'El autoritarismo no sirve para promover las reformas econ¨®micas'
C¨¦sar Gaviria lleva m¨¢s de media vida en pol¨ªtica (31 de sus 53 a?os) y siempre en sentido ascendente. Tras su presidencia de Colombia (1990-1994), periodo de fuertes reformas y enfrentamiento extremo a los carteles de la droga, pas¨® a la secretar¨ªa general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), en la que repite mandato. Aunque su trabajo es m¨¢s sosegado que la presidencia de su pa¨ªs, asegura que a¨²n tiene un fuerte enemigo en el mal funcionamiento del Estado, responsable de que la miseria campe. No obstante, dice que Latinoam¨¦rica no est¨¢ peor que antes y que la transparencia informativa favorece esa visi¨®n. Gaviria dar¨¢ hoy una conferencia en Madrid sobre la relaci¨®n Europa-Latinoam¨¦rica.
La debilidad del Estado es la causa principal de la persistencia de la pobreza en Latinoam¨¦rica
Pregunta. En Latinoam¨¦rica crecen la pobreza, la conflictividad social y el descr¨¦dito de los Gobiernos. ?Pueden as¨ª afianzarse las instituciones democr¨¢ticas?
Respuesta. El crecimiento en la d¨¦cada pasada no ha superado el 3% anual, y eso no es suficiente, aunque hay pa¨ªses como Chile que s¨ª lo han conseguido, tambi¨¦n Brasil. Las noticias tan negativas de Am¨¦rica tienen que ver con un car¨¢cter de la globalizaci¨®n, esto es, la transparencia informativa y que los sistemas pol¨ªticos est¨¢n mucho m¨¢s vigilados. Esto muestra muchas deficiencias, pero no necesariamente porque las cosas sean peor que antes, sino porque hay mucha m¨¢s publicidad, vigilancia y una presencia mucho m¨¢s activa de las ONG.
P. ?Es inevitable pagar un precio social tan alto por aplicar las recetas del FMI?
R. Esas f¨®rmulas suelen tener altos costes sociales, y la obligaci¨®n de los Gobiernos es evitarlo. Sin embargo, las buenas pol¨ªticas econ¨®micas son esenciales para que los pa¨ªses puedan resolver los problemas de los sectores m¨¢s d¨¦biles de la poblaci¨®n. Tenemos un problema muy grave, y es que la crisis de la deuda debilit¨® al Estado. La principal raz¨®n por la que hay tanta pobreza es por esa deficiencia, especialmente en educaci¨®n. Hay que tener pol¨ªticas m¨¢s activas y Estados que cumplan sus responsabilidades sociales.
P. ?Hace falta m¨¢s ayuda de los pa¨ªses poderosos para atajar esos problemas sociales?
R. La responsabilidad es fundamentalmente nuestra, de los pa¨ªses en desarrollo. S¨ª creo que los pa¨ªses en desarrollo tienen un derecho que hasta ahora les ha sido relativamente desconocido en las negociaciones globales de comercio. Los pa¨ªses en desarrollo claman por un sistema internacional financiero m¨¢s seguro, con m¨¢s recursos y m¨¢s posibilidades para intervenir en los mercados.
P. Per¨² ha estado al borde de la hoguera, y el t¨¢ndem Fujimori-Montesinos se ha revelado particularmente peligroso. Mucho antes del fin del r¨¦gimen, ya se ped¨ªa a la OEA una actitud m¨¢s recia frente a unos desmanes conocidos, aun sin vladiv¨ªdeos.
R. La OEA cumpli¨® su papel. Valoramos la situaci¨®n como preocupante y mandamos una misi¨®n de democratizaci¨®n para trabajar con el Gobierno y la oposici¨®n. ?sta tuvo entonces la ocasi¨®n de cohesionarse, trabajar ordenadamente y prepararse para asumir responsabilidades de poder, como en efecto ocurri¨®. Fue una sorpresa la manera en que se desmoron¨® el Gobierno y c¨®mo qued¨® documentado el caso de corrupci¨®n m¨¢s significativo en tiempos modernos. Pero logramos una transici¨®n ordenada y estamos en un proceso electoral con plenas garant¨ªas y sin que haya cartas marcadas. Ha habido cr¨ªticas a la OEA, pero tambi¨¦n un reconocimiento dentro del pa¨ªs muy significativo.
