El ingl¨¦s es cosa de ni?os
El aprendizaje del idioma en los colegios se ha impulsado con la aportaci¨®n de especialistas y nuevos materiales
La ense?anza del ingl¨¦s en los centros escolares espa?oles ha mejorado mucho en los ¨²ltimos 10 a?os, aseguran maestros, fil¨®logos y profesores nativos, aunque advierten de que a¨²n queda otro tanto por hacer, sobre todo en la ESO. Algo que confirman los datos del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS): s¨®lo el 38,5% de los espa?oles de entre 15 y 29 a?os se atrever¨ªa a participar en una conversaci¨®n en ingl¨¦s. Esta lengua extranjera es adem¨¢s la ¨²nica que conocen m¨¢s de un 10% de los j¨®venes. Los alumnos de primaria est¨¢n llamados a ser la primera generaci¨®n de espa?oles que no tendr¨¢ problemas con el ingl¨¦s. La inplantaci¨®n de los maestros especialistas en lenguas extranjeras, la renovaci¨®n de los materiales escolares, el uso de nuevas tecnolog¨ªas que incorporan t¨¦rminos y contenidos en ingl¨¦s y la apuesta generalizada por el aprendizaje oral han contribuido a que muchos ni?os empiecen a hablar este idioma con naturalidad.
Los datos del CIS revelan tambi¨¦n que el 93% de los espa?oles concede mucha o bastante importancia a conocer idiomas extranjeros y que el ingl¨¦s es el preferido indiscutible de la mayor¨ªa. Otra encuesta de la empresa Demoscopia para las academias Opening conduce a las mismas conclusiones que la del CIS. Se?ala que s¨®lo estudia ingl¨¦s uno de cada 10 espa?oles de entre 18 y 50 a?os que viven en grandes poblaciones y tan s¨®lo el 14% cree dominarlo. Estos datos reflejan c¨®mo el ingl¨¦s sigue siendo la eterna asignatura pendiente de los adultos. Sin embargo, las mejoras en la educaci¨®n infantil y primaria permiten augurar un cambio de la situaci¨®n a medio plazo.La opini¨®n un¨¢nime es que los ¨²ltimos 10 a?os han sido claves para la ense?anza del ingl¨¦s en los centros p¨²blicos (quedan aparte los m¨¢s de 50 centros privados y concertados de ense?anza en ingl¨¦s o biling¨¹e). La mejor¨ªa se debe a varias causas. Los profesores saben m¨¢s ingl¨¦s que hace un decenio y adem¨¢s ense?an mejor. La metodolog¨ªa y los materiales escolares se han renovado para fomentar la participaci¨®n de los alumnos. Y, sobre todo, se insiste en la actualidad en hacer hincapi¨¦ en el aprendizaje oral, es decir, en que el alumno aprenda a entender y a hablar el ingl¨¦s antes de estudiar gram¨¢tica y vocabulario, para imitar el modo en que se adquiere la lengua materna.
Sin embargo, todas estas mejoras no alcanzan por igual a los diferentes niveles educativos. Los mismos expertos que elogian el cambio en la ense?anza primaria exponen las carencias en la secundaria:
- Ense?anza primaria. Los profesores deben tener la titulaci¨®n universitaria de Maestro Especialista en Lengua Extranjera -t¨ªtulo que ofrecen 64 universidades p¨²blicas y 4 privadas-, o si no, tener el t¨ªtulo general de Maestro y haber seguido un curso de especializaci¨®n de 500 horas. De este modo acreditan que saben ingl¨¦s y saben ense?arlo. La especializaci¨®n cuenta m¨¢s que la antig¨¹edad a la hora de optar a una plaza de maestro de ingl¨¦s.
Por otro lado, los profesores se benefician en esta etapa de que los alumnos son peque?os, lo que facilita la ense?anza y el aprendizaje. El ingl¨¦s se ense?a de forma l¨²dica, sin que aparezca todav¨ªa la presi¨®n de los ex¨¢menes, y el resultado es que los ni?os aprenden a comunicarse sin esfuerzo.
