Rajoy admite la dureza de tres de las cargas policiales ordenadas por Ansu¨¢tegui

El ministro del Interior, Mariano Rajoy, tuvo que emplearse a fondo ayer en el Congreso para responder al chaparr¨®n de cr¨ªticas vertidas desde los grupos de la oposici¨®n contra la labor del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansu¨¢tegui. PNV y PSOE acusaron al delegado de cometer 'excesos' en la vigilancia de las manifestaciones ciudadanas y de tener una concepci¨®n del orden p¨²blico m¨¢s propia de ¨¦pocas pasadas.

Rajoy admiti¨® que, en tres ocasiones, se han producido otras tantas 'actuaciones fuertes' de la polic¨ªa bajo el mandato de Ansu¨¢tegui: una frente a las Cortes ante el intento de empapelamiento del edificio (el pasado 26 de noviembre); otra contra los trabajadores de Sintel ante la sede del PP en la calle G¨¦nova, en la que hubo un herido (el 13 de junio); y la tercera con motivo de una manifestaci¨®n de grupos radicales de izquierdas (el 20 de noviembre). Haciendo gala de su origen gallego, el ministro se?al¨® que la seguridad puede tener dos objetivos: el de garantizar la libertad y seguridad de la gente, que es, dijo, 'el verdadero sentido'; y otro, 'garantizar el orden p¨²blico'. 'Pues es parecido', zanj¨®, aunque apunt¨® a rengl¨®n seguido que el Gobierno 'quiere garantizar la libertad y seguridad de los ciudadanos'.

El titular de Interior defendi¨® la labor de Ansu¨¢tegui se?alando que, desde su toma de posesi¨®n, en mayo del a?o pasado, se han autorizado dos manifestaciones diarias en Madrid, 754 en total, y s¨®lo se han prohibido diez. Se da la circunstancia de que una de las concentraciones autorizadas, celebrada el pasado 17 de marzo y en la que participaron dos millares de personas, fue convocada por 40 colectivos para pedir la dimisi¨®n del propio Ansu¨¢tegui.

Francisco Javier Ansu¨¢tegui, que ya fue delegado del Gobierno en Navarra en dos ocasiones (entre 1980 y 1982, y desde 1996 hasta su traslado a Madrid en mayo de 2000) se ha visto rodeado de pol¨¦mica desde su llegada al cargo. Adem¨¢s de las tres actuaciones citadas por Rajoy, el delegado del Gobierno recibi¨® muchas cr¨ªticas por su decisi¨®n de aplicar una orden del Ministerio de Exteriores que anul¨® los hermanamientos de varios pueblos madrile?os con poblados saharauis.

El nombre de Ansu¨¢tegui plane¨® por la Comisi¨®n de Justicia e Interior del Congreso, a la que Rajoy hab¨ªa acudido no para hablar del delegado, sino de las l¨ªneas maestras de su departamento para esta legislatura. Fue el portavoz socialista de Interior, Victorino Mayoral, quien abri¨® fuego contra Ansu¨¢tegui. 'Ha tratado como delincuentes a peque?os grupos de ciudadanos que quer¨ªan manifestarse en Madrid', dijo Mayoral, para quien la conducta del delegado obedece a 'su vieja concepci¨®n sobre el orden p¨²blico, que incluso llega a entender como un trasunto del orden econ¨®mico y social'.

El portavoz socialista se refer¨ªa a las declaraciones de Ansu¨¢tegui en las que afirmaba que el campamento montado por los trabajadores de Sintel en la Castellana es 'insostenible', y que en cualquier momento podr¨ªa ejecutarse su desalojo. 'Al delegado le preocupa m¨¢s que haya gente manifest¨¢ndose en la calle que la dram¨¢tica situaci¨®n econ¨®mica y laboral que sufren esas personas', concluy¨® Mayoral.

Hasta en la ONUEl parlamentario del PSOE record¨® que m¨¢s de 40 asociaciones de Madrid han pedido al Gobierno la destituci¨®n de Ansu¨¢tegui 'incluso en la ONU'. Margarita Ur¨ªa, diputada del Partido Nacionalista Vasco, tom¨® el relevo en las cr¨ªticas 'por los excesos' de Ansu¨¢tegui, cuya destituci¨®n pr¨¢cticamente solicit¨® con una f¨®rmula ret¨®rica. 'Ha sido para m¨ª una sorpresa el que haya dicho que mientras no haya cambio de Gobierno no se le puede cesar. Eso no s¨®lamente pude hacerse sino que es perfectamente posible que lo cesen', dijo Ur¨ªa. Rajoy terci¨® en ese momento, pero no para hacer una defensa cerrada del delegado del Gobierno. El vicepresidente explic¨® que desde que Ansu¨¢tegui lleg¨® a la Delegaci¨®n del Gobierno en Madrid, el 12 de mayo del a?o pasado, se han autorizado en Madrid 754 manifestaciones (dos diarias) y 's¨®lo se han prohibido 10', de las que ocho han sido recurridas aunque los tribunales s¨®lo han aceptado uno de esos recursos.

Rajoy agreg¨® que otras 45 peticiones de autorizaci¨®n fueron rechazadas porque no fueron comunicadas en el plazo legal 'y por lo tanto no se pod¨ªan autorizar'. Esta afirmaci¨®n le supuso una correcci¨®n de Margarita Ur¨ªa, quien cit¨® la doctrina del Tribunal Constitucional seg¨²n la cual esas peticiones fuera de plazo pueden llegar a aceptarse siempre que quede un tiempo suficiente para su celebraci¨®n y sea posible la vista preliminar del interesado.

'Empapelar las Cortes'El ministro admiti¨® que en la era Ansu¨¢tegui se hab¨ªan producido 'tres actuaciones con cargas policiales fuertes', que desgran¨®: 'La de unos ciudadanos que pretend¨ªan empapelar el Congreso con carteles [el 26 de noviembre pasado], algo que ya dije que era discutible; otra por la manifestaci¨®n de trabajadores de Sintel ante la sede del PP en la calle de G¨¦nova, en la que hubo un herido [el 13 de junio] y otra el 20 de noviembre, en la que grupos radicales de izquierda destrozaron mobiliario urbano en la zona de Jacinto Benavente'. El cap¨ªtulo dedicado a Ansu¨¢tegui se cerr¨® tras una pregunta muy concreta de Felipe Alcaraz, de IU, a Rajoy: '?Ha dado usted ¨®rdenes para desmantelar el campamento de Sintel?'. El ministro, en su l¨ªnea de 'iron¨ªa g¨¢lica' subrayada por Mayoral, contest¨®: '?Usted qu¨¦ cree? Si lo hubiera ordenado, est¨¢ claro que no me han hecho caso, lo que har¨ªa buena la tesis que dicen ustedes de que he venido al ministerio una temporada para guardarle el sitio a Jaime Mayor Oreja'.