McCain pide a Bush que reforme la financiaci¨®n electoral
El senador de Arizona John McCain, el mismo que asust¨® a George W. Bush con su victoria en algunas de las primarias republicanas, cumpli¨® su promesa de llevarle inmediatamente a la Casa Blanca su propuesta para una legislaci¨®n sobre financiaci¨®n electoral mucho m¨¢s estricta que la actual. McCain quiere que las corporaciones y los individuos tengan l¨ªmites insalvables en sus donaciones a los partidos y los candidatos durante las campa?as electorales. Ni Bush ni una parte de su partido quieren las reformas, pero McCain podr¨ªa sacarlas adelante con el apoyo de senadores dem¨®cratas.
McCain insiste en que ¨¦l, igual que Bush, 'tiene un mandato que cumplir'. Aunque acab¨® perdiendo la nominaci¨®n, el senador mantiene que su ¨¦xito inesperado en las primarias le proporciona autoridad moral para defender en la Casa Blanca su caballo de batalla: la reforma de la financiaci¨®n electoral.
La propuesta de McCain quiere restringir al m¨ªnimo las contribuciones a partidos y candidatos a trav¨¦s del llamado 'dinero blando' (soft money) y persigue en ¨²ltimo t¨¦rmino acotar la influencia de las grandes empresas en la pol¨ªtica de EE UU.
La financiaci¨®n electoral de este pa¨ªs s¨®lo permite a las corporaciones y las personas un m¨¢ximo de 25.000 d¨®lares (4,5 millones de pesetas) de donativo anual a empresas y candidatos; es lo que se conoce como el 'dinero duro' (hard money), sometido a la luz p¨²blica.
Agujero legal
Sin embargo, la Comisi¨®n Electoral Federal cre¨® en 1978 un agujero legal por el que las grandes compa?¨ªas o los contribuyentes m¨¢s generosos pod¨ªan inyectar d¨®lares sin l¨ªmite y sin necesidad de hacerlo p¨²blico. La ley establece que este 'dinero blando' va a parar al partido de forma gen¨¦rica y proh¨ªbe a las formaciones pol¨ªticas emplearlo directamente en la campa?a electoral de un candidato. Pero los partidos han encontrado f¨®rmulas de todo tipo para desviar el dinero hacia ese objetivo, principalmente a trav¨¦s de anuncios que degradan al candidato contrario. La ¨²nica limitaci¨®n es la prohibici¨®n de pedir el voto para el candidato propio, pero eso es algo innecesario en una publicidad tan agresiva como la estadounidense.
En las ¨²ltimas elecciones, anuncios pagados por la industria de las armas permit¨ªan culpar al Gobierno dem¨®crata del ¨ªndice de criminalidad; no se ped¨ªa el voto para Bush, pero tampoco hac¨ªa falta.
McCain ha logrado la notoriedad con una propuesta que quiere ilegalizar las contribuciones en 'dinero blando', que se han disparado de 150 millones en 1996 a 255 (45.900 millones de pesetas) en el a?o 2000. Bush tiene una visi¨®n diferente a la de McCain para reformar la financiaci¨®n electoral, pero dio la bienvenida al senador y ex contrincante en su temprana visita a la Casa Blanca.
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