El f¨²tbol, el Fulham y el fara¨®n
El equipo de Mohamed al Fayed est¨¢ a punto de ascender a la Premier League inglesa tras una temporada arrolladora
Louis Saha, el jugador estrella del Fulham, acababa de fallar una clara oportunidad de gol. Sentado en el palco, el presidente del club, murmur¨®: "?Que le corten las pelotas!"Nadie acusa a Mohammed Al Fayed de ser un hombre cuyos triunfos en la vida se deban al refinamiento, a la delicadeza, a los buenos modales. Nacido en Alejandr¨ªa, de familia humilde, el joven egipicio lleg¨® a Londres hace unos 40 a?os con la idea, fundada nada m¨¢s que en un feroz y f¨¦rreo deseo, de hacerse rico y famoso. Pocas veces en la historia de la humanidad una ambici¨®n tan desmesurada, tan poco probable, se ha hecho, tan espectacularmente, realidad.
Due?o desde hace 15 a?os de Harrods, la tienda m¨¢s prestigiosa del mundo y una instituci¨®n brit¨¢nica equiparable con el Palacio de Buckingham, el multimillonario invirti¨® en mayo de 1997 un modesto porcentaje de su fortuna en la compra de Fulham F.C., un club londinense reci¨¦n ascendido a la Segunda Divisi¨®n cuyos d¨ªas de gloria pertenec¨ªan a la antigua historia, a los a?os cincuenta cuando contaba en sus filas con el gran centrocampista Johnny Haynes y el tenaz goleador Bobby Robson.
Tres meses tras la compra del Fulham, Al Fayed se convirti¨® en una figura mundial. Nada que ver con el f¨²tbol. El 31 de agosto de 1997 su hijo Dodi muri¨® en un accidente de coche en Par¨ªs en el que tambi¨¦n perdi¨® la vida su amante, la Princesa Diana de Gales.
Poco despu¨¦s, Al Fayed padre, que nunca mide sus palabras (ni en los estadios ni en ning¨²n lado), denunci¨® la existencia de un siniestro complot. El "accidente" hab¨ªa sido, en realidad, un asesinato. Los asesinos hab¨ªan sido integrantes de los servicios secretos brit¨¢nicos y el cerebro, el que hab¨ªa dado las ordenes, nada menos que el marido de la reina, el Pr¨ªncipe Felipe de Edimburgo.
?Por qu¨¦ habr¨ªa hecho la familia real semejante barbaridad? Porque, seg¨²n el obsesionad¨ªsimo Al Fayed, no quer¨ªan que la princesa se casase con un ¨¢rabe, que el padrastro del futuro rey fuese un musulm¨¢n. Adem¨¢s, Al Fayed sigue insitiendo que el Pr¨ªncipe Felipe es un simpatizante nazi.
A pesar de invertir enormes cantidades de energ¨ªa, de ret¨®rica y de dinero, Al Fayed ha fracasado en el intento de comprobar sus esc¨¢ndalosos alegatos. El otro gran fracaso de su vida, el que en gran parte alimenta su indignaci¨®n hacia el establishment ingl¨¦s, ha sido su incapacidad de convencer a las autoridades para que le concedan la ciudadan¨ªa brit¨¢nica.
El gran consuelo de Al Fayed, y hasta cierto punto su venganza, ha sido el descomunal ¨¦xito de Fulham Football Club.
Al anunciar la compra en mayo de 1997 declar¨®, en una conferencia de prensa en la que ofreci¨® champ¨¢n franc¨¦s a todos los periodistas, que en cuesti¨®n de cinco a?os el Fulham ascender¨ªa a la Premier League. En el mundo del f¨²tbol se interpret¨® la declaraci¨®n como otro delirio m¨¢s del hombre que muchos llam¨¢n el fara¨®n, ya que en ese momento el Fulham estaba en la Segunda Divisi¨®n, reci¨¦n llegado de la Tercera (la m¨¢s inferior de las cuatro ligas profesionales inglesas).
Pero en el f¨²tbol el dinero es capaz de realizar milagros. Al Fayed, que por m¨¢s fama de bruto que tenga nadie le acusa de carecer de astucia, logr¨® convencer a Kevin Keegan, a base de un sueldo desconocido en la Segunda Divisi¨®n, para encargarse de entrenar el primer equipo. Funcion¨®. El Fulham ascendi¨® a la Primera Divisi¨®n. Y parec¨ªa que iba r¨¢pidamente rumbo a la Premier League cuando Keegan cometi¨® el error garrafal hace 18 meses de exceder sus posibilidades, de no reconocer sus limitaciones, y aceptar el puesto de seleccionador nacional.
