonato a su segundo piloto, a ese tipo irresponsable y bocazas, que no se ha cortado un pelo a la hora de ningunearlo mientras ¨¦l recompon¨ªa su pierna rota. Sabiendo, tambi¨¦n, que se llevar¨¢ su n¨²mero uno a otro equipo, a Jaguar, para m¨¢s se?as, una marca tambi¨¦n m¨ªtica, pero reci¨¦n llegada al circo de la mano de Ford.

?Que esto le pase a ¨¦l, al mejor piloto del mundo, contratado a base de una monta?a de millones para que devolviera la gloria perdida a la Scuderia!

Ajeno a este drama, Mika Hakkinen, el finland¨¦s errante -a tenor de los muchos errores cometidos que le han llevado incluso a derramar amargas l¨¢grimas en la cuneta de Monza- debe ser ya consciente de que ha tirado por la ventana un campeonato que debi¨® ser suyo desde hace ya bastantes semanas.