Morphy 'Mozart' del tablero
Hoy se cumplen 164 a?os del nacimiento de uno de los grandes genios de la historia
Cada uno en su arte y en su siglo, Paul Morphy y Wolfang Amadeus Mozart fueron ni?os prodigio y genios de vida corta, cuya obra es inmortal. Estadounidense de antepasados espa?oles, Morphy (1837-1884) naci¨® un 22 de junio, muri¨® enfermo y olvidado, pero cre¨® numerosas partidas sublimes. En su apasionante biograf¨ªa destaca un personaje que recuerda a Antonio Salieri, el gran rival de Mozart: el brit¨¢nico Howard Staunton, de cuyo fallecimiento se cumplen, tambi¨¦n hoy, 127 a?os.
A los 20, Morphy ya era reconocido como un gran jurista en potencia, que pod¨ªa recitar de memoria casi todo el C¨®digo Civil de Luisiana y que dominaba cuatro idiomas: ingl¨¦s, franc¨¦s, espa?ol y alem¨¢n. Tambi¨¦n se le atribuye un talento especial para la m¨²sica, y sus facultades excepcionales para el ajedrez fueron evidentes desde la ni?ez, cuando causaba asombro a los amigos de la familia que visitaban su casa en Nueva Orleans.
Sin embargo, s¨®lo jug¨® partidas serias hasta los 22 a?os; despu¨¦s fue cayendo en una permanente enfermedad mental. Quiz¨¢ alg¨²n psic¨®logo valiente se atreva a conjeturar sobre cu¨¢nto hubiera cambiado su vida sin la enorme frustraci¨®n que sinti¨® por las constantes excusas de Staunton para evitar el gran duelo que los aficionados anhelaban. S¨®lo se enfrentaron dos veces, en partidas por parejas: Morphy, con Barnes, y Staunton con Owen; el estadounidense gan¨® las dos, disputadas en Londres en 1858.
A los 12 a?os, sentado sobre dos libros a modo de coj¨ªn para compensar su peque?a estatura, Morphy se qued¨® sin rivales de talla en Nueva Orleans. Muy presionado por su padre, abogado de renombre, para estudiar Derecho, el joven Paul accedi¨® a ello y as¨ª consigui¨® cierta independencia, que utiliz¨® para jugar al ajedrez cuanto pudo, en sus ratos libres. En 1857, ya graduado en la Universidad de Lausana, se convirti¨® en un ¨ªdolo nacional tras ganar el torneo de Nueva York. La Asociaci¨®n Americana de Ajedrez decidi¨® retar entonces a cualquier jugador europeo de renombre para que se desplazase a Nueva York con el fin de disputar un duelo con Morphy. Las miradas se dirig¨ªan, entre otros, a Staunton, considerado como el mejor jugador europeo hasta pocos a?os antes, y poco activo en ese momento porque dedicaba la mayor parte de su tiempo al estudio de la obra de Shakespeare.
Staunton contest¨® al desaf¨ªo en su columna del ‘Illustrated London News’ el 3 de abril de 1858: "Si el se?or Morphy -cuyo talento nos merece la m¨¢s sentida admiraci¨®n- desea medir sus espuelas con las de la caballer¨ªa europea, podr¨¢ aprovechar su proyectada visita [a Europa] el pr¨®ximo a?o para encontrarse con los campeones de este pa¨ªs, de Francia, de Alemania y de Rusia, deseosos de probar y honorar sus haza?as". Pod¨ªa deducirse que el duelo entre ambos llegar¨ªa m¨¢s temprano que tarde, pero nunca se celebr¨®.
Ya en Londres, Morphy frecuent¨® dos clubes: el Divan, que a¨²n existe en pleno centro de la capital brit¨¢nica bajo el nombre de Simpson’s, y el Saint Georges, donde se encontr¨® por primera vez con Staunton, quien siempre encontraba alguna excusa para dilatar el duelo. Mientras el largo intercambio epistolar entre ambos se iba convirtiendo en exasperante, Morphy se enfrent¨® y venci¨® a los dem¨¢s ajedrecistas europeos de renombre, y dio inolvidables exhibiciones de partidas simult¨¢neas a ciegas. Nadie dudaba de que ¨¦l era el mejor del mundo, pero Morphy se sent¨ªa muy frustrado por las negativas de Staunton. Ah¨ª acabaron sus d¨ªas felices: muy presionado por su familia, volvi¨® a EEUU y comenz¨® a mostrar s¨ªntomas de enfermedad mental.
A partir de ah¨ª, el proceso es muy triste: sufre man¨ªa persecutoria, se vuelve muy agresivo en ocasiones y se niega a hablar de ajedrez. Muere de un ataque de apoplej¨ªa a los 47 a?os. Entonces nace la pol¨¦mica interminable sobre su estilo de juego y su aportaci¨®n al ajedrez, dado que apenas tuvo rivales de su talla. Pero, como indica su mejor bi¨®grafo, Sergeant, "por encima de todo, Morphy era un artista. Y la mejor manera de disfrutar de un artista es no diseccionarlo". Millones de aficionados disfrutan hoy de su obra, y algunos lo hacen mientras escuchan la m¨²sica de Mozart.
LA PARTIDA DEL D?A
Blancas: Staunton. Negras: Morphy. Londres 1858.
Hoy apenas se ven partidas como esta. El ataque es lo ¨²nico que importa. Morphy, precursor del ajedrez moderno, permite que Staunton le embista, encierra su dama, y contraataca con elegancia y precisi¨®n.
1 e4 e5 2 Cf3 d6 3 d4 f5 4 dxe5 fxe4 5 Cg5 d5 6 e6 Ch6 7 Cc3 c6 8 Cgxe4 dxe4 9 Dh5+ g6 10 De5 Tg8 11 Axh6 Axh6 12 Td1 Dg5 13 Dc7 Axe6 14 Dxb7 e3 15 f3 De7 16 Dxa8 Rf7 17 Ce4 Af4 18 Ae2 Rg7 19 0-0 Dc7 20 Cc5 Axh2+ 21 Rh1 Ac8 22 Td4 Ag3 23 Te4 Rh8 24 Td1 Dg7 25 Th4 Axh4 26 Dxb8 Aa6 27 Dh2 Axe2 28 Td7 Dh6 29 Ce4 Ac4 30 Cf6 e2 31 Te7 Dc1+ 32 Dg1 Dxg1+ 33 Rxg1 e1D+ 34 Txe1 Axe1, y Staunton se rindi¨®.
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