El sue?o de volver a Marruecos
Tras el fracaso del acuerdo de pesca, el sector conf¨ªa en regresar al caladero del sur a trav¨¦s de empresas mixtas
'A finales de a?o ya no habr¨¢ ning¨²n pesquero extranjero en nuestras aguas'. Hassan Sentisi, el presidente marroqu¨ª de Afiex, una asociaci¨®n de exportadores de pescado, experimenta cierta satisfacci¨®n cuando hace este anuncio.
Desde noviembre de 1999, los pesqueros de la Uni¨®n Europea, todos ellos espa?oles y portugueses, han dejado de surcar las aguas marroqu¨ªes. Ninguno de los 420 barcos que aspiraban a regresar, volver¨¢ a faenar en sus abundantes bancos.
Todav¨ªa permanecen ocho buques for¨¢neos (la mitad de ellos holandeses) frente a las costas marroqu¨ªes. Aunque tienen pabell¨®n extranjero han sido, te¨®ricamente, fletados por marroqu¨ªes. Son ¨¦stos cuyas licencias expiran definitivamente en los pr¨®ximos meses.
El ministro de Pesca de Rabat lamenta que Espa?a rehusase un acuerdo para su flota artesanal
Cuando esto suceda, s¨®lo los marroqu¨ªes faenar¨¢n en sus aguas. ?Cu¨¢ntos son? La flota de altura asciende a 450 barcos; la de bajura, a 2.534, a los que hay que a?adir m¨¢s de 11.000 barcas artesanales registradas. Es una escuadra vetusta cuyas capturas anuales ascienden a 755.450 toneladas. Las de los pesqueros hispano-portugueses eran siete veces inferiores. Marruecos exporta pescado por valor de 83.030 millones de pesetas.
Pese al fracaso, en abril, de la negociaci¨®n pesquera entre la UE y Rabat, un pu?ado de pescadores andaluces confiaba en hacerse con una peque?a parte de esas 114.000 toneladas que los comunitarios hab¨ªan dejado de capturar cuando expir¨® el ¨²ltimo acuerdo.
No en balde el ministro marroqu¨ª de Pesca, Said Chbaatu, ofreci¨® en febrero que, aunque no se firmase un convenio, cien pesqueros artesanales podr¨ªan fanear en aguas marroqu¨ªes sin contrapartidas y durante un a?o. S¨®lo deb¨ªan someterse a las mismas exigencias que los marroqu¨ªes.
Por eso, cuando los Quince dieron por terminadas, en abril, las conversaciones con Rabat, el acalde de Barbate (C¨¢diz), Juan Manuel de Jes¨²s, viaj¨® a Madrid para pedirle al embajador marroqu¨ª, Abdeslam Baraka, que los 33 pesqueros artesanales de su pueblo pudiesen entrar en ese cupo de cien barcos.
No hubo cupo. 'La oferta no era tan generosa como aparentaba', explica a EL PA?S Samuel Ju¨¢rez, secretario general de Pesca. 'No es cierto que las condiciones para nuestros pesqueros fuesen id¨¦nticas que para los marroqu¨ªes'. 'Pr¨¢cticamente, propon¨ªan faenar all¨ª donde no hab¨ªa nada que pescar'. 'Por eso no la tomamos en consideraci¨®n'.
'Hab¨ªa que haber explorado ese ofrecimiento', asegura Rosa Mar¨ªa Migu¨¦lez, la eurodiputada socialista encargada del seguimiento de la pesca. 'Hab¨ªa que haber preguntado a los afectados si les interesaba'. 'En vez de un completo desacuerdo, hubiese sido mejor un acuerdo parcial'.
Said Chbaatu tiene su propia explicaci¨®n de por qu¨¦ no se acept¨® 'la mano tendida' por Rabat para dar una salida a los artesanales. 'Espa?a no quiso discriminar entre su flota industrial y la artesanal', declar¨® a este peri¨®dico, a pesar de que s¨®lo esta ¨²ltima tiene un problema social porque no puede acceder a caladeros alternativos. Portugal se distanci¨® de Espa?a.