P. Fujimori represent¨® al tipo de gobernante fuerte que sacar¨ªa al continente del atolladero.
R. Hubo un tiempo en que la gente cre¨ªa que para promover las reformas econ¨®micas era necesario un poco de autoritarismo, que esto no hac¨ªa da?o y as¨ª se pod¨ªa trabajar con mucha m¨¢s disciplina. El resultado es tan negativo que no creo que nadie piense ya que ¨¦se es el camino para encontrar caminos cortos hacia el crecimiento.
P. En los ¨²ltimos a?os, cuanto m¨¢s se ha endurecido la persecuci¨®n y la coordinaci¨®n internacional contra el narcotr¨¢fico, m¨¢s ha prosperado el negocio. ?Qu¨¦ impide un cambio de estrategia o un debate sobre la legalizaci¨®n?
R. Las medidas policiales se centran m¨¢s en la producci¨®n, y es necesario que los pa¨ªses desarrollados controlen su demanda. El debate sobre la legalizaci¨®n tiene sentido en los pa¨ªses desarrollados y es imposible dictarlo desde fuera. Nuestros pa¨ªses no pueden imponerlo, si es que se piensa que es una soluci¨®n, pero no lo es necesariamente. Se puede hacer mucho m¨¢s para disminuir la demanda, trabajar en temas de salud y educaci¨®n, y ah¨ª a¨²n hay grandes limitaciones.
P. ?Cu¨¢ndo saldr¨¢ Colombia del pozo?
R. Creo que el problema es transitorio. El Estado colombiano debe buscar el monopolio del uso de la fuerza para solucionar estos problemas. El de la guerrilla, por la v¨ªa de la negociaci¨®n; el del narcotr¨¢fico, por una v¨ªa policial y militar mucho m¨¢s eficaz, debilitando la base financiera de los grupos dedicados a esa actividad, desde delincuentes comunes a paramilitares y guerrilleros.
P. Sin embargo, las negociaciones no tratan temas de fondo, crece el paramilitarismo y el respaldo militar estadounidense. Parece que el pa¨ªs se dirige a una soluci¨®n en el campo de batalla.
R. Fundamentalmente el apoyo de EE UU es contra el narcotr¨¢fico, no contra las guerrillas. Infortunadamente el grupo guerrillero m¨¢s importante no ha respondido a la pol¨ªtica generosa del presidente Pastrana, pero creo que Colombia debe persistir en esa pol¨ªtica de negociaci¨®n y veremos buenos frutos en estos a?os.
P. ?Cree que el Estado y los grupos econ¨®micos est¨¢n dispuestos a hacer concesiones pol¨ªticas y econ¨®micas a una guerrilla capaz de tutear al Gobierno? Adem¨¢s, el respaldo al paramilitarismo refleja una derechizaci¨®n preocupante.
R. Todav¨ªa no se sabe qu¨¦ nivel de compromiso va a existir. Hay bastante voluntad pol¨ªtica para resolver este problema por esa v¨ªa. El crecimiento del paramilitarismo es un aspecto muy negativo, e infortunadamente tambi¨¦n es consecuencia en gran medida de los abusos de la guerrilla. Pero el Estado tiene que combatir a estos grupos y no tratar de soslayar esa enorme responsabilidad.
P. Los paramilitares conviven en buena vecindad con el Ej¨¦rcito y los choques entre ellos son escasos.
R. Hay muchas acciones gubernamentales contra el paramilitarismo, aunque desde luego insuficientes para detener la magnitud que ha ido adquiriendo el problema.
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