El Atl¨¦tico se hunde (1-3)

La derrota trajo el caos. La continuaci¨®n del pobre espect¨¢culo deportivo que dio el Atl¨¦tico de Madrid en el campo fue la ira de sus aficionados en las gradas y en el per¨ªmetro del estadio. 'Por tu culpa estamos en Segunda', vociferaban en la calle unos diez cabezas rapadas pr¨®ximos al Grupo Basti¨®n dirigi¨¦ndose a Kiko. El jerezano sal¨ªa tras el encuentro a buscar a su padre. En ese momento, el grupo lo increp¨® e incluso uno de sus miembros lo zarande¨® al tiempo que presionaba su dedo coraz¨®n contra su cuello. Los otros nueve energ¨²menos agredieron a los periodistas que acompa?aban al delantero rojiblanco y uno recibi¨® un fuerte pu?etazo en la mand¨ªbula.

Un ep¨ªlogo indeseable para un partido surrealista. El Atl¨¦tico es un equipo misterioso. Pero de un misterio desagradable, tan dif¨ªcil de descifrar como la famosa piedra Roseta. Uno de esos conjuntos que siempre facilitan la ilusi¨®n de que se enfrenta a un escuadr¨®n de privilegiados estilistas en vez de a once jugadores normalitos. Loreto y Z¨¢rate, dos delanteros apa?ados pero nada m¨¢s que eso, apa?ados, jugaron con una defensa insegura en la que destac¨® la nulidad de Juan G¨®mez. La banda izquierda era un camino sin peaje para Loreto. Desde all¨ª lleg¨® el c¨®rner que supuso el primer tanto, que convirti¨® Z¨¢rate y desde ese costado marc¨® Loreto el gol que sentenciaba al Atl¨¦tico, dejaba muchas dudas sobre el ascenso rojiblanco y colocaba al t¨¦cnico de los madrile?os, Marcos Alonso, contra las cuerdas: los asesores deportivos de Jes¨²s Gil, con Paulo Futre a la cabeza, se reunieron de inmediato. Un Marcos que, sin arrojar la toalla, declaraba: 'No nos ha salido nada de nada'. Y ped¨ªa 'apoyo para los jugadores'.

M¨¢s misterios que a?adir a la tragedia atl¨¦tica. Mientras el Murcia jugaba con un bal¨®n perfectamente esf¨¦rico y obediente, los rojiblancos se manejaban con una pelota oblonga imposible de controlar. Kiko, Hugo Leal, Luque... Daba igual qui¨¦n lo intentara. Ninguno consegu¨ªa domesticar el cuero. El mismo Kiko desperdici¨® la mejor ocasi¨®n del Atl¨¦tico nada m¨¢s reanudarse el encuentro tras el descanso, cuando recogi¨® un bal¨®n rebotado y se plant¨® solo ante Vi?a. Kiko, entonces, perdi¨® la pelota y retoz¨® por el c¨¦sped dando volteretas hasta la l¨ªnea de fondo. La jugada acab¨® en c¨®rner.

El Murcia destap¨® la m¨¢scara de equipo solvente que el Atl¨¦tico se hab¨ªa fabricado en la segunda vuelta del campeonato con una receta sencilla. Presi¨®n en el campo contrario, respeto por el bal¨®n y velocidad por las bandas. As¨ª llegaron sus goles. Unos tantos que abren una nueva crisis en los rojiblancos y pueden acabar con Marcos y con las ilusiones de los aficionados de abandonar el s¨®tano de la Segunda.