El ali?o secreto del columnista
El estilo de un articulista se asemeja al ali?o de una ensalada. Los ingredientes con que los columnistas cubren el fondo de la fuente suelen ser los que recolectan del huerto un¨¢nime de la actualidad -esc¨¢ndalos, equ¨ªvocos, aciertos, epidemias o pandemias- pero la singularidad, aquello que condena a unos a la mediocridad y a otros los ensalza a la atalaya de la perspicacia o la brillantez es un aderezo secreto compuesto por una sintaxis y un vocabulario particulares pero tambi¨¦n por unas obsesiones, un humor y una forma de ver el mundo.
El condimento que utiliza Manuel Alc¨¢ntara (M¨¢laga, 1928) es agridulce, pues la iron¨ªa o los juegos de palabras dulcifican casi siempre un asunto convulso o disparatado. No es ¨¦ste el sitio adecuado para plantear an¨¢lisis qu¨ªmicos ni medir la graduaci¨®n exacta del ali?o, pero es menester dejar constancia de que el estilo de Alc¨¢ntara es mucho m¨¢s complejo que el sabor concreto que finalmente prevalece. Complejo y personal, que son las dos cualidades que diferencian al art¨ªculista verde del maduro, al aprendiz del maestro.
Una de las caracter¨ªsticas que m¨¢s llaman la atenci¨®n de Alc¨¢ntara es la precisi¨®n con que lleva la contabilidad de sus columnas. Para el lector com¨²n, pero tambi¨¦n para otros articulistas, resulta asombroso conocer, cada vez que Alc¨¢ntara recibe un premio o le brindan un galard¨®n, que lleva escritos 15.000 o 16.000 art¨ªculos, de los cuales 3.000 han sido publicados en tal peri¨®dico y otros tantos en otro. Este dato contable, sin embargo, no significa que en Alc¨¢ntara prevalezca la cantidad sobre la calidad, sino que en el n¨²mero ha cuajado una experiencia de la que se deduce una indudable maestr¨ªa.
La vida profesional de Alc¨¢ntara, que el mi¨¦rcoles pasado recibi¨® la medalla de Andaluc¨ªa, es dilatada como hambre de pobre. Su biograf¨ªa ha crecido entre peri¨®dicos, en Madrid y M¨¢laga, pero tambi¨¦n entre gavillas de versos. De hecho, por uno de sus libros, Manera de silencio, escrito en 1955, obtuvo el premio Nacional de Literatura, un galard¨®n que se une a otros muchos: Luca de Tena, Mariano de Cavia y Gonz¨¢lez Ruano.
Alc¨¢ntara es un poeta al que le gusta el boxeo, tanto que es capaz de recitar las series de golpes de ciertos combates memorables como si fueran versos de metro libre. En una ¨¦poca en que la coherencia vital se forma sumando t¨®picos y lugares comunes, sus inclinaciones pueden resultar contradictorias o incomprensibles. Pero lo cierto es que la verdadera coherencia consiste en sumar libremente los apetitos sin excluir ninguno. Ya es raro tambi¨¦n que un columnista salga poeta o, peor, que un poeta rompa en articulista, fume habanos, escriba en una Olivetti, le complazca el cine y consuma con solemnidad brit¨¢nica t¨®nica mezclada con ginebra.
Manuel Alc¨¢ntara vive en Rinc¨®n de la Victoria. Sostiene que aprendi¨® a escribir redactando pies de fotos, que es el subg¨¦nero m¨¢s conceptual del periodismo. El pie de foto puede ser, en efecto, tan destructivo como un panfleto aunque mucho m¨¢s breve y sutil pues en buena parte est¨¢ construido con elipsis y silencios. Se levanta tarde, ojea los diarios y prepara sus art¨ªculos. No le envanecen los homenajes pero admite que le gustan, como a cualquier hijo de vecino los agasajos.
Desde que regres¨® a M¨¢laga y se estableci¨® all¨ª ha recibido casi todos los honores posibles, incluido el grado de doctor honoris pausa, como ¨¦l mismo denomin¨® a su doctorado por la Universidad de M¨¢laga, aunque nunca aclarara cu¨¢l fue la causa de la pausa del doctor. S¨ª conocemos que presume de no tener enemigos, que es noct¨¢mbulo y que colecciona buhos.
Mucho se ha discutido si la buena literatura contempor¨¢nea se publica bajo la forma de peri¨®dico o la de libro, aunque la idea de que los mejores escritores se expresan en los diarios no es disparatada a la vista de las numerosas novelas que se publican a diario, novelas que son la misma novela pues repiten un esquema tan comercial como sobado.
Alc¨¢ntara est¨¢ convencido de que la mejor literatura se hace en los peri¨®dicos, aunque de sus palabras se deduce que no todos los columnistas, por el simple hecho de escribir columnas, son genios. Por el contrario, ha advertido, en Espa?a se hace a la vez el mejor y el peor periodismo de la historia.
Antes de recibir la medalla de Andaluc¨ªa escribi¨®: 'No pienso sacar pecho, pero s¨ª ensancharlo para que me quepa la medalla'. Lo cierto es que le cupo y aun le sobra superficie.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.