La comunidad internacional se moviliza para evitar la desaparici¨®n de los Budas
Un portavoz talib¨¢n declara que se ha destruido el 80% de los colosos
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, que lleg¨® anoche a Islamabad (primera etapa de la gira que incluye, adem¨¢s de Pakist¨¢n, a Bangladesh e India), tratar¨¢ de evitar la cat¨¢strofe cultural con el ministro de Asuntos Exteriores de los talib¨¢n, Wakil Ahmed Mutawakel. A su vez, Pakist¨¢n -el m¨¢s estrecho aliado de los talib¨¢n, cuyo r¨¦gimen s¨®lo reconocen este pa¨ªs, los Emiratos ?rabes Unidos y Arabia Saud¨ª- envi¨® ayer a su ministro del Interior, Mohinudin Haider, a Kabul y una delegaci¨®n japonesa trata de negociar lo mismo con los talib¨¢n.
Por su parte, el presidente Vlad¨ªmir Putin lleg¨® m¨¢s lejos. Un decreto firmado ayer recordaba el estricto cumplimiento por parte de Rusia de las sanciones aprobadas en diciembre por el Consejo de Seguridad de la ONU contra el r¨¦gimen integrista afgano, por el que se proh¨ªbe la venta de armamento y munici¨®n a territorios bajo control talib¨¢n.
Dentro de esta ofensiva diplom¨¢tica, el ministro de Asuntos Exteriores de Sri Lanka (pa¨ªs de mayor¨ªa de poblaci¨®n budista), Lakshman Kadirgamar, viaj¨® a Islamabad para solicitar los buenos oficios del Gobierno paquistan¨ª en la supervivencia de las estatuas.
Aunque el objetivo inicial de la gira de Annan era promover la paz en la zona, la destrucci¨®n de las piezas arqueol¨®gicas por parte de la milicia ultraortodoxa isl¨¢mica se ha convertido en uno de los puntos claves de su agenda. El ministro de Asuntos Exteriores de los talib¨¢n dijo, al referirse a la entrevista que mantendr¨¢ hoy en Islamabad con el secretario general de la ONU, que le explicar¨¢ que lo que est¨¢n haciendo no es un desaf¨ªo al mundo, 'sino un asunto religioso interno'. Mutawakel reiter¨® que su Gobierno no ceder¨¢ a las presiones internacionales y que es 'irreversible' la orden emitida la semana pasada por el l¨ªder supremo de los talib¨¢n, el mul¨¢ Mohamed Omar, de destruir todas las estatuas. Seg¨²n la interpretaci¨®n que los talib¨¢n hacen del islam, la preservaci¨®n de las efigies equivale a la adoraci¨®n de ¨ªdolos, prohibida por la religi¨®n musulmana.
El ministro de Exteriores asegur¨® que la destrucci¨®n de las im¨¢genes -que datan de cuando Afganist¨¢n era uno de los centros de la civilizaci¨®n budista, antes de que los ej¨¦rcitos ¨¢rabes introdujeran el islam en el siglo VII- segu¨ªa adelante en el 90% del territorio bajo su control.
Un portavoz talib¨¢n, Abdul Hayee Mutmaeen, declar¨® ayer a Reuters, en conversaci¨®n telef¨®nica, que los dos Budas 'se han destruido en un 80%', y a?adi¨® que 'el trabajo ser¨¢ completado pronto'. El portavoz no dio m¨¢s detalles.
En cualquier caso, nadie ha podido acceder hasta el momento al lugar de los hechos y, por tanto, sigue sin aclararse el estado en el que se encuentran los dos colosos esculpidos en roca entre los siglos III y IV en la provincia central de Bamiyan, que con 55 y 36,5 metros de altura son las tallas m¨¢s grandes en el mundo del fundador de la fe budista.
Sin acceso
La agencia de noticias afgana con base en Pakist¨¢n, Aip, informaba anteayer de que los talib¨¢n volaron ayer la cabeza del mayor de los colosos. Los talib¨¢n habr¨ªan usado misiles antia¨¦reos, tanques y dinamita. Otras informaciones indicaron que destruyeron tambi¨¦n el pie, y fuentes de la oposici¨®n talib¨¢n aseguraron que las dos estatuas hab¨ªan sido dinamitadas y hechas a?icos.
Pero ninguna de las informaciones ha podido ser contrastada de forma independiente, porque los talib¨¢n prohibieron el acceso al lugar donde se encuentran los colosos, a unos 130 kil¨®metros de Kabul, por donde hace siglos pasaba la ruta de la seda.
La Asamblea General de la ONU aprob¨® el viernes una resoluci¨®n condenando la destrucci¨®n de las estatuas preisl¨¢micas por el r¨¦gimen de Kabul, que calific¨® de 'p¨¦rdida irreparable para la humanidad'. Para salvar el bagaje cultural afgano, varios pa¨ªses y museos expresaron su inter¨¦s por adquirir las reliquias, pero los talib¨¢n descartaron vender las piezas o ceder ante la ola de indignaci¨®n de la comunidad internacional.
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