Las 'c¨¦lulas madre' de la m¨¦dula ¨®sea reparan el coraz¨®n infartado del rat¨®n
Los cient¨ªficos prev¨¦n iniciar en tres a?os los ensayos cl¨ªnicos con pacientes humanos
Anversa reconoce que 'falta bastante trabajo que hacer antes de aplicar la t¨¦cnica a pacientes humanos', pero su previsi¨®n es empezar los ensayos cl¨ªnicos de aqu¨ª a tres a?os.
La m¨¦dula ¨®sea, abundante en todos los huesos alargados, como el f¨¦mur y el h¨²mero, contiene c¨¦lulas madre, c¨¦lulas indiferenciadas capaces de formar diversos tipos de tejido adulto. Las c¨¦lulas madre de la m¨¦dula ¨®sea se encargan normalmente de reponer los gl¨®bulos rojos y blancos de la sangre, que mueren a millones cada d¨ªa.
Pero los cient¨ªficos dirigidos por Anversa, del Medical College de Nueva York, han mostrado ahora que las c¨¦lulas madre de la m¨¦dula ¨®sea pueden escaparse con facilidad de su destino natural. Y para ello no es necesario manipular sus genes, ni comprender el mecanismo necesario para reprogramarlas. Basta inyectarlas directamente en el coraz¨®n de un rat¨®n, da?ado previamente por un infarto, para que se dejen influir por sus nuevas vecinas, se crean que son parte de un coraz¨®n en desarrollo y empiecen a fabricar tejidos cardiacos sin complejos.
Anversa reconoce que la reparaci¨®n s¨®lo funcion¨® en 12 de los 30 ratones infartados en los que prob¨® el m¨¦todo, pero atribuye los fallos a las dificultades t¨¦cnicas que implica implantar c¨¦lulas en el coraz¨®n del rat¨®n, que se caracteriza por un vertiginoso ritmo de 600 latidos por minuto. Los resultados se presentar¨¢n en la revista Nature el pr¨®ximo 5 de abril.
Sin embriones
La fuente m¨¢s eficaz de c¨¦lulas madre son los embriones de pocos d¨ªas, tanto en ratones como en humanos. Pero el uso de embriones humanos es una fuente interminable de pol¨¦micas, rechazos ¨¦ticos y trabas legales. Todos estos problemas desaparecer¨ªan si las c¨¦lulas madre pudieran obtenerse de tejidos adultos como la m¨¦dula ¨®sea.
'Las c¨¦lulas madre de adultos son una alternativa realista a las embrionarias', asegura Anversa. 'Y la transformaci¨®n de c¨¦lulas de la m¨¦dula ¨®sea en c¨¦lulas cardiacas no es un suceso excepcional; sabemos que las c¨¦lulas madre de la m¨¦dula ¨®sea se pueden diferenciar en tejido de h¨ªgado, de cerebro o de m¨²sculo estriado'.
La mitad del equipo cient¨ªfico pertenece al Instituto Nacional para la Investigaci¨®n del Genoma Humano (NHGRI), es decir, la parte p¨²blica del proyecto genoma dirigida por Francis Collins. El propio Collins prest¨® ayer su apoyo al trabajo: 'La aparente habilidad de las c¨¦lulas madre adultas para reconstruir el coraz¨®n revela la muy notable flexibilidad de la naturaleza para luchar contra la enfermedad'.
Las c¨¦lulas madre de la m¨¦dula ¨®sea no se limitan a generar tejido cardiaco de forma descontrolada. Los investigadores han comprobado que proliferan ordenadamente y construyen patrones normales de tipos celulares: los miocitos que forman el m¨²sculo cardiaco y las c¨¦lulas endoteliales y de m¨²sculo liso que constituyen los vasos sangu¨ªneos del coraz¨®n.
Las partes del coraz¨®n derivadas de las c¨¦lulas madre tambi¨¦n tienen activados los genes que normalmente est¨¢n activos en los tejidos cardiacos vulgares, incluidos los genes responsables de que las c¨¦lulas se interconecten y se intercambien las se?ales el¨¦ctricas que permiten al coraz¨®n latir de forma coordinada. Todo ello explica el resultado m¨¢s importante: que el coraz¨®n da?ado recupera gran parte de su funci¨®n perdida.
Un ¨®rgano rejuvenecido
El trabajo que se publicar¨¢ en Nature el jueves pr¨®ximo relata, en el g¨¦lido y sopor¨ªfero estilo t¨ªpico de la prosa cient¨ªfica: 'Los miocitos eran peque?os y mostraban miofibrillas parcialmente alineadas, asemej¨¢ndose a c¨¦lulas fetales o neonatales'. Es decir, que las zonas reparadas del coraz¨®n no s¨®lo funcionan como nuevas, sino que son nuevas en el m¨¢s profundo de los sentidos biol¨®gicos. Sus c¨¦lulas se parecen a las de un feto en desarrollo, o a las de un reci¨¦n nacido, m¨¢s que a las de un adulto. Este rejuvenecimiento parcial del cuerpo es, en parte, un proceso natural. La raz¨®n que llev¨® a Piero Anversa a plantearse este experimento es que, al menos en ciertos modelos animales, se ha observado que, cuando un ¨®rgano resulta da?ado, las c¨¦lulas madre situadas en ¨®rganos distantes son capaces a veces de detectarlo y migrar a trav¨¦s de la sangre hasta el ¨®rgano afectado, donde tienden a transformarse en los tipos celulares de sus nuevas vecinas. Estos fen¨®menos, que revelan una sorprendente plasticidad de los tejidos adultos, han ido revel¨¢ndose en los ¨²ltimos dos o tres a?os, y a¨²n es pronto para saber cu¨¢l es su alcance real en el ser humano. En cualquier caso, los corazones que han sufrido un infarto se suelen reponer muy mal por s¨ª solos, y trasplantarles c¨¦lulas de m¨¦dula ¨®sea del propio paciente puede llegar a ser una ayuda vital.
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