'En Estados Unidos quieren que seas una v¨ªctima de tu triunfo'
En sus ¨²ltimas pel¨ªculas, parecer¨ªa que Johnny Depp est¨¢ coleccionando actores espa?oles: Javier Bardem en Antes que anochezca, ahora Pen¨¦lope Cruz y Jordi Moll¨¤ en Blow y dentro de muy poco Antonio Banderas en ?rase una vez en M¨¦xico, la pr¨®xima pel¨ªcula de Robert Rodr¨ªguez. Sin embargo, lo ¨²nico que sabe decir en espa?ol es 'quiero doce ositos calientes a las doce y cinco', frase absurda que ense?¨® Moll¨¤ a este int¨¦rprete que acaba de cumplir 38 a?os, y cuya carrera tiene tanto de peculiar como de prestigio, aunque sea ese triunfo extra?o de espaldas al gran p¨²blico con pel¨ªculas como Eduardo Manostijeras, Benny and Joon, Ed Wood, Donnie Brasco o Sleepy Hollow. Como ¨¦l mismo dice de su filmograf¨ªa, 'sin que haya tenido un especial ¨¦xito en la taquilla, ha mantenido una vida propia'. Blow, basada en un personaje y hechos reales, es otra de esas pel¨ªculas. Quiz¨¢ no romper¨¢ la banca, ni aclarar¨¢ dudas sobre el narcotr¨¢fico, pero para Depp es una buena muestra del 'sue?o americano, de lo que en Estados Unidos quieren, que te conviertas en v¨ªctima de tu propio triunfo'.
Pregunta. ?Cu¨¢l fue su atracci¨®n por George Jung, el protagonista de Blow?
Respuesta. Que era una historia que no hab¨ªa sido contada antes, o al menos no hasta la saciedad como otras. Que no es de buenos y malos o en favor o en contra de la droga. Por mucho que George fuera un monstruo que introdujo la coca¨ªna de forma masiva en Estados Unidos, tambi¨¦n le veo como la v¨ªctima de lo que el sistema le hizo hacer.
P. ?Ha tenido la oportunidad de conocerle?
R. Por razones obvias, s¨®lo pudimos pasar un par de d¨ªas juntos en su casa, en la Penitenciar¨ªa Federal de Nueva York. Se te romp¨ªa el coraz¨®n. En especial cuando te hablaba de la sensaci¨®n de haber perdido a su hija.
P. Debe de ser un temor cercano ahora que ha descubierto la paternidad.
R. Siempre digo que ha sido el mayor cambio de mi vida, porque hasta ahora no creo que estuviera vivo. He vagado durante 35 a?os con esa especie de niebla delante de mis ojos de la que me han despertado Vanessa y mi peque?a Rosa. Ha sido como despertar de un largo sue?o.
P. ?Est¨¢ preparado para ver un d¨ªa a su hija fumando marihuana?
R. Con un poco de suerte, dado mi pasado y lo que he aprendido a lo largo de mi vida, le insistir¨ªa en los peligros de las drogas y sus abusos. Espero educarla lo suficientemente bien como para que sea lista y no necesite muletas para andar por la vida, que no tenga necesidad de una felicidad sint¨¦tica.
P. ?Est¨¢ a favor de la legalizaci¨®n de las drogas?
R. Creo que la bebida es mucho m¨¢s peligrosa que el consumo de la marihuana. Nunca he o¨ªdo de un accidente de coche producido por alguien fumado. La mayor iron¨ªa la presenci¨¦ cuando hace muchos a?os me invitaron a la Casa Blanca, con Reagan en el poder, y uno no pod¨ªa tomar caf¨¦ porque la cafe¨ªna era una droga, pero te dejaban beber lo que quisieras.
P. ?D¨®nde han quedado los a?os del actor pendenciero que destrozaba habitaciones de hotel?
R. Durante muchos a?os viv¨ª una etapa miserable en la que lo ¨²nico que hice fue abusar de m¨ª mismo y estar siempre enfadado.
P. Esa rabia contrasta con el bromista que describen sus compa?eros de rodaje como Jordi Moll¨¤ o Pen¨¦lope Cruz.
R. Jordi Moll¨¤ es un loco de atar y Pen¨¦lope Cruz no se queda muy lejos. Me parece incre¨ªble que exista tanta distancia entre nuestras culturas y que acabemos teniendo el mismo sentido obtuso, casi perverso, del humor. Tuve la oportunidad de hablar mucho con Jordi. Es un tipo muy especial. Un coraz¨®n que palpita. Y todo el tema de Hollywood le asusta m¨¢s all¨¢ de lo que pueda explicar.
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