La sombra, el hueco, el agujero JUAN JOS? MILL?S
Nada nuevo. Aznar ha conseguido cargarse la campa?a antes de tiempo no ya por su aprensi¨®n a los debates, sino por el p¨¢nico a aparecer ¨¦l solo en aquellos medios cuyas preguntas pudieran no ajustarse al gui¨®n. Ha descubierto la audiencia inversa. Cree que cuanto menos gente le escuche, m¨¢s le votar¨¢n. Quiz¨¢ sea cierto, pero da miedo esa idea de la comunicaci¨®n. Cuando le entregaron cautiva y desarmada Onda Cero (que ahora deber¨ªa llamarse Onda Cero Patatero), nadie se pod¨ªa creer que cerrar¨ªan el programa de m¨¢s ¨¦xito, y el m¨¢s rentable de la tarde, pero firmaron la pena de muerte de Julia sin pesta?ear. En aquel instante no entendimos que se inauguraba una difusi¨®n hacia dentro, cuyo horizonte moral era el autismo. Lo cierto es que desde entonces los asesores de Aznar cuentan cada d¨ªa los oyentes que no tiene la Otero y se frotan las manos ante tal ¨¦xito de audiencia. De audiencia negativa, que es a lo que ¨ªbamos. Y cuando le invita I?aki Gabilondo, cuyo programa, aparte del m¨¢s o¨ªdo, es el de mayor prestigio de la radio, los soci¨®logos al servicio de Aznar hacen un c¨¢lculo inverso de audiencia y le pasan los datos con el desayuno.
-Presidente, si no vas a la SER dejar¨¢n de o¨ªrte equis millones.
-Pues di que no. Ni en mis sue?os m¨¢s locos pens¨¦ que podr¨ªa dejar a tantos contribuyentes con las ganas de escuchar lo que pienso, si esto que sucede en mi cabeza puede calificarse de pensamiento.
En La Moncloa ya no se hacen cuentas de los ciudadanos a los que pueden llegar a trav¨¦s de los medios, sino de la gente a la que pueden dejar de llegar prescindiendo de ellos. Han recibido ¨®rdenes de crear zonas de sombra. Si gobiernan otra vez, le exigir¨¢n comprar a Villalonga emisoras mudas, peri¨®dicos sin texto, medios, en fin, opacos de los que no haya que despedir a nadie porque nacer¨¢n descerebrados, huecos. Es preciso, se dicen cada d¨ªa, crear una cultura de la ausencia, del agujero, del t¨²nel. Que la gente vote al que menos ve, al que lleve el traje m¨¢s oscuro.
Aznar no ha prohibido a los suyos (con excepciones como Cascos) que concedan entrevistas porque en esta primera fase conviene que la gente vea algunos fragmentos intimidatorios del poder: pies, manos, nucas, espaldas, coronillas. Lo importante es que no vean el rostro. El rostro es ¨¦l, y ¨¦l s¨®lo se deja ver en los estadios (donde no est¨¢ obligado a decir nada), y en los peque?os actos sectoriales, o sectarios (donde ya est¨¢ dicho todo). Sue?a con el d¨ªa en el que no sean necesarias las campa?as, con el d¨ªa en el que sean 40 millones de personas las que no escuchen a Julia, o a I?aki, pero sobre todo, las que no le escuchen a ¨¦l, que aspira al puesto del Gran Mudo. ?Piensan que exagero? ?Por qu¨¦ entonces eligi¨® como portavoz a aqu¨¦l que m¨¢s ten¨ªa que callar?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.