El Fulham, bajo el mando de un entrenador poco inspirado, no logr¨® gran cosa en la temporada 1999-2000. La racha se detuvo. Este verano pasado cambi¨® todo cuando Al Fayed tuvo la suerte de encontrarse con Eric Cantona, a quian le pidi¨® consejos. ?Qu¨¦ hacer para que el Fulham pase a la Premier? Cantona lo ten¨ªa muy claro. "Fiche a Jean Tigana de entrenador".
Dicho y hecho. El gran ex jugador franc¨¦s, el que gloriosamente acompa?¨® en el centro del campo a Platini y Giresse en la selecci¨®n francesa que gan¨® la Eurocopa de 1984, pidi¨® un sueldo extravagante. Hab¨ªa triunfado en el Monaco como entrenador y muchos dec¨ªan que su destino era acabar siendo seleccionador franc¨¦s. Tigana exigi¨® m¨¢s de un mill¨®n de libras (275 millones de pesetas) anuales. Al Fayed no s¨®lo se lo pag¨® sino que le dio un contrato por cinco a?os.
El ¨¦xito de la inversi¨®n tal vez nos ayude a comprender c¨®mo fue que el pobre jovenzuelo de Alejandr¨ªa logr¨® convertirse en uno de los hombres m¨¢s ricos de Europa, con (adem¨¢s de Harrods), su castillo del siglo XIII en Escocia, su palacio moderno en Saint Tropez y su flota de aviones privados.
En la pretemporada, Tigana instaur¨® un despiadado nuevo r¨¦gimen en los entrenamientos (tres veces a la semana los jugadores sal¨ªan a correr a las seis y media de la ma?ana), un control minucioso de los alimentos y un sistema de revisi¨®n m¨¦dica casi constante. La modernizaci¨®n se extendi¨® a un nuevo orden t¨¢ctico inspirado en el impulso de esa gran selecci¨®n francesa de los a?os ochenta. Y se fich¨® a Louis Saha, del Metz, por 500 millones de pesetas.
Transcurridas 19 jornadas nadie duda de que el Fulham del fr¨ªo y elegante Tigana ascender¨¢ a la Premier League. Anteayer mismo gole¨® en su ¨²ltimo partido, 5-0, al Watford, hundido del segundo al octavo puesto en las ¨²ltimas jornadas y cuyo due?o es otro personaje interesante, Elton John. La pregunta simplemente es: ?Cu¨¢ndo subir¨¢ el Fulham? ?Antes del a?o nuevo? ?Para fines de enero? Gan¨® los primeros once partidos de la temporada seguidos. Lleva 19 victorias con cuatro empates y una derrota. Ha sumado 61 puntos, con 10 de ventaja sobre el segundo, el Bolton, y ha marcado 60 goles.
Y el f¨²tbol que est¨¢ jugando no es el f¨²tbol agresivo, de pelotazos, tradicional en las islas. El que ha vuelto a jugar esta temporada el Leeds United, por ejemplo, tras ilusionar el a?o pasado con su toque y entusiasmo juvenil. El Fulham, como dec¨ªa el Daily Telegraph el otro d¨ªa, est¨¢ jugando "fantasy football". Retiene el bal¨®n pero sus hombres juegan r¨¢pidamente; tienen buena t¨¦cnica, pero los 90 minutos no dejan de correr.
En cuanto a Saha, ha resultado ser el mejor fichaje en todo el f¨²tbol ingl¨¦s esta temporada. "Es un excelente jugador, r¨¢pido e inteligente", opinaba hace unos d¨ªas, codicioso, el entrenador del Wimbledon. "Es como una bella mujer, que encima tiene much¨ªsimo dinero".
Los viejos aficionados que van a Craven Cottage (a veces, antes de comenzar un partido, el estadio parece que est¨¢ presenciando un congreso de jubilados), han vivido de las memorias, se han nutrido de la nostalgia de los d¨ªas de Haynes y Robson (y de un curioso intervalo en los a?os setenta cuando George Best, semijubilado y bebedor, adornaba las filas del Fulham). Por fin, la lealtad de los fans ha sido premiada.
Y saben a qui¨¦n darle las gracias. Antes de cada partido en Craven Cottage y tambi¨¦n despu¨¦s cuando ha ganado el Fulham, Al Fayed tiene la costumbre de hacer un recorrido triunfal ante las gradas. La Reina Isabel lo desde?ar¨¢, el establishment ingl¨¦s dir¨¢ que es un vulgar¨ªsimo nuevo rico (un Jes¨²s Gil londinense), pero los incondicionales del Fulham lo saludan como las masas egipcias al fara¨®n, como los romanos a C¨¦sar cuando retornaba a casa tras una gloriosa campa?a militar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.