V¨ªctor Puerto: "Ya no me preocupan las estad¨ªsticas"
Hay tardes con aspecto de empalizadas; ayer fue una. Los tendidos de sol, a medio gas; los de sombra, a resoplidos: todos intentando rebasar un muro de plomo que se ven¨ªa irremediablemente encima. Dos bostezos. El aburrimiento. Definitivamente, no era el d¨ªa de nadie. Pesaba el fin de semana. Para terminar de redondear el mal fario, entraba V¨ªctor Puerto a matar a su segundo toro y en la mano derecha se llevaba un puntazo."Se me est¨¢ pasando el efecto de la anestesia, y duele. ?Co?o, que duele!". Habla Puerto desde su habitaci¨®n poco despu¨¦s de terminada la corrida. Para ¨¦l ha finalizado la feria de Pamplona. Han sido dos tardes y una oreja. "Ha quedado claro que ven¨ªa a resolver un reto, y lo he hecho. De alguna forma, lo de Pamplona ha sido un paso m¨¢s en lo que algunos (yo tambi¨¦n, por qu¨¦ no) llaman una nueva etapa. Me doy cuenta de que ahora, cuando las estad¨ªsticas no me interesan lo m¨¢s m¨ªnimo, es cuando mejor se me dan; por eso las llevo bien", dice sin intentar disimular un contento s¨®lo amargado por la herida de la mano. "Hay que esperar 48 horas, pero no creo que esto me impida torear una sola corrida". De hecho, ni eso ni nada parecido podr¨¢ hacerlo. En lo que va de temporada, V¨ªctor Puerto atesora 37 compromisos cumplidos y 90 orejas. "Que conste que no me importan lo m¨¢s m¨ªnimo los n¨²meros. Ahora estoy preocupado por torear a gusto y hacerlo convencido".
Sin disimulos
El a?o pasado pintaron bastos para el diestro. Su paso por Las Ventas se cumpli¨® con un escueto dolor de cabeza, y de Pamplona qued¨® fuera pese a haber triunfado el a?o anterior. "Estaba claro que las cosas ten¨ªan que cambiar", afirma. Empez¨® temprano en Valdemorillo, y en Madrid se las vio con los astados de Dolores Aguirre y los de Guardiola. "S¨®lo, y como algo personal, me faltaba volver a Pamplona y hacerlo sin disimulos. Por eso he toreado lo que he toreado". El torero se refiere a los nombres nada f¨¢ciles de pronunciar para la mayor¨ªa del escalaf¨®n: Cebada Gago y Pablo Romero."Del d¨ªa anterior queda la oreja. De ¨¦ste, ?qu¨¦ puedo decir? Los toros tambi¨¦n tienen que ayudar un poco. El primero iba a su bola, sin fijeza ni celo alguno. A pesar de ello, de rodillas, con la izquierda, en determinados detalles, me he sentido muy torero y muy digno. Cuando no puede ser, por lo menos hay que estar por encima del ganado", comenta.
En lo que a su segundo se refiere faltan palabras y ganas: "Enseguida ha cantado. Se ha plantado en la plaza y ni humillaba ni nada. Entraba dando cabezazos". En resumen, dos tardes y una oreja. "No hablemos de n¨²meros", corta en seco: "Han sido dos tardes y el convencimiento de que las cosas est¨¢n cambiando y se han hecho bien". "Ahora s¨¦ que poco a poco tengo que ir aprendiendo y limando defectos. El objetivo es acercarse a la perfecci¨®n; a lo que uno siempre ha so?ado".
Babelia
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