Theresa Reilly, del departamento de formaci¨®n de profesores del British Council (instituci¨®n brit¨¢nica encargada de velar por la ense?anza del ingl¨¦s en el mundo), asegura que "los escolares salen de primaria con un nivel de comprensi¨®n muy superior al de hace 10 a?os". El British Council firm¨® hace cuatro a?os con el Ministerio de Educaci¨®n un convenio gracias al cual 150 profesores brit¨¢nicos apoyan a los maestros de 43 colegios p¨²blicos en sus clases, tanto en infantil como en primaria.
- Ense?anza secundaria. Se estudia entre dos y tres horas de ingl¨¦s a la semana. Puede dar clase cualquier licenciado que apruebe una oposici¨®n, independientemente de la carrera cursada, aunque la mayor¨ªa procede de Filolog¨ªa Inglesa y, en menor medida, de Traducci¨®n e Interpretaci¨®n. La opini¨®n general es que ser licenciado en Filolog¨ªa no garantiza que se sepa ense?ar ingl¨¦s, aunque hay facultades que dan m¨¢s importancia que otras a la did¨¢ctica y a la ling¨¹¨ªstica aplicada a la ense?anza.
El director del departamento de Did¨¢ctica de la Lengua Extranjera de la Facultad de Formaci¨®n del Profesorado de la Universidad de Barcelona, Juli¨¢ Font, dice que faltan profesores especialistas: "Sumando las clases de primaria y secundaria, los alumnos reciben entre 700 y 800 horas de ingl¨¦s, que, si est¨¢n bien aprovechadas, son suficientes para alcanzar una fluidez aceptable. Pero hace falta que los especialistas sean buenos". Font resalta que los profesores completan su preparaci¨®n universitaria cada vez mejor, a trav¨¦s de cursos, jornadas o becas europeas; pero concluye que a¨²n falta especializaci¨®n en la ense?anza.
El catedr¨¢tico de Filolog¨ªa Inglesa en la Universidad de Alicante Enrique Alcaraz opina que el mayor problema de la secundaria es la falta de motivaci¨®n de los alumnos. Alcaraz no es el ¨²nico experto que considera complicada para el ingl¨¦s la prolongaci¨®n de la ense?anza obligatoria hasta los 16 a?os: "Deber¨ªa haber m¨¢s diferenciaci¨®n curricular. No se puede ense?ar ingl¨¦s a quien no tiene inter¨¦s en aprenderlo. Y a quienes s¨ª les interesa hay que prestarles m¨¢s atenci¨®n".
Inmaculada Sanz, vicepresidenta de la Asociaci¨®n de Profesores de Ingl¨¦s de Andaluc¨ªa, culpa a la reforma educativa de que el nivel de los alumnos al llegar a selectividad sea tan bajo: "Antes se pod¨ªa hacer un filtro en primero de BUP para igualar el nivel de los alumnos, y quedaban tres a?os para prepararlos bien. Ahora s¨®lo se cuenta con los dos a?os de bachillerato".
- Ense?anza no reglada. Se nutre sobre todo de profesores nativos, que acreditan su capacidad para la docencia mediante t¨ªtulos oficiosos. El m¨¢s reconocido es el Cambridge / RSA Celta, que en Espa?a se obtiene en cinco academias, de Barcelona, Madrid, Mallorca, Sevilla y Valencia. En estos centros, los futuros profesores realizan pr¨¢cticas con alumnos y son evaluados por un tutor.
Que los espa?oles no dominen el ingl¨¦s no significa que no lo intenten. Aparte de los que se apuntan a clases, env¨ªan a sus hijos a campamentos de verano u optan por el aprendizaje indirecto (Internet, televisi¨®n, cine, prensa), cerca de 200.000 espa?oles viajan cada a?o al extranjero para estudiar ingl¨¦s. Por t¨¦rmino medio pasan fuera cuatro semanas y gastan 350.000 pesetas. Juan Manuel Elizalde, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Promotores de Cursos en el Extranjero, afirma que "hace a?os viajar a aprender ingl¨¦s era m¨¢s elitista y se hac¨ªa un poco por esnobismo, pero ahora se estudia porque es necesario".
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