'Esper¨¢bamos una corrida y ha salido otra', dice El Cid
Entra Juan Cubero, subalterno de Joselito, por el centro del ¨¢rea (perd¨®n, del ruedo). El toro (que era del Bayern: fuerte, alto y con mala leche) quieto. Alza la vista el banderillero y... ?gol! La plaza entera con el Valencia (que, huelga decir, toreaba en otra plaza). Cuando el sexto toro, all¨¢ por el minuto 15 de la primera parte, tomaba el callej¨®n de chiqueros, la plaza ya se hab¨ªa rendido. En desbandada, una riada de gente enfil¨® los vomitorios rumbo a la final europea. Definitivamente, no era el d¨ªa para la divisa de Partido de Resina, para los supuestos herederos de ese hierro m¨ªtico llamado Pablo Romero.
'Esper¨¢bamos unos toros y han salido otros', dice El Cid con la pedag¨®gica intenci¨®n de resumir el signo de los tiempos. Coge el tel¨¦fono de su habitaci¨®n del hotel Luis Francisco Espl¨¢ y contesta: 'Aqu¨ª un ATS de toros, d¨ªgame'. Tambi¨¦n ¨¦l aguardaba algo diferente. 'Los que estamos metidos en esto, tenemos ilusi¨®n por determinadas corridas. A uno', habla de s¨ª mismo, 'tambi¨¦n le gusta disfrutar con los Pablo Romero. Pero no con esto'. El ¨²ltimo en dar su parecer es Joselito: 'Sal¨ªan de la muleta con la cara alta como distra¨ªdos y, adem¨¢s, se ca¨ªan. L¨®gicamente, as¨ª es muy dif¨ªcil llegar a los tendidos'.
Cara alta
Y en ¨¦sas se entretuvo la mayor parte de la tarde: los toros a una; los tendidos a otra. Sin posibilidad de acuerdo. 'Adem¨¢s ocurre una cosa. Cualquier cosa que hagas est¨¢ mal. Si toreas a media altura, como corresponde a estos toros, te dicen que bajes la mano. Y si la bajas, o se caen o no hacen caso y te dicen que no lo llevas toreado. Se crea una contradicci¨®n de la que no te escapas'. La reflexi¨®n es de Espl¨¢ y, en t¨¦rminos parecidos, si no exactamente id¨¦nticos, es suscrita por cada uno de sus compa?eros de terna.
'Para m¨ª era fundamental esta tarde', contin¨²a El Cid. 'He hecho todo lo que he podido. Incluso me he empe?ado en torear a mi primero a pesar de las protestas. ?Qu¨¦ pod¨ªa hacer? El p¨²blico ten¨ªa que ver que ven¨ªa con todas las ganas. A pesar de los toros'. El astado del que habla El Cid fue el m¨¢s protestado de cuantos bureles han pisado la arena de Las Ventas este a?o. El presidente prefiri¨® ir a lo suyo y, cuando toda la plaza esperaba el pa?uelo verde del cambio de toro, sac¨® el blanco de aqu¨ª-me-las-den-todas. Es decir, el de cambio de tercio y el toro sigue en la plaza. Lo del gol se oy¨® menos que la alusi¨®n directa a la familia del de enmedio.
'Uno siempre quiere y espera que esta divisa se mueva m¨¢s'. 'Y que no se caiga'. 'Y que embista'. Cada entrecomillado es de un torero. 'Ha sido decepcionante. Y no hablo s¨®lo por m¨ª, como torero. Yo tambi¨¦n estoy en el ajo y no me gusta ver a los pablorromeros as¨ª', a?ade Espl¨¢. Definitivamente, se esperaba otra cosa. A Cubero, de hecho, es la primera vez que le cantan un par de banderillas con un ?goool!
Babelia
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