Deb¨² en martes y 13 ante Noruega

Espa?a debuta ma?ana ante Noruega (18.00) con una mirada recelosa sobre el calendario (es martes y 13) y otra sobre su propia historia (no gana en el inicio de un gran torneo desde 1988). Nada que temer, sin embargo. El seleccionador, Jos¨¦ Antonio Camacho, no se achanta ni por una cosa ni por otra. Ante supersticiones de calendario, el seleccionador asegura que le gusta el n¨²mero 13 porque su padre naci¨® un d¨ªa 13 del a?o 13."No soy supersticioso", dijo ayer Camacho. Y en cuanto al martes, ?qu¨¦ m¨¢s da que sea martes que mi¨¦rcoles? Los jugadores, por su parte, tambi¨¦n espantan las supersticiones cuando se les mentan, si bien algunos de ellos se alegraron de que una pareja de novios se hospedara en el hotel de la selecci¨®n en Tegelen el pasado viernes (dicen que los novios traen buena suerte).

La mayor¨ªa de los futbolistas oculta en p¨²blico el gran n¨²mero de supersticiones que acumula en privado (lo consideran un s¨ªntoma de debilidad): que si repetir con unas determinadas calzas hasta perder el primer partido, que si unas botas especiales con las que marcaron aquel gol, que si entrar al campo con el pie derecho, que si celebrar los goles besando en anillo, ...

Eso s¨ª, los entrenadores, los jugadores y los te¨®ricos del f¨²tbol coinciden abiertamente en un punto: conviene ganar el primer partido de cada fase final de un campeonato. Es vital, aseguran. Y, sin embargo, Espa?a lo hizo por ¨²ltima vez en la Eurocopa de 1988, ante Dinamarca (3-2) y no le sirvi¨® para nada. Perdi¨® los dos siguientes encuentros, ante Italia y ante Alemania, y se fue a la calle a las primeras de cambio. "Rompimos con esa regla de oro del f¨²tbol que dice que hay que ganar como sea el primer partido", recuerda el ex guardameta Andoni Zubizarreta. "Despu¨¦s pensamos que un empate ante Italia nos valdr¨ªa, pero nos ganaron los italianos al final del partido. Y despu¨¦s perdimos ante Alemania".

La impresi¨®n de que Espa?a suele tener un mal arranque en los campeonatos es cierta. De los 14 partidos con los que se ha estrenado en las fases finales tanto en los Mundiales como en las Eurocopas, ha empatado en seis ocasiones, ha perdido en cinco y ha vencido s¨®lo en tres. De sus tres victorias, dos quedan ya muy alejadas en el tiempo (en el Mundial de Italia34, ante Brasil, 3-1; y en el Mundial de Brasil50, ante Estados Unidos, 3-1). El tercer triunfo ya fue el de 1988, ante Dinamarca.

El agarrotamiento, los nerviso y el miedo a perder han propiciado que la selecci¨®n espa?ola haya empatado con bastante frecuencia. Obtuvo un vergonzante empate a uno en Mestalla ante Honduras en el Mundial de Espa?a 1982. Dos a?os antes firm¨® un cero a cero con Italia en la Eurocopa italiana de 1980. Volvi¨® a empatar en la siguiente Eurocopa, en Francia84, ante Rumania (1-1). Un campeonato en el que la selecci¨®n entrenada por Miguel Mu?oz fue de menos a m¨¢s, hasta plantarse en la final, que perdi¨® ante Francia por un fallo del meta Arkonada. Y volvi¨® a quedar en tablas en la siguiente Eurocopa, en Inglaterra96, ante Bulgaria (1-1), un torneo en el que se despidi¨® injustamente en cuartos de final ante el anfitri¨®n ingl¨¦s.

Humillante derrota

No son mejores los tres ¨²ltimos arranques espa?oles en los Mundiales. Un anodino 0-0 ante Uruguay en Italia90 hac¨ªa presagiar una desastrosa actuaci¨®n que luego se confirm¨®; otro pobre 2-2 ante Corea del Sur en Estados Unidos94 fue superado con una posterior reacci¨®n que acab¨® en cuartos de final a manos de una Italia muy afortunada; y una humillante derrota ante Nigeria en el pasado Campeonato del Mundo de Francia pes¨® como una losa en el posterior desarrollo del juego de la selecci¨®n, que ya no se sobrepuso. Esa derrota, adem¨¢s, supuso el principio del fin de Javier Clemente como seleccionador espa?ol.