Un estudiante espa?ol muestra que puede existir un oc¨¦ano en una luna de J¨²piter

'Con este trabajo, Ruiz ha dado un gran salto, muy pocas veces intentado, en los modelos planetarios', dice como elogio Kristin Bennett, especialista en modelos planetarios del Laboratorio Nacional Los ?lamos (EE UU) en la revista al comentar el trabajo de este reci¨¦n licenciado.

Ruiz tiene 36 a?os y explic¨® ayer a este peri¨®dico que no es que haya tardado mucho en hacer la carrera sino que empez¨® sus estudios cient¨ªficos formales bastante tarde, aunque la ciencia le ha interesado siempre. La relativa tardanza no ha impedido que ya tenga varios trabajos publicados, en solitario y en colaboraci¨®n, en revistas de prestigio como Journal of Geophysical Research.

Un profesor suyo comenta que Ruiz posee una gran habilidad para las matem¨¢ticas, que se traduce en una sobresaliente capacidad de cuantificaci¨®n con el consiguiente resultado en forma de modelos. Ahora, este geof¨ªsico debe decidir el tema de su tesis -'no lo tengo claro todav¨ªa', afirma- para empezarla el curso que viene en la misma universidad en que se ha licenciado.

Anomal¨ªas

Hace unos tres a?os, un instrumento a bordo de la nave Galileo, en ¨®rbita de J¨²piter, detect¨® anomal¨ªas en los campos magn¨¦ticos de las lunas Europa y Calisto. En ambos casos estas anomal¨ªas se podr¨ªan explicar por la existencia de un oc¨¦ano de agua salada bajo la superficie helada, pero los modelos no permit¨ªan esto en Calisto (en Europa la situaci¨®n es distinta).

'Los modelos cl¨¢sicos antiguos dec¨ªan que no pod¨ªa haber un oc¨¦ano porque se tendr¨ªa que haber congelado hace mucho tiempo', explica Ruiz, y a?ade que su estudio ser¨ªa aplicable tambi¨¦n a otros sat¨¦lites. Bennett est¨¢ de acuerdo y cree que el trabajo va a suponer la reforma de los modelos t¨¦rmicos y estructurales de al menos las 14 lunas de mayor tama?o de J¨²piter.

En realidad, el trabajo de este cient¨ªfico versa sobre las propiedades del hielo de agua, una sustancia muy interesante, lo mismo que el agua en otras fases. Existen, por ejemplo, 12 estructuras cristalogr¨¢ficas diferentes y dos amorfas conocidas de hielo y el agua est¨¢ considerada como una de las mol¨¦culas m¨¢s complicadas de las existentes en el Sistema Solar.

'En el modelo newtoniano la viscosidad depende en el hielo ¨²nicamente de la temperatura', comenta. 'En laboratorio se ha visto que tambi¨¦n depende de los esfuerzos a que est¨¢ sometido el hielo, como la presi¨®n. Lo que he hecho es aplicar esto al hielo de Calisto y ver que efectivamente la corteza externa no experimenta convecci¨®n y no tiene por qu¨¦ haberse congelado el oc¨¦ano que existiera all¨ª'.

Cuatro lunas

De las cuatro grandes lunas de J¨²piter -Io, Europa, Gan¨ªmedes y Calisto-, esta ¨²ltima, de un tama?o equivalente al del planeta Mercurio, ha sido hasta recientemente considerada la menos interesante, comenta Bennett. Calisto, que parece un cuerpo muerto, con su superficie helada plagada de cr¨¢teres, se supon¨ªa que es una esfera s¨®lida de roca y hielo, sin el n¨²cleo met¨¢lico que tienen las otras tres lunas. Esto puede cambiar ahora que Ruiz ha demostrado que si se tienen en cuenta las propiedades del hielo en condiciones diversas, puede existir un oc¨¦ano de unos 20 kil¨®metros de profundidad a unos 150 kil¨®metros de la superficie.

Ruiz firma en solitario el art¨ªculo en el que hace p¨²blico su modelo, pero explica que no tiene nada en contra de la colaboraci¨®n en ciencia -ahora m¨¢s habitual que el individualismo-: 'Lo hice solo porque surgi¨® as¨ª, se me ocurri¨® y todo fue muy r¨¢pido'. Su trabajo siguiente, el que est¨¢ m¨¢s pr¨®ximo a la publicaci¨®n, tiene un escenario mucho m¨¢s cercano que Calisto, ya que trata sobre la litosfera del Sistema Central en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica.