Un estudio desvela que el 63% de las licencias de taxis en M¨¢laga se traspasa de manera ilegal
Pero es m¨¢s, el trabajo elaborado para el Ayuntamiento de M¨¢laga deja en evidencia la dejaci¨®n que las autoridades hacen de su obligaci¨®n de impedir y sancionar las ilegalidades.
Las licencias de taxis son una concesi¨®n municipal que debe ser explotada 'personal o conjuntamente' por su titular. De lo contrario, deben revertir al Ayuntamiento. Pero estas condiciones no siempre se cumplen. Los permisos se compran y se venden en el mercado negro. Seg¨²n el estudio de la consultora Taryet, se transfieren unas 40 licencias al a?o por precios que rondan los 11 millones de pesetas; una pr¨¢ctica generalizada en todo el pa¨ªs. La concesi¨®n municipal s¨®lo supone el 27,9%, cuando quitando casos puntuales de transferencia familiar deber¨ªa representar el 100%. El traspaso, que es ilegal porque implica la compra de la licencia, alcanza el 63,3%. Desde 1987 el Ayuntamiento no ha concedido nuevos permisos, aunque ha habido bajas por muerte o jubilaci¨®n.
Pero si su adquisici¨®n es irregular, la explotaci¨®n no le va a la zaga. 'Una pr¨¢ctica caracter¨ªstica del sector en M¨¢laga, que tambi¨¦n se da en otros puntos de Espa?a, es la del alquiler de licencias, mediante la cual determinados agentes (floteros) se hacen con el control de una cierta flota de taxis que explotan en r¨¦gimen de empresa, en algunos casos hasta con m¨¢s de 50 licencias'. Aunque este sistema est¨¢ prohibido, la cuarta parte de los 1.324 permisos existentes se explotan bajo ese r¨¦gimen. El trabajo detalla que cinco floteros concentran m¨¢s de la mitad (177) de las 340 licencias alquiladas.
Las irregularidades no acaban ah¨ª. El informe tambi¨¦n denuncia la existencia de 30 licencias compartidas, modalidad que consiste en que dos socios adquieran una licencia, uno figure como titular y otro como asalariado. La ilegalidad radica en que compran el permiso cuando deber¨ªan ponerse en la cola de la concesi¨®n de licencias. Pero el mercado negro y la pasividad municipal hacen que los permisos lleven 13 a?os sin otorgarse.
Las condiciones de trabajo de los asalariados tambi¨¦n vulneran la legislaci¨®n: deben pagar el 50% de los gastos de combustible y de la Seguridad Social, firman finiquitos en blanco, no tienen vacaciones pagadas ni pagas extraordinarias y cotizan por menos horas de las que trabajan. La figura del asalariado est¨¢ permitida, ya que el titular de una licencia puede contratar hasta a dos de estos trabajadores para explotar el veh¨ªculo durante las 24 horas. Pero est¨¢ el asalariado ilegal, que es el que carece del permiso municipal para ser conductor de un taxi. Seg¨²n el estudio, en M¨¢laga suman 200.
El trabajo tambi¨¦n deja en evidencia la pasividad de las administraciones para atajar las ilegalidades: 'En este fen¨®meno juega un papel muy importante la falta de control de las autoridades competentes, que no parecen capaces de identificar y sancionar conforme establece la reglamentaci¨®n de trabajo vigente las conductas manifiestamente antirreglamentarias que han de soportar los asalariados'.
El estudio tambi¨¦n analiza al sector como objeto de la delincuencia callejera. Tras una encuesta, concluye que casi la mitad (49%) de los taxistas 'califica las condiciones de seguridad de su trabajo con la peor nota posible: un cero'. Frente a esta sensaci¨®n de indefensi¨®n, el informe destaca que curiosamente ninguno ha adoptado medidas de seguridad. El problema estriba en que tomar precauciones es costoso y salvo que sea con ayudas p¨²blicas, pocos taxistas pueden afrontar su instalaci¨®n.
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