La experiencia madrile?a
En Madrid existen tres cobijos para toxic¨®manos sin hogar. Tienen en com¨²n que no son ni un albergue donde dormir ni un lugar para desintoxicarse. Los ¨²nicos requisitos son no comportarse de manera violenta ni consumir drogas en su interior. S¨®lo uno de ellos abre las 24 horas; los otros dos, s¨®lo de d¨ªa. "No es tu casa, pero s¨ª un refugio", explicaba hace unos a?os un toxic¨®mano que llevaba dos meses acudiendo cada noche a uno de estos centros destinados a los drogodependientes que malviven lejos de la red asistencial.Son lugares donde pueden pegarse una ducha, comer algo, lavar la ropa, reposar un rato, intercambiar jeringuillas, recoger preservativos, recibir atenci¨®n sanitaria, social, psicol¨®gica y jur¨ªdica.
Estos centros pretenden mejorar la calidad de vida de los drogodependientes y servir de puente hacia los servicios sociales y sanitarios.
El primero de estos cobijos para toxic¨®manos sin techo de Madrid se abri¨® en 1995 en el distrito Centro. Los otros dos, a finales del a?o pasado. Hace justamente un a?o se cre¨® el ubicado en el poblado marginal de La Rosilla, en Vallecas Villa, adonde miles de drogadictos acuden cada d¨ªa a comprar droga. El ¨²ltimo, que se ha inaugurado en diciembre pasado, est¨¢ en el distrito de Moncloa. El de La Rosilla est¨¢ regentado por la asociaci¨®n Trama y subvencionado por la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid y el Plan Nacional contra la Droga, que depende del Ministerio del Interior. El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid abrieron el de Moncloa, que gestiona la ONG Carpe Diem. Finalmente, el de Centro es municipal.
Los encargados de atenderlos son educacadores, sanitarios, m¨¦dicos, trabajadores sociales y voluntarios.
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