Gao Xingjian critica los sistemas pol¨ªticos y de mercado que desvirt¨²an la literatura
El Nobel chino pronuncia un l¨²cido discurso de aceptaci¨®n del premio en la Academia Sueca
Gao Xingjian pronunci¨® ayer, en la Academia Sueca, uno de los discursos conceptualmente m¨¢s profundos que se han escuchado en el ya centenario ritual de los elegidos para el Premio Nobel de Literatura. En chino, y con el sal¨®n de actos repleto, Gao Xingjian critic¨® cualquier forma de opresi¨®n pol¨ªtica o de mercado que desvirt¨²e la tarea del escritor. "En su propia naturaleza, la literatura no tiene nada que ver con la pol¨ªtica; es un asunto puramente individual". El primer autor chino que recibe este premio dijo que el desaf¨ªo del escritor es enfrentarse a la invasi¨®n de los valores del mercado.
El t¨ªtulo de su discurso, Raz¨®n de ser de la literatura, result¨® m¨¢s inocente que el divulgado en d¨ªas anteriores y que el mismo escritor hab¨ªa anunciado a su llegada a Estocolmo. Las previsiones sobre el contenido del discurso se refer¨ªan a la influencia de la pol¨ªtica sobre la literatura. Quienes esperaban y deseaban un discurso panfletario contra la llamada literatura comprometida pueden haberse sentido un tanto defraudados. Gao Xingjian no es el t¨ªpico disidente que, cegado por la pasi¨®n pol¨ªtica, pierde toda ecuanimidad, hasta el punto de invalidar la credibilidad de su mensaje. En sus encuentros con la prensa, la reiteraci¨®n de los periodistas en las preguntas de contenido pol¨ªtico m¨¢s bien le han desagradado.Ello no significa que haya omitido formular en cada oportunidad adecuada, y lo fundament¨® ayer en su disertaci¨®n, su rechazo radical a cualquier forma de opresi¨®n pol¨ªtica o del mercado sobre la tarea del escritor. "Cuando la literatura deviene en estandarte de una naci¨®n, voz de un partido, vocero de una clase o grupo, cualesquiera que sean los medios utilizados para difundirla, no podr¨¢ evitar convertirse en un objeto utilitario al servicio del poder y sus intereses. Y en ese caso habr¨¢ perdido su esencia, su verdadera naturaleza".
Y record¨® que en el siglo que acaba de finalizar, y aun en otros periodos anteriores, la literatura ha sido confrontada a esa desgracia y los escritores han estado marcados por la pol¨ªtica y el poder y han sufrido las peores opresiones y perjuicios. Gao neg¨® el papel de superhombre del escritor, que se cree habilitado para opinar, casi siempre con soberbia, de todos los acontecimientos. "El escritor es un hombre com¨²n", dijo, "quiz¨¢s simplemente m¨¢s sensible que los dem¨¢s, lo que lo convierte en m¨¢s vulnerable. No se expresa ni como vocero de un pueblo ni en la encarnaci¨®n de la justicia. Su voz es inevitablemente d¨¦bil, y ello hace precisamente que sea m¨¢s aut¨¦ntica".
Tiempos oscuros
Puso el ejemplo de su pa¨ªs, China, del que no reniega pese a tener nacionalidad francesa, porque all¨ª est¨¢n sus ra¨ªces culturales y buena parte de "los oscuros" tiempos que le toc¨® vivir. Y no dej¨® lugar a dudas. Si la literatura china del siglo XX se ha encontrado muchas veces tan exang¨¹e que ha estado a punto de desaparecer, afirm¨®, ha sido precisamente porque la pol¨ªtica ha dominado a la literatura. Los ataques sistem¨¢ticos llevados contra la cultura tradicional china han conducido, en nombre de la revoluci¨®n, a la prohibici¨®n de libros y su destrucci¨®n por el fuego.Record¨® que, en los ¨²ltimos 100 a?os, gran n¨²mero de escritores han sido fusilados, encarcelados, condenados a trabajos forzados y al exilio. Adem¨¢s de eliminar coactivamente la libertad de expresi¨®n, punto central de la creaci¨®n. Un escritor que reivindica su libertad de pensar, que se niega a ser reducido al silencio, no le queda otro camino que el suicidio. Y si quiere escapar a ¨¦ste, la opci¨®n restante es la huida. Esto ha sido as¨ª, afirm¨®, en la historia de la literatura, tanto en Oriente como en Occidente, y record¨® los nombres de Qu Yuan, Dante, Joyce, Thomas Mann, Solzhenitsin, tanto como a los escritores chinos que tuvieron que exiliarse despu¨¦s de los sucesos de Tiananmen. Tal es el destino de los poetas y escritores que quieren salvar su propia voz.
Gao Xingjian aludi¨® a su propia experiencia de escritor y se?al¨® que el fundamento de la literatura es el reconocimiento de su propio valor de hombre. Ese di¨¢logo, "converso con el hombre que siempre va conmigo", dec¨ªa Antonio Machado, es, para Gao, piedra angular en la creaci¨®n literaria. Y la herramienta que hace posible la literatura, el lenguaje, "es la cristalizaci¨®n m¨¢s elevada de la civilizaci¨®n humana. Refinado, profundo, inaccesible, penetra las sensaciones y los conocimientos del hombre y establece un v¨ªnculo entre el sujeto sensible y el conocimiento del mundo. Es un fruto tan maravilloso que permite a individuos aislados, de or¨ªgenes y generaciones diferentes, comunicarse".
Reafirmando su posici¨®n respecto a literatura y pol¨ªtica, el primer Nobel de Literatura del milenio record¨® que cuando hab¨ªa acabado uno de sus libros m¨¢s celebrados, La monta?a del alma, defend¨ªa este tipo de literatura. "En su propia naturaleza, la literatura no tiene nada que ver con la pol¨ªtica; es un asunto puramente individual, una observaci¨®n, una suerte de rememoraci¨®n de cierta experiencia, de pensamientos y sentimientos".
Y record¨® que algunas grandes utop¨ªas revolucionarias, en las que la literatura estuvo al servicio de determinados ideales, terminaron en tragedia. Record¨® tambi¨¦n que la literatura, como la moda, cambia con el transcurso de los a?os. Pero la diferencia, subray¨®, entre la moda y el juicio de valor en literatura reside en el hecho de que la moda da prioridad solamente a lo que es nuevo, un mecanismo normal de funcionamiento del mercado, al que el libro no es una excepci¨®n. "Si el juicio est¨¦tico del escritor debiera seguir las tendencias del mercado, ello conducir¨ªa al suicidio de la literatura".
Si en el pasado la literatura ha debido enfrentarse al poder pol¨ªtico y a la presi¨®n de las costumbres sociales, en la actualidad, dijo el premio Nobel, el desaf¨ªo que debe enfrentar es el de la invasi¨®n de los valores del mercado, de la sociedad de consumo, aun a riesgo de tener que aceptar la soledad.
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