La pol¨ªtica social conservadora VICEN? NAVARRO
Dentro de unos meses Catalu?a y Espa?a tendr¨¢n unas elecciones a las Cortes Espa?olas que tendr¨¢n gran trascendencia para el bienestar y calidad de vida de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, incluyendo la poblaci¨®n catalana. A pesar de la gran importancia de este hecho en la vida pol¨ªtica de nuestro pa¨ªs, existe el riesgo de que el gran debate pol¨ªtico que precede a tales elecciones no se centre en los temas cotidianos que preocupan m¨¢s a la ciudadan¨ªa -tales como el trabajo, las pensiones, la educaci¨®n, la sanidad, la vivienda y otros-, sino en los grandes temas del Estado, es decir, temas como la autodeterminaci¨®n y configuraci¨®n del Estado que, aunque son importantes, son percibidos por la ciudadan¨ªa como lejanos a su quehacer diario. Es probable que las recientes tensiones en el Pa¨ªs Vasco contribuyan a dar todav¨ªa m¨¢s visibilidad medi¨¢tica a estos grandes temas de configuraci¨®n e identidad del Estado, sesgando el debate hacia temas lejanos a la preocupaci¨®n ciudadana los cuales se centran en temas de su cotidianidad. Este distanciamiento hacia estos ¨²ltimos temas y su escasa visibilidad favorece a las opciones conservadoras gobernantes que son las que se benefician de esta falta de atenci¨®n medi¨¢tica, puesto que son precisamente las pol¨ªticas p¨²blicas llevadas a cabo por las opciones gobernantes en Espa?a y en Catalu?a las que son responsables de que no se est¨¦n resolviendo algunos de los problemas m¨¢s graves con que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n se enfrenta. As¨ª, mientras que la intelectualidad, as¨ª como el mundo pol¨ªtico y medi¨¢tico, est¨¢ absorbida estos d¨ªas en temas de identidad, apenas han tenido proyecci¨®n medi¨¢tica dos hechos important¨ªsimos para el bienestar de la poblaci¨®n que han ocurrido con la aprobaci¨®n en las Cortes Espa?olas del proyecto de la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el a?o 2000 propuesto por el Gobierno conservador espa?ol (con el apoyo esencial de la opci¨®n pol¨ªtica que gobierna en Catalu?a). Por primera vez desde que existe democracia en Espa?a, los impuestos indirectos (que recaen principalmente en las clases populares) superar¨¢n en recaudaci¨®n al Estado a los impuestos directos que son en su mayor¨ªa progresivos. Como resultado de estas pol¨ªticas fiscales regresivas (en que las clases populares pagan m¨¢s impuestos proporcionalmente que las clases m¨¢s pudientes), las familias de rentas m¨¢s altas han dejado de cotizar 800.000 millones de pesetas, cantidad suficiente para proveer de servicios domiciliarios a ancianos y a personas con discapacidades a todas las familias espa?olas (incluyendo las catalanas) que los necesitaran, financiando un derecho universal de acceso a los servicios de ayuda a la familia, hoy inexistente en Espa?a y en Catalu?a (creando a su vez 320.000 nuevos puestos de trabajo en la provisi¨®n de tales servicios). Estas pol¨ªticas fiscales se est¨¢n llevando a cabo a la vez que aquellas opciones conservadoras niegan la posibilidad de extender el Estado de bienestar debido a la escasez de recursos, mensaje reproducido en las cajas de resonancia medi¨¢ticas que definen la sabidur¨ªa convencional. Mientras tanto, el gasto social del Estado espa?ol (como porcentaje del PIB) ha ido descendiendo en todos los presupuestos aprobados en 1996, 1997, 1998, 1999 y en los previstos para el a?o 2000, pasando de representar el 21,60% del PIB en 1996 al 19,77% en el a?o 2000. Este descenso ha sido incluso m¨¢s acentuado en el gasto de la Seguridad Social (pensiones y protecci¨®n social) y en educaci¨®n. Esta situaci¨®n es doblemente preocupante porque tanto en pensiones como en educaci¨®n el gasto p¨²blico espa?ol est¨¢ muy por detr¨¢s del promedio de la UE. El descenso de apoyo a la educaci¨®n p¨²blica va acompa?ado con un aumento de la subvenci¨®n a la educaci¨®n privada, a la vez que se reduce de una manera muy sustancial el gasto p¨²blico de becas y ayudas directas a estudiantes, un gasto que es de los m¨¢s bajos en la UE, que representa s¨®lo el 2,8% de todo el gasto educativo p¨²blico, frente al 20% en Holanda y al 15% en Suecia y Dinamarca (Education at Glance. OECD. 1998). Este descenso en las ayudas al estudiantado entra en conflicto con el discurso oficial que habla de la necesidad de igualar las oportunidades de todos los ciudadanos para alcanzar los objetivos personales que ¨¦stos deseen. Igual priorizaci¨®n a lo privado aparece en la sanidad, donde se ha estimulado el crecimiento del aseguramiento sanitario privado a trav¨¦s de la reforma del IRPF, que desgrava las p¨®lizas a las compa?¨ªas de seguro sanitario privado, estimulando la privatizaci¨®n del sector sanitario. Esta reducci¨®n del gasto social es, en algunos cap¨ªtulos como los servicios sociales de ayuda a las familias (tales como servicios domiciliarios a los discapacitados y ancianos), no s¨®lo relativa sino tambi¨¦n absoluta, es decir, hay un recorte de 9.000 millones, asumiendo que los ayuntamientos absorber¨¢n estos d¨¦ficit. A pesar de su ret¨®rica profamiliar, las opciones pol¨ªticas conservadoras que aprobaron tal presupuesto muestran una gran insensibilidad no s¨®lo social, sino familiar. El gasto en protecci¨®n de la familia contin¨²a siendo el m¨¢s bajo de la UE.
Estos recortes sociales afectan negativamente la calidad de vida de las clases populares, que son las que dependen m¨¢s del gasto social (el 68% de pensionistas ser¨ªa pobre en el caso de no recibir su pensi¨®n) y son las que m¨¢s utilizan los servicios p¨²blicos del Estado de bienestar, como son la escuela p¨²blica o el centro de atenci¨®n primaria p¨²blico. Tales recortes, sin embargo, no afectan por lo general a las clases pudientes y clases medias de renta alta, que utilizan en su mayor¨ªa los servicios (tanto la escuela como la sanidad) privados. Estos ¨²ltimos grupos son, en cambio, los que se benefician m¨¢s de las pol¨ªticas fiscales de las opciones conservadoras, lo cual explica su apoyo a tales pol¨ªticas, unas pol¨ªticas p¨²blicas que reproducen la polarizaci¨®n social existente hoy en Catalu?a y en Espa?a.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas de la Universidad Pompeu Fabra.
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