La naturaleza entre las manos
El esparto, la vareta de olivo, la ca?a, el mimbre, el palmito o la enea, son materias primas estrechamente ligadas a la cultura popular andaluza. En torno a ellas se ha desarrollado una rica actividad artesana que, sin embargo, est¨¢ en serio peligro de desaparici¨®n por el desuso en el que han ca¨ªdo los objetos fabricados a partir de estos elementos. Curiosamente, este fen¨®meno provoca sentimientos encontrados en los habitantes de las zonas r¨²sticas en d¨®nde tuvieron m¨¢s peso este tipo de actividades.Los hay que reclaman su conservaci¨®n, aunque solo sea por el mantenimiento de una herencia que los vincula con su propio pasado, pero tambi¨¦n abundan los vecinos que reniegan de este patrimonio, al que est¨¢n ligados demasiados recuerdos de ¨¦pocas en las que la pobreza convert¨ªa estas habilidades en una m¨ªsera fuente de ingresos.
Trabajos de investigaci¨®n en etnobot¨¢nica, disciplina que estudia la relaci¨®n del hombre con las plantas, se han desarrollado en diferentes zonas serranas de M¨¢laga, Ja¨¦n, Granada o C¨®rdoba. Uno de los m¨¢s recientes, en el que intervinieron especialistas de las universidades de Sevilla y Granada, sirvi¨® para catalogar y describir todos los usos y creencias relacionadas con los vegetales del Parque Natural de Grazalema (C¨¢diz-M¨¢laga).
De las aproximadamente 1.400 especies que crecen en este espacio protegido se llegaron a identificar unas 300 con aplicaciones variopintas, en las que se inclu¨ªan rituales m¨¢gicos o religiosos, obtenci¨®n de medicamentos para personas o animales, y elaboraci¨®n de herramientas, venenos o materiales de construcci¨®n.
Adem¨¢s de este tipo de trabajos documentales, el Jard¨ªn Bot¨¢nico de C¨®rdoba cuenta entre sus instalaciones con un Museo de Etnobot¨¢nica, en el que se est¨¢n recopilando diferentes utensilios elaborados a partir de plantas, as¨ª como las herramientas utilizadas por los artesanos y material gr¨¢fico en el que se reflejan las t¨¦cnicas empleadas en cada caso.
Apertura de talleres
Para evitar que se olviden los procedimientos de tejido, trenzado e imbricado, as¨ª como las diferentes formas de colorear las fibras con pigmentos de origen vegetal, los responsables del jard¨ªn han puesto en marcha este a?o una serie de talleres pr¨¢cticos, a los que acuden artesanos de la provincia para transmitir sus conocimientos a un grupo de alumnos heterog¨¦neo, en el que predominan las mujeres.
El esparto es el protagonista del primero de los m¨®dulos previstos, y de su manipulaci¨®n y aplicaciones se ocupa Francisco Molina, un artesano de Rute que durante los ¨²ltimos 20 a?os ha ido recopilando el conocimiento que de esta planta atesoraban sus vecinos de mayor edad.
Especial trascendencia, desde el punto de vista econ¨®mico, tuvieron en su d¨ªa los tintes naturales, sustancias preciosas que la qu¨ªmica termin¨® por arrinconar. A principios del siglo pasado s¨®lo se conoc¨ªan unos pocos colorantes vegetales capaces de te?ir, de forma estable, los tejidos y soportar el lavado. El azul, por ejemplo, se obten¨ªa del ¨ªndigo, planta procedente de la India, cuyo cultivo se ensay¨® en la Andaluc¨ªa del siglo XIX como f¨®rmula para mejorar las rentas de zonas deprimidas. La producci¨®n nacional de alazor, planta de aspecto parecido al cardo que proporcionaba tintes rojizos, s¨ª que estuvo localizada en el sur de Espa?a, aunque en la actualidad se emplea sobre todo para producir, a partir de sus semillas, aceites indicados en dietas bajas en colesterol. La industria alimentaria, que precisa de colorantes libres de sustancias t¨®xicas, es la que, en determinados casos, ha venido a salvar del olvido a algunas de estas plantas, convertidas de nuevo en un recurso ¨²til.
Comentarios y sugerencias a prop¨®sito de Cr¨®nica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es
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