Los ni?os del euro
Los hechos tardan en imponerse a los prejuicios. La gente no acepta f¨¢cilmente cambios en los datos cuando estos contradicen una tendencia que se ha mantenido durante mucho tiempo. Un ejemplo de esta inercia es el del ¨²ltimo gobierno socialista que entreg¨® el poder sin darse cuenta de que la tendencia del paro hab¨ªa cambiado dos a?os antes. Fue el nuevo gobierno el que, a los dos meses de tomar posesi¨®n, reconoci¨® el cambio diciendo aquello de "Espa?a va bien". Y ten¨ªa raz¨®n, porque el paro hab¨ªa empezado a descender a mediados de 1994 y as¨ª ha seguido seis a?os. La tasa de paro era entonces la peor de la OCDE y ello imped¨ªa ver el cambio que se hab¨ªa producido en su evoluci¨®n. Seis a?os despu¨¦s seguimos siendo los peores de la OCDE en desempleo pero ya se entiende la diferencia que existe entre el nivel de una variable y su evoluci¨®n.Al gobierno actual le podr¨ªa pasar lo mismo con la natalidad. Es verdad que la tasa de fecundidad espa?ola es la m¨¢s baja de Europa, pero ello no deber¨ªa ocultar el importante cambio de signo que se ha producido en los nacimientos en Espa?a. Quiz¨¢ por ese miedo a ir contra el prejuicio de que la natalidad va mal, casi nadie ha subrayado que la tendencia cambi¨® a mediados de 1998 y que, en 1999, el aumento de los nacimientos en Espa?a fue superior al del conjunto de la Europa comunitaria. En 1999, los nacimientos en la Uni¨®n Europea aumentaron un 0,1% mientras que en Espa?a aumentaron a una tasa extraordinaria, pr¨®xima al 4%, siendo Espa?a el pa¨ªs de mayor crecimiento de la natalidad entre los quince pa¨ªses de la Uni¨®n.
Ana Cabr¨¦, directora del Centro Demogr¨¢fico de Catalu?a, se atreve a decir que el crecimiento del a?o 2000 puede superar al de 1999. Seg¨²n Cabr¨¦, las espa?olas retrasaron la decisi¨®n de tener hijos. No decidieron no tenerlos, sino tenerlos m¨¢s tarde, con lo cual el Rey no va a ser una excepci¨®n en ver c¨®mo sus nietos se concentran en estos a?os. Los cambios en la econom¨ªa espa?ola apoyan esas tendencias demogr¨¢ficas. El euro, que tanto criticaron algunos economistas, ha introducido un horizonte de estabilidad en las expectativas econ¨®micas que influye decisivamente sobre las decisiones con consecuencias en el largo plazo. La gente sabe que aunque los gobiernos nos metan en problemas como, por ejemplo, los que tenemos ahora en la balanza comercial o la inflaci¨®n, sus consecuencias sobre variables esenciales como el tipo de inter¨¦s o de cambio son muy limitadas, pr¨¢cticamente nulas. Gracias al euro, los gobiernos espa?oles han perdido capacidad de desestabilizar. Los efectos del euro en estabilizar el horizonte econ¨®mico se han observado en la demanda de viviendas y no es extra?o que comprobemos tambi¨¦n su influencia sobre la decisi¨®n de tener hijos, donde la visi¨®n de un largo plazo estable es a¨²n m¨¢s importante.
Antes de que se lo digan sus sucesores, alguna autoridad del Gobierno deber¨ªa declarar que en Espa?a "la natalidad va bien". Ello ser¨ªa bueno porque as¨ª dejar¨ªan de anunciar planes para subvencionar la natalidad y, en cambio, podr¨ªan preocuparse de los que est¨¢n teniendo hijos. Espa?a ha desarrollado extraordinariamente las inversiones en educaci¨®n durante los ¨²ltimos treinta a?os pero las dotaciones de guarder¨ªas para los ni?os de menos de tres a?os van a ser insuficientes para atender al crecimiento de los nacimientos. Porque otro cambio interesante es que ahora las mujeres que consiguen empleo son las que tienen m¨¢s hijos. Las parejas m¨¢s acomodadas podr¨¢n recurrir a los inmigrantes para cuidar a sus hijos, pero las de menos recursos no podr¨¢n solucionar individualmente la tarea de compatibilizar el empleo y los hijos sin convertirla en una empresa heroica. Quienes ahora gobiernan deber¨ªan dejar a un lado la preocupaci¨®n por el nivel de la fecundidad y darse cuenta del cambio que se ha producido en la evoluci¨®n de la natalidad en Espa?a. Ello es importante a la hora de elaborar los Presupuestos. Quien analice los datos sin prejuicios reconocer¨¢ que el problema no va a ser la insuficiencia de ni?os, sino la insuficiencia de guarder¨ªas para los ni?os del euro.
mfordonez@teleline.es
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