El Gobierno acusa a Schr?der de mantener una posici¨®n insolidaria en la pugna europea

Los argumentos en los que Espa?a basa su pretensi¨®n parten de un hecho incuestionable: la prevista entrada, probablemente a partir de 2004, de nuevos miembros del Este. Esto provocar¨¢ que si los fondos europeos siguen reparti¨¦ndose con las reglas actuales, siete regiones espa?olas que ahora reciben ayudas europeas dejar¨¢n de tenerlas a partir de 2006. 'Existe el problema, y hasta los menos listos lo saben', afirma el secretario de Estado de Exteriores, Ram¨®n de Miguel.

Para el periodo 2000-2006, esas ayudas regionales para Espa?a se elevan a 43.087 millones de euros (7,16 billones de pesetas), a los que se suman otros 11.160 millones de euros (1,85 billones de pesetas) del Fondo de Cohesi¨®n. El reparto qued¨® pactado hasta 2006, pero habr¨¢ que negociarlo de nuevo para el periodo 2007-2013. Hoy, las ayudas regionales se las llevan las regiones que no superan el 75% del Producto Interior Bruto medio comunitario por habitante. Al entrar pa¨ªses m¨¢s pobres, la mayor¨ªa de regiones espa?olas superar¨¢n ese porcentaje. 'Pero seguir¨¢n siendo igual de pobres, aunque estad¨ªsticamente no lo parezca', advierte Juan de Dios Izquierdo, el eurodiputado socialista experto en Pol¨ªtica Regional de la UE.

Por eso, Izquierdo, como la mayor¨ªa de eurodiputados espa?oles, sean del PP o del PSOE, defienden la posici¨®n del Gobierno espa?ol. 'O cohesi¨®n para todos y cumplimiento de lo pactado... o guerra pol¨ªtica', advierte el eurodiputado manchego. Aunque mantiene tesis similares, De Miguel prefiere usar t¨¦rminos menos duros: 'Pedimos algo razonable, aunque la reacci¨®n se ha sobredimensionado'.

La pol¨ªtica de cohesi¨®n en la UE, en la que est¨¢ basada la propia existencia de los fondos comunitarios, es la otra cara del mercado ¨²nico. A cambio de que los pa¨ªses menos desarrollados de la UE aceptaran ese mercado sin fronteras, con la consiguiente ventaja para los m¨¢s desarrollados, se pactaron unas ayudas para que los menos favorecidos compensaran el impacto y crecieran a mayor ritmo para lograr la convergencia econ¨®mica con el resto.

El ministro de Exteriores, Josep Piqu¨¦, explica cu¨¢l es problema: 'Si no prevemos una soluci¨®n al llamado efecto estad¨ªstico, la ampliaci¨®n provocar¨¢ un perjuicio grave, de forma artificial y autom¨¢tica, a los beneficiarios actuales de la cohesi¨®n'. Como Piqu¨¦, Aznar ha insistido en que las regiones espa?olas deben seguir recibiendo importantes ayudas para mantener su ritmo de desarrollo, pero no a costa de restar dinero a los nuevos pa¨ªses de la Uni¨®n. 'Con la ampliaci¨®n aumentar¨¢n no s¨®lo el n¨²mero de Estados miembros y, en consecuencia, el n¨²mero de beneficiarios potenciales, sino tambi¨¦n las disparidades regionales', comenta Aznar en el memorando que remiti¨® el mes pasado a sus colegas, a quienes precisa que Espa?a es 'plenamente solidaria' con los pa¨ªses candidatos.

Es decir, lo que el Gobierno espa?ol exige es que haya fondos para los pobres actuales y para los que lleguen. Y eso se traduce en que Aznar pida 'un mayor volumen de recursos'. '?C¨®mo se consigue algo tan ideal?', se pregunta Izquierdo. 'Rasc¨¢ndonos todos el bolsillo y sin mala conciencia, porque los que m¨¢s lloran y se denominan contribuyentes netos son los que m¨¢s reciben, neto y bruto, de esta UE'.

Beneficio alem¨¢n

Izquierdo se refiere as¨ª a que, en efecto, son los pa¨ªses de la UE m¨¢s desarrollados los que m¨¢s se benefician del mercado ¨²nico. Espa?a, por ejemplo, importa anualmente de Alemania veh¨ªculos por m¨¢s de un bill¨®n de pesetas, una cantidad muy similar a la que reciben en ayudas las regiones espa?olas. Es m¨¢s, algunas de las grandes infraestructuras que en Espa?a se han hecho en parte con fondos europeos, como el AVE, repercuten finalmente en beneficio de empresas alemanas, que aportan locomotoras, maquinaria o tecnolog¨ªa.Pero el canciller alem¨¢n y su ministro de Exteriores, Joschka Fischer, ya han advertido de que 'los recursos tienen un l¨ªmite'. Son estas prevenciones las que enervan al Ejecutivo espa?ol.

Los argumentos espa?oles no han sido rebatidos hasta ahora en ning¨²n caso. El conflicto se ha planteado en el terreno estrat¨¦gico y formal. Aznar quiere que el problema se aborde en estas mismas semanas, en el contexto de las negociaciones de adhesi¨®n. La mayor¨ªa de Gobiernos opina que son dos cuestiones que no deben ser mezcladas. Entretanto, Espa?a bloquea, hasta que Alemania no ceda, la pretensi¨®n de Berl¨ªn de imponer una moratoria de 7 a?os a los trabajadores de los nuevos pa¨ªses de la UE que quieran establecerse en la actual UE. Alemania hab¨ªa conseguido dejar a Espa?a pr¨¢cticamente aislada, pero tras las elecciones italianas el pulso ya no es tan desigual: Roma ha prometido su incondicional apoyo a Aznar.