Habitantes de un mundo imaginario
El festival de marionetas de Tolosa resume en una exposici¨®n la tradici¨®n titiritera de Bulgaria
Entrar en el Palacio Aranburu de Tolosa significa aceptar una invitaci¨®n para sacudirse los problemas y explorar un mundo imaginario creado por otros. Por b¨²lgaros que regalan historias de amor, humor o intriga a trav¨¦s del arte de las marionetas. Liubomir Tzakev, Ivan Tzonev, Silva Bachvarova, Vassil Rokomanov y Maya Petrova, cinco de los mejores escen¨®grafos de ese pa¨ªs, exponen hasta el pr¨®ximo domingo una importante muestra de su trabajo. Brindan un espect¨¢culo colorista para todos los p¨²blicos que demuestra que el arte no decae necesariamente en ¨¦pocas de escasez.La exposici¨®n, uno de los atractivos de la 18? edici¨®n del Festival Internacional de Marionetas de Tolosa, re¨²ne centenares de piezas, entre bocetos de t¨ªteres, marionetas, fotograf¨ªas de espect¨¢culos y otros elementos escenogr¨¢ficos. ?Y todo lo hacen ellos? ?Tambi¨¦n los calcetines? ?Cu¨¢nto tiempo tardan? Quien pregunta es un ni?o de 11 a?os, uno de los 2.000 escolares guipuzcoanos que ha pasado durante estos d¨ªas por la muestra. La azafata le responde pacientemente que s¨ª, que los artistas controlan todo el proceso y que hay ahora profesionales trabajando para preparar la muestra del pr¨®ximo a?o.
Todas las piezas est¨¢n realizadas de forma artesanal, tanto las marionetas de manotazo, como las de manopla o de varillas. Las hay fabricadas en cart¨®n, a base de palos o fibra e incluso de madera. Y vestidas fundamentalmente con tela de saco, trapos o lana. Las azafatas explican en euskera y castellano el proceso de creaci¨®n de los t¨ªteres, desde su dise?o en papel y en blanco y negro hasta el nacimiento del personaje dispuesto ya a saltar al escenario. A¨²n y todo "a los ni?os les cuesta entrar", dice una de las gu¨ªas. Por eso utilizan todo tipo de argucias para tratar de introducirlos en el mundo del t¨ªtere. A veces recurren a personajes de cuentos universales que acaban por despertar su curiosidad, porque los escen¨®grafos de esta muestra han inspirado gran parte de sus trabajos en relatos bien conocidos. Vassil Rokomanov, por ejemplo, ha creado sus propios personajes para La bella y la bestia y Silva Bachvarova, para El mago de Oz. Cada uno tiene un espacio propio para exhibir sus creaciones, algunas colgadas del techo, otras dispuestas en la pared. Las menos, como la silla de El fantasma de Canterville, sorprenden en el mismo centro de la sala.
El espectador tiene la posibilidad de comprar las piezas de esta exposici¨®n, obra de artistas que se han convertido en figuras se?eras de la puesta en escena. La delicada situaci¨®n econ¨®mica por la que atraviesa Bulgaria, tras el final del r¨¦gimen comunista no ha podido acabar con la tradici¨®n titiritera b¨²lgara, que vive ahora uno de sus mejores momentos. Pero la organizaci¨®n del festival recuerda que la creatividad de estos artistas no es fruto de la casualidad. Los b¨²lgaros crearon teatros especializados para los espect¨¢culos de marionetas y llevaron el t¨ªtere hasta la universidad.
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