'Servicios sociales' del Ayuntamiento
Mi carta va digida a la se?ora Beatriz Elorriaga, concejal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, a quien rogar¨ªa me aclare en este mismo diario, para que nos enteremos todos, una grave incongruencia. Pues a su predecesora, se?ora Elena Utrilla, le expuse en varios escritos pasados por el registro las graves irregularidades que se cometen en los centros de la tercera edad, y, despu¨¦s de m¨¢s de dos a?os tom¨¢ndome el pelo con evasivas no concret¨® nada, no enmend¨® nada ni solucion¨® nada. La incongruencia es la siguiente:
En el dorso de los carn¨¦s de estos centros dice: 'La presentaci¨®n de este carn¨¦ es obligatoria y permite la entrada a cualquier otro centro del Ayuntamiento de Madrid'. Esto es incongruente con lo que manifiesta meridianamente claro el apartado 2 del art¨ªculo 1? del Estatuto, que dice: 'Los centros de la tercera edad estar¨¢n abiertos a toda persona mayor de 60 a?os'. Es decir, que con mostrar el DNI es suficiente, y el escrito antes referido anula este apartado totalmente. Esta grav¨ªsima irregularidad le compete directamente a usted.
Aprovecho la ocasi¨®n para decirle que, del Estatuto actual vigente, las Juntas Directivas no cumplen ni una coma. Se lo afirmo con conocimiento de causa. Concretamente en mi centro, 'Teresa de Calcuta', en el distrito de Barajas, la c¨²pula directiva est¨¢ formada por dos matrimonios amigos, y la complementan tres personas que son vocales, incondicionales de estos matrimonios.
Estos se?ores hacen y deshacen lo que les da la gana, violando derechos divinos y humanos. El centro es un feudo de ellos, de sus amigos y de sus aduladores y ?ay de aqu¨¦l socio que se atreva a cuestionar o discrepar de estos se?ores!, porque lo condenan al silencio, al ostracismo, al averno o lo amenazan con expulsarlo arbitrariamente del centro. Practican el amiguismo, el oscurantismo total. No tienen reglamento de r¨¦gimen interior, como obliga el Estatuto, no tienen libros de actas formalizados, o si los tienen los ocultan a los socios como si fuera un secreto de Estado. La Asamblea General Ordinaria (obligatoria anualmente), la hacen forzados por un servidor, y es una parodia, una burla para los socios que no est¨¦n de acuerdo con ellos. All¨ª ni se vota nada, ni se aprueba nada, ni se puede hablar nada que les pueda molestar, ni se hace ning¨²n debate como exige el Estatuto. S¨®lo hablan ellos, autoalab¨¢ndose.
?nicamente a los socios se les permite, en ruegos y preguntas, dos minutos como m¨¢ximo, y las preguntas comprometidas no las contestan. Este precepto no se cumple en casi ning¨²n otro centro de Madrid. Este a?o, a la asamblea del 18 de abril pasado, no se me permiti¨® acudir, pues me dijeron que no me conceder¨ªan la palabra, o como m¨¢ximo un tiempo de los dos minutos antes referidos, y ten¨ªa preparadas 14 preguntas muy inc¨®modas y muy comprometidas para ellos.
Aqu¨ª, democracia y estado de derecho, nada de nada; esto es un fascismo puro y duro. A estos se?ores les interesa que los socios no conozcan, o no sepan lo que tienen derecho a saber. Nos tratan como si fu¨¦ramos ni?os o tontos. Esta asamblea es ilegal. Y todo esto, con la aquiescencia de las se?oras de los Servicios Sociales Emilia Morales y Elena Gim¨¦nez, y del concejal del distrito, se?or Serrano Gu¨ªo.
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