Aquellos que carecen de autonom¨ªa para navegar hasta las costas de T¨²nez o de Mauritania, andan ahora d¨¢ndole vueltas a c¨®mo regresar a las aguas marroqu¨ªes, aunque sea disfrazados. Antonio Varo, el patr¨®n mayor de la cofrad¨ªa de Barbate, se muestra convencido de que muchos de los armadores locales van a intentar crear sociedades mixtas con marroqu¨ªes para poder volver a aquel caladero.
Mariscos Rodr¨ªguez, una empresa de Huelva, es 'el modelo que todos sue?an con imitar', asegura un diplom¨¢tico espa?ol acreditado en Rabat. Implantada en Marruecos a trav¨¦s de una sociedad mixta tiene una buena cuota de las capturas de gambas. El 70% de los apresamientos de ese crust¨¢ceo est¨¢ indirectamente en manos de espa?oles.
?Cu¨¢ntas empresas mixtas hispano-marroqu¨ªes hay? La cifra es un misterio. Cuando se le pregunta, el Ministerio de Pesca en Rabat repite la misma estad¨ªstica desde hace una d¨¦cada: menos de 10. S¨®lo en la pesca de la gamba tienen los espa?oles una posici¨®n prominente.
?Es la constituci¨®n de la empresa mixta una soluci¨®n de recambio para el pescador espa?ol que busca sacar tajada del caladero marroqu¨ª? 'Para el armador de un pesquero artesanal es un salto psicol¨®gico muy grande', advierte el mismo diplom¨¢tico.
'Y tambi¨¦n es un salto arriesgado', a?ade el alcalde de Barbate. 'Lo estamos estudiando, pero los puertos de Larache y Kenitra son malos'. 'Se han producido muchos naufragios'. 'Carecen, por otra parte, de las infraestructuras adecuadas para dar r¨¢pidamente salida al pescado descargado'.
Adem¨¢s de f¨ªsico, el riesgo es tambi¨¦n jur¨ªdico. La legislaci¨®n marroqu¨ª sobre sociedades mixtas data de 1919 y su aplicaci¨®n es confusa hasta el punto de que no est¨¢ claro si el socio local debe ser mayoritario o no en la empresa com¨²n. Su puesta al d¨ªa est¨¢ en preparaci¨®n, pero se teme que dificulte la penetraci¨®n de los extranjeros en el sector.
El ambiente en Marruecos no es tampoco propenso a esas iniciativas. La extracci¨®n de pescado no rebasar¨¢ su nivel de 1992, recalca el ministro Chbaatu. El espa?ol s¨®lo tiene porvenir, prosigue, 'si hace un ofrecimiento [para crear una sociedad mixta] a un marroqu¨ª, que posea una licencia para pescar, y ¨¦ste la acepta'.
Los marroqu¨ªes son adem¨¢s reacios a asociarse con los espa?oles, asegura Hassan Sentisi. 'Han tenido malas experiencias y esto se sabe', a?ade. 'Los socios espa?oles han intentado, por ejemplo, vender sus capturas a precio tirado a empresas radicadas en Espa?a que eran, a su vez, propiedad suya'. 'Esto perjudicaba a su asociado marroqu¨ª'. 'En el fondo', se lamenta, 'muchos espa?oles no buscaban un asociado, sino un hombre de paja'.
'A aquellas sociedades mixtas con licencias nadie se las va a quitar, pero no habr¨¢ nuevas licencias', vaticina este empresario que tambi¨¦n se asoci¨® con extranjeros. 'El porvenir de los espa?oles no pasa por la extracci¨®n'. 'Con o sin sociedades mixtas no se llevar¨¢n ni un pez m¨¢s'. En l¨ªnea con Sentisi, la Federaci¨®n Nacional de las Industrias Mar¨ªtimas marroqu¨ª reclama la desaparici¨®n de esas empresas.
?Entonces? 'Entonces', responde Sentisi, 'esperamos a hombres de negocios espa?oles que instalen en Marruecos industrias de transformaci¨®n de la pesca, conservera, congeladora, etc¨¦tera'. 'A ellos s¨ª les pondremos una alfombra roja cuando vengan a invertir'.
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