La realidad y Padilla
La cruda realidad se apoder¨® del ruedo logro?¨¦s y s¨®lo se libraron Juan Jos¨¦ Padilla y el sexto de la tarde, un casta?o de casi seis a?os que se comport¨® de dulce en la muleta del diestro jerezano. Pero aquello no fue m¨¢s que un leve espejismo en una corrida aciaga, repleta de toros devueltos e incluso con un animal -el quinto- que sali¨® al ruedo, se desplom¨® y dio una vuelta al anillo entre aspavientos y costaladas como si hubiera perdido el juicio. Lleg¨® un momento en el que el corn¨²peta no pudo levantarse y hubo de ser apuntillado.Padilla consum¨® en el sexto un gran tercio de banderillas, haciendo la moviola, el molinillo y el viol¨ªn. El segundo par result¨® emocionante porque dej¨® que el morlaco le llegara muy cerca y prendi¨® los palos con donosura. Con el capote ensay¨® rogerinas al paso y gaoneras con medio enga?o plegado; se dice ensay¨® porque no lleg¨® a cuajar ning¨²n lance, pero todo aquello rebos¨® voluntad y torer¨ªa. Padilla comenz¨® la faena de hinojos. Lo mejor lleg¨® cuando se levant¨® y dio sitio al toro, cosa que nunca intentaron sus compa?eros de cartel. Y aunque sea verdad que Padilla carece de aroma, all¨ª hab¨ªa un torero dispuesto a todo. No se apret¨® en ninguna tanda y los muletazos eran como los mismos renglones torcidos de Dios, pero endilg¨® todos en el platillo y citando a un toro que fue a m¨¢s a medida que transcurr¨ªa su lidia. Al final lleg¨® la inevitable coda de rodillazos y desplantes y se tir¨® a matar sin mucha ortodoxia pero con un coraz¨®n sobrehumano que impresion¨® al p¨²blico. Era la verdad de Padilla, ante la realidad del destajismo funcionarial que asola a la fiesta.
Gago / Tato, Liria, Padilla Toros de Cebada Gago (1?, sobrero, en sustituci¨®n de un inv¨¢lido; otro sali¨® descoordinado y fue apuntillado): bien presentados, flojos, mansos, manejables; 6? muy noble
5?, segundo sobrero, de Jandilla, cinque?o, cornal¨®n, flojo, descastado. El Tato: pinchazo, media y estocada corta (pitos); tres pinchazos -aviso-, bajonazo y descabello (silencio). Pep¨ªn Liria: cuatro pinchazos y estocada (silencio); pinchazo en el costillar, dos pinchazos, estocada corta, dos descabellos -aviso-, cuatro descabellos y se echa el toro (pitos). Juan Jos¨¦ Padilla: estocada trasera desprendida (oreja); estocada (dos orejas); sali¨® a hombros. Se guard¨® un minuto de silencio en memoria del concejal asesinado por ETA. Plaza de la Manzanera, 21 de septiembre. 1? corrida de feria. Dos tercios de entrada.
El Tato abus¨® de la muleta retrasada y del cite al hilo del pit¨®n. Al primer cebada le cit¨® sobre una perra gorda y lo despach¨® sin pena ni gloria. El cuarto, que ten¨ªa m¨¢s movilidad, lo mand¨® al desolladero de la misma guisa. Pep¨ªn Liria, que anduvo abstracto y crepuscular, dista mucho de aquel fajador que se montaba literalmente sobre los toros.
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