Bendita improvisaci¨®n
El Madrid demuestra c¨®mo ganar tras varios errores, muchos parches y un poco de suerte
Sostiene Lorenzo Sanz que la gloria o el fracaso no dependen de un partido. Y no le falta un punto de raz¨®n. De acuerdo con Sanz, es preciso un escrutinio global de la temporada. Una temporada destemplada, sometida a la improvisaci¨®n y a la ruleta de la fortuna, cuestiones siempre poco recomendables para cualquier entidad. Como el f¨²tbol es un compendio de ecuaciones indescifrables, con varios errores may¨²sculos, muchos parches y un poco de suerte, hasta se puede ganar una Copa de Europa, multiplicar la leyenda y olvidarse de rebobinar lo que ha sido la temporada. Al fin y al cabo, como todo juego de azar, el f¨²tbol ofrece gui?os incontestables: el Madrid, con tantas piedras en la mochila a lo largo del curso, es campeon¨ªsimo de Europa tras eliminar a los dos ¨²ltimos finalistas y derrotar al Valencia, el m¨¢s s¨®lido toda la competici¨®n.Lo cierto es que el aterrizaje del Madrid en Par¨ªs ha tenido un aire accidental. Ha sido consecuencia de una concatenaci¨®n de detalles puntuales: una exhibici¨®n de Redondo en Old Trafford, algunos arreones soberbios de Ra¨²l, la chistera de un portero con cara de ni?o y nervios de acero, el primer gol de cabeza en la err¨¢tica carrera profesional de Anelka y el recurso obligado a un entrenador interino al que se le negoci¨® de inmediato un sustituto para la siguiente campa?a (Jos¨¦ Antonio Camacho) y hoy ha sido renovado con el aval de un director deportivo (Pirri) que estuvo a punto de perder sus galones en favor de Jorge Valdano.
Hasta llegar a la gran final, el Madrid ha ido sorteando baches desde que a Sanz se le derrumbara su proyecto veraniego, con su amigo personal John Toshack a la cabeza. Con el visado del t¨¦cnico gal¨¦s llegaron Baljic y Geremi. El primero se lesion¨® y todav¨ªa no ha remontado el vuelo que se le supone. Despedido su padrino, el fogoso y poco sutil futbolista camerun¨¦s s¨®lo ha sido un recambio de emergencia. A la lista de Toshack tambi¨¦n se sum¨® Anelka, m¨¢s por necesidades televisivas y publicitarias que para cubrir una carencia alarmante del equipo.
Con estos mimbres el Madrid arranc¨® mal la temporada. Y Toshack no tard¨® en sacar la estaca. Al tiempo que disculpaba a su compatriota Mc Manaman, cargaba contra Bizarri, ve¨ªa como el ex jugador Miguel ?ngel, entrenador de porteros, arremet¨ªa contra los m¨¦todos del brit¨¢nico. Hierro defendi¨® a Miguel ?ngel. Sanz pidi¨® silencio y el m¨ªster vomit¨® d¨ªas despu¨¦s: "Es m¨¢s f¨¢cil ver un cerdo volando sobre el Bernab¨¦u que yo rectifique". El 17 de noviembre, Sanz mir¨® al cielo del Bernab¨¦u y despach¨® a su amigo gal¨¦s.
En medio del gallinero, el remiendo fue Del Bosque, un madridista sigiloso, con a?os de vocaci¨®n en las categor¨ªas inferiores, que se encontr¨® un vestuario agrietado y a un paso de la cola en la Liga espa?ola. Donde antes se necesitaba un l¨¢tigo, hab¨ªa irrumpido un hombre discreto. "Es el nuevo Molowny", se dec¨ªa. Es decir, est¨¢ de paso. Concentrado y a lo suyo, cicatriz¨® las heridas del vestuario y aup¨® al equipo en la Liga. En plena ascensi¨®n se rebel¨® Anelka, que colg¨® el ch¨¢ndal en el armario y se larg¨® a Par¨ªs. Sin l¨¢tigos por el medio, pero firme, Del Bosque primero castig¨® al franc¨¦s y, luego, bajo libertad condicional, puso al chico en ¨®rbita.
Fortalecido el vestuario y con el franc¨¦s con media mueca de sonrisa, el Madrid peg¨® un arre¨®n en la Liga que le enquist¨® en los primeros puestos. Sin f¨²tbol, pero con aplomo y un mayor grado de solidaridad, el equipo lleg¨® a poner el t¨ªtulo en el punto de mira. Hasta que la Copa de Europa se cruz¨® en su camino. Pese a los ocho goles con que le zurr¨® el Bayern, Del Bosque fue avanzando en su laboratorio y el experimento funcion¨® a las mil maravillas frente al Manchester, sin duda, la gran noche del Madrid en la temporada. De forma proporcional a la crecida en Europa, el equipo fue desatendiendo sus labores dom¨¦sticas. Confiado en la irregularidad del torneo espa?ol, el Madrid aplaz¨® sus deberes hasta el final. Demasasiada confianza: encaden¨® tres derrotas consecutivas en el Bernab¨¦u -Racing, Alav¨¦s y Valladolid- termin¨® quinto, apeado en la Copa y fuera de los puestos de Liga de Campeones. Todo a una carta: Par¨ªs. Pero sostiene Sanz que un partido no mide la gloria o el fracaso. Y no le falta la raz¨®n: la gloria maquilla el escrutinio y la derrota acent¨²a el fracaso. Saint Denis dict¨® sentencia: bendita improvisaci¨®n.
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