IBM, al servicio del holocausto
Un libro describe c¨®mo el r¨¦gimen de Hitler clasific¨® a sus v¨ªctimas con material de la firma estadounidense
Cada persona internada en los campos de exterminio nazi ten¨ªa una ficha inform¨¢tica. Se trataba de tarjetas perforadas, el material avanzado de la ¨¦poca. Si el interno era jud¨ªo, su n¨²mero clave era el 8. Si era homosexual, el 3. Si era gitano, el 12. Esas tarjetas, que permitieron al r¨¦gimen de Adolf Hitler identificar, localizar y clasificar a millones de v¨ªctimas, eran fabricadas por IBM en Estados Unidos. Y los directivos de la compa?¨ªa sab¨ªan perfectamente cu¨¢l era su uso en Alemania. ?sta es una de las afirmaciones contenidas en un libro publicado ayer en Nueva York bajo un t¨ªtulo inequ¨ªvoco: IBM y el holocausto: la alianza estrat¨¦gica entre la Alemania nazi y la corporaci¨®n m¨¢s poderosa de Am¨¦rica.
La utilizaci¨®n sistem¨¢tica de los ordenadores por parte de los nazis es bien conocida desde hace a?os. En el Museo del Holocausto de Washington se expone un ordenador de IBM empleado para elaborar el censo alem¨¢n de 1933. Se trata de un desarrollo de una de las m¨¢quinas creadas en 1890 por Herman Hollerith para la Oficina del Censo de Estados Unidos. Precisamente ante ese viejo procesador de datos, durante una visita al museo, al historiador Edwin Black se le ocurri¨® en 1993 investigar las relaciones entre Big Blue y el r¨¦gimen de Hitler. Casi ocho a?os despu¨¦s, y tras haber contado con la colaboraci¨®n de casi un centenar de ayudantes, el resultado del trabajo de Black contiene graves acusaciones contra IBM. 'El fundador y presidente de IBM, Thomas J. Watson, visit¨® Alemania regularmente entre 1933 y 1939, y puedo demostrar que estuvo en 1941 para organizar el traslado de algunas de sus m¨¢quinas a Rumania', afirma el historiador.
La primera consecuencia de IBM y el holocausto ha sido la presentaci¨®n, el pasado viernes, de una querella contra la compa?¨ªa. Michael Hausfeld, uno de los abogados estadounidenses que el a?o pasado consiguieron que Alemania creara un fondo de 5.000 millones de d¨®lares (900.000 millones de pesetas) para indemnizar a trabajadores esclavizados en las factor¨ªas nazis, exige ante un tribunal federal de Brooklyn (Nueva York) que Big Blue compense econ¨®micamente a cinco clientes suyos supervivientes de los campos de exterminio. 'Hitler no hubiera podido identificar y detener de forma tan eficiente a jud¨ªos y otras minor¨ªas, para utilizarlos como esclavos y finalmente exterminarlos, sin la ayuda de IBM', declar¨® ayer el abogado.
En IBM llevan d¨ªas prepar¨¢ndose para la tormenta. La compa?¨ªa no emite ninguna reacci¨®n oficial, porque dice desconocer a¨²n el contenido del libro y el de la querella. Pero el viernes public¨® en su bolet¨ªn interno, le¨ªdo por sus 307.000 empleados en todo el mundo, una carta de aviso. 'Pr¨®ximamente se publicar¨¢ un libro', dec¨ªa la carta, 'en el que se afirma que las m¨¢quinas tabuladoras Hollerith fueron utilizadas por el r¨¦gimen nazi y en el que se especula sobre las actividades de la subsidiaria de IBM en Alemania en aquella ¨¦poca. Reconocemos que el tema es importante y muy doloroso para muchos ibemeros, sus familias y el conjunto de la comunidad mundial'. La compa?¨ªa IBM a?ad¨ªa que facilitar¨ªa toda la informaci¨®n en su poder para aclarar sus relaciones con el nazismo. Gran parte del libro est¨¢ basada precisamente en la correspondencia corporativa de la empresa, entregada desde hace a?os a las bibliotecas especializadas.
La filial alemana de IBM en los a?os treinta se llamaba Deutsche Hollerith Maschinen GmbH (Dehomag) y era la subsidiaria m¨¢s rentable de 2 Big Blue. Durante la guerra sigui¨® funcionando normalmente como una rama de IBM, pese a que el r¨¦gimen nazi nombraba a sus directivos y a que Alemania estaba sometida a un bloqueo internacional. 'IBM sigui¨® suministrando componentes y tecnolog¨ªa a Alemania no porque sintiera simpat¨ªa por los nazis, sino porque aspiraba a un dominio mundial del mercado inform¨¢tico', asegura Edwin Black.
Despu¨¦s de la guerra, Dehomag fue rebautizada como IBM-Alemania. La sociedad es uno de los principales contribuyentes al fondo creado hace unos a?os para indemnizar a las v¨ªctimas del nazismo a¨²n vivas.
IBM y el holocausto ha sido editado por Crown Publishers, una filial de la corporaci¨®n alemana Bertelsmann, y su elaboraci¨®n ha estado rodeada del m¨¢ximo secreto. Los historiadores especializados en la pol¨ªtica nazi de exterminio recibieron ayer mismo un ejemplar de la obra y no se pronuncian todav¨ªa sobre ella.
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