ETA indulta a Melit¨®n
El pasado que regresa. En Alemania, con el intento de la derecha de arreglar cuentas con los antiguos izquierdistas hoy en el Gobierno roji-verde de Schr?der; aqu¨ª, con la condecoraci¨®n concedida al torturador Manzanas.
Daniel Cohn-Bendit, s¨ªmbolo de la rebeli¨®n juvenil del 68, ha reconocido que tambi¨¦n ¨¦l estuvo fascinado por la violencia: aquellas fantas¨ªas de revoluci¨®n instant¨¢nea inspiradas en la traducci¨®n europea de las luchas anticolonialistas: el mito de los 15 del Granma, la m¨ªstica del Che. Pero ya en 1985 lamentaba Cohn-Bendit que algunos grupos 'nos tomaron la palabra; se armaron de rev¨®lveres y de bombas [y] la realidad no tard¨® en superar a la ficci¨®n'.
La realidad. En junio de 1976, un comando formado por dos palestinos y tres alemanes desvi¨® al aeropuerto de Entebbe, en Uganda, un avi¨®n de Air France en ruta de Tel Aviv a Par¨ªs. El objetivo era forzar a las autoridades germanas a poner en libertad a los dirigentes del grupo de Andreas Baader y Ulrike Meinhof. Uno de los viajeros liberados tras una primera selecci¨®n entre el pasaje explic¨® el criterio seguido: 'Comenzaron a separar a los jud¨ªos de quienes no lo eran'. Ese detalle fue 'una revelaci¨®n' para el actual ministro germano de exteriores, Joschka Fischer: 'Los que hab¨ªan comenzado como antifascistas, tomando distancias con la generaci¨®n de sus padres, hab¨ªan acabado por adoptar los gestos y el lenguaje del nacional-socialismo'.
La influencia de Cohn-Bendit y Fischer fue considerable para canalizar a gran parte de su generaci¨®n hacia la izquierda democr¨¢tica. Otras evoluciones han ido en sentido contrario. Horst Mahler, un abogado que hab¨ªa defendido a Baader y que m¨¢s tarde se adhiri¨® a su banda, por lo que fue detenido y condenado a 14 a?os, anunci¨® el verano pasado su afiliaci¨®n a NPD, el partido neonazi, en el que ya militaba el marido de Ulrike Meinhof. La hija de ambos, Bettina R?hl, periodista, ha sido quien ha aportado las fotos de 1973 en las que se ve a Fischer, junto a un futuro terrorista, atacando a un polic¨ªa en el curso de una manifestaci¨®n. Hay un cierto dramatismo y alguna sordidez en estas denuncias: la manifestaci¨®n era en solidaridad con Ulrike, la madre de Bettina; y Margrit Schiller, una antigua activista, ha acusado a Fischer de haberla dado cobijo en su comuna: le acusa de haberla ayudado.
Manzanas: algunas de las personas a las que tortur¨® han sido asesinadas por ETA, como Jos¨¦ Luis L¨®pez de Lacalle ; al menos dos de los seis condenados a muerte por el franquismo acusados de haber decidido matar a Manzanas, se ven hoy obligados a llevar escolta. Hay m¨¢s paradojas: Arzalluz ha dicho que fue el asesinato de Manzanas lo que le hizo afiliarse al PNV, en 1968, por rechazo a la v¨ªa violenta; pero ahora dice que ese asesinato, y el de Carrero, fueron 'actos de virtud c¨ªvica'. Ahora: cuando se ha visto que lo que se justific¨® en nombre de la lucha contra la dictadura no ces¨® tras la desaparici¨®n del r¨¦gimen.
En un apasionante libro de memorias que se publica estos d¨ªas (El precio de la libertad. Espasa), Mario Onaind¨ªa ofrece informaci¨®n de primera mano sobre las circunstancias que precedieron y siguieron a la decisi¨®n de matar a Manzanas. Entre los que estaban all¨ª nadie hubiera imaginado que la violencia pudiera un d¨ªa continuarse contra un r¨¦gimen democr¨¢tico. No se puede juzgar lo de entonces con criterios de hoy, pero tampoco podemos ignorar que eso que se consideraba impensable, ha ocurrido.
Los nacionalistas tienen raz¨®n al subrayar que hasta en el horror hay grados, y que no es lo mismo asesinar a un torturador franquista (o a un polic¨ªa nazi en la Francia ocupada) que a los clientes de Hipercor; ni siquiera es lo mismo que asesinar a un torturador en un r¨¦gimen democr¨¢tico, en el que existe la posibilidad de castigar legalmente ese delito. Pero son los nacionalistas quienes borran la frontera entre dictadura y democracia. Con palabras, los nacionalistas del PNV que casi todos los domingos califican de franquista al Gobierno del PP; con palabras y hechos, los terroristas de ETA que se atribuyen el derecho de asesinar a concejales de ese partido. Pero al hacerlo est¨¢n indultando a Manzanas. Decir que Mayor Oreja es lo mismo que Camilo Alonso Vega equivale a identificar una democracia imperfecta con una dictadura perfecta; y a Melit¨®n, con un funcionario que defiende el Estado de derecho.
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