Mike Oldfield "exorciza los demonios del milenio" con un nuevo disco
El m¨²sico ofrecer¨¢ un concierto de Nochevieja en Berl¨ªn
Mike Oldfield acaba de lanzar su tercer disco en los ¨²ltimos 15 meses. Despu¨¦s de Tubular bells III y Guitars, ahora aparece The millenium bell, un disco inspirado en una serie de momentos significativos de la historia. El m¨²sico tiene previsto ofrecer el primer concierto con las piezas de este disco en Nochevieja, frente a la puerta de Brandeburgo, en Berl¨ªn, bajo un sofisticado espect¨¢culo de iluminaci¨®n y fuegos artificiales. "Quiero exorcizar los demonios del milenio con este concierto", dijo el m¨²sico brit¨¢nico ayer en Madrid.
El recorrido hist¨®rico de Oldfield empieza con un villancico que recuerda el acontecimiento con el que el calendario inicia la cuenta de estos 2.000 a?os de historia. Pero el viaje en el tiempo de este m¨²sico contin¨²a despu¨¦s por episodios y territorios tan distantes como el dedicado a la civilizaci¨®n inca, en Per¨², con letra en quechua; los viajes de Col¨®n a Am¨¦rica; la trata de esclavos en las colonias americanas; el esplendor y la elegancia en la Venecia del XVII; un tema inspirado en los poetas del romanticismo, otro en los ambientes gansteriles, los discursos de Churchill, el drama de Ana Frank y, por ¨²ltimo, dos piezas sobre un futuro en el que dominan los ritmos de la m¨²sica electr¨®nica de baile.Oldfield no quiere situarse detr¨¢s de esta obra como un pensador. "Ha sido como poner chinchetas en un mapa, casi al azar", comenta. "No soy historiador ni fil¨®sofo. Quiz¨¢ parezca superficial en mi esquema, pero soy s¨®lo un m¨²sico, trabajo con sentimientos y emociones, no hago propuestas pol¨ªticas. He escogido momentos significativos para m¨ª".
Oldfield afirma que nunca ha trabajado tanto como en los dos ¨²ltimos a?os. "La idea de hacer este disco surgi¨® hace unos seis meses, cuando hice el ¨²ltimo concierto de mi gira anterior en Londres. Sincronic¨¦ el final de la actuaci¨®n para que, a las 10 de la noche, coincidiera con las campanadas del Big Ben. Entonces pens¨¦ que ser¨ªa buena idea hacer algo parecido en Nochevieja, aunque al final el concierto que ofrecer¨¦ en Berl¨ªn deber¨¢ terminar dos minutos antes de la medianoche y con unas campanadas pregrabadas, porque ellos no tienen all¨¢ un gran reloj y adem¨¢s quieren hacer su propia cuenta atr¨¢s".
Unas campanadas que para Oldfield, que grab¨® su primer ¨¦xito, Tubular bells, en 1973, ser¨¢n las finales de la serie. "Definitivamente, ¨¦stas son las ¨²ltimas campanas de mi carrera", dice tajante. E incluso aventura otro pensamiento: "Creo que incluso puede ser el final de la m¨²sica para m¨ª".
El llamado "rey del sinfonismo" dice preferir el silencio a la m¨²sica de sus contempor¨¢neos. "Me gusta el silencio cuando no estoy trabajando. La meditaci¨®n diaria, los paseos entre los ¨¢rboles".
Los proyectos que le entusiasman se proyectan a otras dimensiones. "Lo pr¨®ximo en lo que me interesa experimentar es con la realidad virtual mezclada con la m¨²sica. Lo que significa que no har¨¦ una pieza musical, sino varias y distintas, que estar¨¢n relacionadas con otras tantas situaciones creadas con un software de realidad virtual, de manera que im¨¢genes, vivencias y sonidos vayan cambiando a medida en que una persona se adentre en este universo virtual".
Eso de hacer m¨²sica con instrumentos ac¨²sticos lo deja para sus momentos de relajaci¨®n, que no son pocos. "Ir por mi jard¨ªn tocando la flauta o coger una guitarra son cosas que no dejar¨¦ de hacer, pero lo que realmente me excita es toda esa tecnolog¨ªa novedosa".
El futuro es, para Oldfield, algo luminoso, pese a los presagios de algunos apocal¨ªpticos. "No creo que el 31 de diciembre se acabe el mundo. S¨®lo s¨¦ que ese d¨ªa dar¨¦ un concierto con mis peque?as m¨¢quinas, mi m¨²sica, envuelto en mi peque?o mundo".
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