Italia se ti?e de rojo

Una delirante explosi¨®n de alegr¨ªa sigui¨® ayer en Italia al triunfo de Michael Schumacher. Miles de personas -algunas a bordo de ferraris-, enarbolando banderas rojas con el s¨ªmbolo de la escuder¨ªa, recorrieron las calles principales de Roma, Mil¨¢n, Tur¨ªn y N¨¢poles, haciendo sonar las bocinas de los coches, vitoreando a Schumi. En Maranello, sede de Ferrari, las campanas de la iglesia doblaron durante horas en honor al piloto y a la escuder¨ªa que ayer conquist¨® un t¨ªtulo que Italia esperaba desde hace 21 a?os.Decenas de miles de aficionados bloquearon las carreteras de acceso a Maranello, situada en la provincia de M¨®dena, en el norte del pa¨ªs, en un intento desesperado de festejar en el sitio adecuado un triunfo largamente esperado por los aficionados italianos. Ni la lluvia ni el fr¨ªo m¨¢s invernal que oto?al deslucieron una celebraci¨®n que cont¨® con la entusiasta participaci¨®n de las fuerzas vivas. El alcalde y el p¨¢rroco del pueblo se sumaron a las manifestaciones populares, concediendo entrevistas a la radio y la televisi¨®n, que dedicaron una parte substancial de los informativos a lo largo de toda la jornada a relatar lo ocurrido en Suzuka seg¨²n todas las perspectivas posibles. No falt¨® de nada: biograf¨ªas de Schumacher, el alem¨¢n antip¨¢tico, ahora idolatrado por la legi¨®n de aficionados de Ferrari; la historia en im¨¢genes de los 21 a?os de derrotas ayer interrumpidos con el triunfo, y los ¨²ltimos tres a?os de infortunios, incluido el accidente de la temporada pasada que a juicio de m¨¢s de un entendido, le cost¨® la victoria a la escuder¨ªa. La cobertura del evento roz¨® la monograf¨ªa en algunos telediarios.

El presidente de la Rep¨²blica, Carlo Azeglio Ciampi, fue uno de los primeros italianos en felicitarse p¨²blicamente por el ¨¦xito. "Despu¨¦s de 21 a?os, finalmente, somos campeones del mundo con Ferrari. Nos lo merec¨ªamos", dijo Ciampi desde el puerto de Piombino, en la Toscana, donde presid¨ªa uno de los numerosos actos protocolarios que menudean en la agenda presidencial. "Todos los italianos somos felices porque Ferrari se ha convertido en un s¨ªmbolo nacional".

En opini¨®n de Luca Cordero de Montezemolo, presidente de Ferrari, la victoria conquistada por Schumacher tiene un valor que va mucho m¨¢s all¨¢ de la satisfacci¨®n deportiva. "Es la victoria de la tecnolog¨ªa italiana, la victoria de una f¨¢brica", dijo ante los entusiastas aficionados en Maranello. "La victoria me llena de satisfacci¨®n tambi¨¦n por la Fiat, porque es una victoria de la tecnolog¨ªa y de la capacidad de saber hacer productos innovadores. Hemos ganado contra los mayores colosos de la tecnolog¨ªa automovil¨ªstica, espacial y electr¨®nica del mundo". La menci¨®n a la Fiat era m¨¢s que obligada porque la casa turinesa es la due?a de Ferrari y Gianni Agnelli, presidente honorario del grupo, el verdadero factotum en asuntos de f¨®rmula 1. "Yo tambi¨¦n me he emocionado pensando en Enzo Ferrari ", declar¨® ayer il Avvocato sin una gota de nerviosismo ante las c¨¢maras de la televisi¨®n p¨²blica italiana. "Pensaba en que nos hab¨ªa pasado el testigo y finalmente le hemos aportado el campeonato mundial". A Schumacher, el presidente de Fiat le dedic¨® los mayores elogios. "Le coloco entre los grandes", dijo, "junto a Lauda, Stewart y Senna. Tiene una gran clase. Aunque no le caiga simp¨¢tico a todo el mundo, es un hombre con clase y de grandes cualidades en su conducta". Las l¨¢grimas del corredor, contempladas en directo por cientos de miles de italianos no las consider¨® Agnelli un signo de italianizaci¨®n del alem¨¢n: "No. Saber llorar y conmoverse es una capacidad que tienen todos los hombres de calidad".