La misteriosa muerte entre rejas del ¡®estrangulador de Boston¡¯
Albert DeSalvo muri¨® en prisi¨®n en 1973. Hab¨ªa confesado la muerte y violaci¨®n de 13 mujeres. Los investigadores no lograron probarlo y el caso sigue abierto


Era noviembre de 2000 y 36 a?os despu¨¦s de que muriera la ¨²ltima de las 13 v¨ªctimas, uno de los casos m¨¢s celebres de asesinatos en serie del siglo XX estaba a punto de ser reabierto. El llamado Estrangulador de Boston, magistralmente encarnado en el cine por Tony Curtis, podr¨ªa seguir vivo, en opini¨®n de la familia de una de las mujeres asesinadas y de la familia del propio Albert DeSalvo, el hombre que confes¨® los cr¨ªmenes y muri¨® en prisi¨®n sin haber sido juzgado por ellos. Entre el 14 de junio de 1962 y el 4 de enero de 1964, 13 mujeres fueron violadas y estranguladas en su domicilio.
Aunque sus edades eran muy dispares (entre los 19 y los 85 a?os), todas las muertes resultaban similares: el asesino se presentaba en casa de la v¨ªctima haci¨¦ndose pasar por fontanero o empleado de la compa?¨ªa telef¨®nica, se ganaba su confianza y, una vez dentro, comet¨ªa la agresi¨®n. Utilizaba una media o un pa?uelo para el estrangulamiento, que dejaba en torno al cuello, anudado con un gran lazo. Entre los dedos de los pies de Mary Sullivan, la ¨²ltima v¨ªctima, coloc¨® una felicitaci¨®n de A?o Nuevo. La polic¨ªa no consegu¨ªa dar con la persona que aterrorizaba a la ciudad y a quien los peri¨®dicos llamaban "el criminal fantasma". Ten¨ªa sospechosos, pero ninguno de ellos pod¨ªa haber cometido toda la serie de cr¨ªmenes.
En realidad, nadie acus¨® nunca a DeSalvo de ser el Estrangulador de Boston, salvo ¨¦l mismo.?Ninguna prueba le ligaba a los cr¨ªmenes y no se le juzg¨® por ellos
Pero ocurri¨® algo inesperado. El 27 de octubre de 1964, un hombre logr¨® entrar, haci¨¦ndose pasar por detective, en el domicilio de una joven. La at¨®, la viol¨® y luego se fue, tras decir "lo siento". La descripci¨®n ofrecida por la v¨ªctima condujo a la identificaci¨®n de Albert DeSalvo, casado y con dos hijos, con numerosos antecedentes por robo y abuso sexual. Cuando su fotograf¨ªa fue publicada en los peri¨®dicos, decenas de mujeres dijeron haber sido violadas por DeSalvo. Los casos que afloraron no parec¨ªan guardar relaci¨®n alguna con los cr¨ªmenes del estrangulador.
En realidad, nadie acus¨® nunca a DeSalvo de ser el Estrangulador de Boston, salvo ¨¦l mismo. Un a?o despu¨¦s, cuando permanec¨ªa en el Hospital Estatal de Boston ¡ªse le diagnostic¨® esquizofrenia¡ª a la espera de varios juicios por violaci¨®n, anunci¨® a su abogado que ¨¦l era el autor de todas las muertes. El propio abogado, Lee Bailey, crey¨® que la confesi¨®n era falsa y que DeSalvo solo pretend¨ªa reforzar la impresi¨®n de que estaba loco y escribir una Autobiograf¨ªa del Estrangulador de Boston con la que ganar dinero para su familia. Ninguna prueba le ligaba a los cr¨ªmenes y no se le juzg¨® por ellos.
El 26 de noviembre de 1973, cuando ten¨ªa 42 a?os, DeSalvo fue asesinado en la c¨¢rcel. Y el caso qued¨® cerrado. Hasta que Casey Sherman, sobrino de Mary Sullivan, la ¨²ltima v¨ªctima, ley¨® en 1995 Los estranguladores de Boston, de Susan Kelly. El libro sosten¨ªa que no hubo un solo asesino, sino varios que se imitaron rec¨ªprocamente. Sherman pregunt¨® a su madre, y ella le confes¨® su convicci¨®n de que DeSalvo no era el hombre que mat¨® a su hermana. Sherman pidi¨® entonces las grabaciones de la confesi¨®n de DeSalvo y descubri¨® que su descripci¨®n de los asesinatos no se ajustaba a lo establecido por las autopsias. Sherman, aliado con Richard DeSalvo, el hermano de Albert, pidi¨® que se reabriera el caso.
En octubre de 2000, el fiscal general de Massachusetts, Thomas Reilly, anunci¨® que se hab¨ªa hallado material gen¨¦tico (no especific¨® cu¨¢l) relacionado con el asesinato de Mary Sullivan y que se intentar¨ªa realizar la prueba del ADN. El cad¨¢ver de la v¨ªctima fue exhumado, se recogieron muestras y la familia DeSalvo aport¨® restos del presunto asesino. A¨²n no es seguro que la prueba gen¨¦tica pueda arrojar resultados concluyentes, dada la antig¨¹edad de las muestras.
Casey Sherman repas¨® la lista de personas que investigaba la polic¨ªa de Boston antes de la confesi¨®n de DeSalvo. En el caso de su t¨ªa, el principal sospechoso era el novio de una de las compa?eras de piso de Mary Sullivan, que fue visto por un testigo en las cercan¨ªas de la vivienda hacia la hora en que debi¨® cometerse el asesinato. El sospechoso fue sometido en 1964 al detector de mentiras y, seg¨²n el no muy fiable sistema poligr¨¢fico, su coartada era falsa. Como todas las muertes acabaron carg¨¢ndose en el expediente de DeSalvo, la polic¨ªa dej¨® de investigar a ese sospechoso. Sherman le localiz¨® tiempo atr¨¢s en su actual residencia, en Nueva Inglaterra, y le propuso que se sometiera a la prueba del ADN para despejar dudas. El sospechoso se neg¨®.
En diciembre de 2001, un equipo cient¨ªfico puso en duda con pruebas gen¨¦ticas que Albert de Salvo fuera el asesino de las 13 v¨ªctimas, tras examinar el cuerpo de la ¨²ltima asesinada, Marry Sullivan, fallecida el 4 de enero de 1964; con lo que el caso sigue abierto.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.