El coste de la revoluci¨®n biom¨¦dica

La investigaci¨®n con c¨¦lulas madre embrionarias va a requerir, seg¨²n declaraba recientemente a este diario Juan Carlos Izpis¨²a Belmonte, del Instututo Salk de San Diego, en California, 'enormes cantidades de dinero'. Sobre todo para poner a punto plataformas cient¨ªficas y tecnol¨®gicas que permitan controlar la transformaci¨®n de una c¨¦lula madre en un tejido concreto y preciso. 'Hay que comprobar c¨®mo la activaci¨®n o supresi¨®n de un gen afectar¨¢ a la c¨¦lula madre', se?alaba el investigador espa?ol. Este trabajo hay que repetirlo 'infinidad de veces'.

Pero con eso no basta. Los laboratorios, p¨²blicos o privados, deber¨¢n emplear para sus investigaciones 'miles de c¨¦lulas madre'. Para su obtenci¨®n van a ser necesarias aut¨¦nticas plantas industriales. ?ste, precisamente, va a ser uno de los negocios de las emergentes firmas de biotecnolog¨ªa que, como la espa?ola Izasa-Il-Biokit, parece dispuesta a invertir para convertirse en un proveedor de material biol¨®gico. En este caso, para el Instituto Salk, con el que recientemente ha alcanzado un acuerdo de colaboraci¨®n para la obtenci¨®n de c¨¦lulas card¨ªacas a partir de c¨¦lulas madre embrionarias.

No obstante, y para buena parte de las denominadas biotecs, el negocio no parece tan claro. Seg¨²n desvelaba recientemente el semanario Business Week, las p¨¦rdidas de las empresas del sector oscilan entre un 20% y un 50%. Incluso para Geron, la compa?¨ªa que ostenta los derechos de uso de las patentes de la Universidad de Wisconsin, donde se desarrollaron las primeras c¨¦lulas madre humanas, el balance es negativo. Seg¨²n la citada revista econ¨®mica, las p¨¦rdidas cuadruplican a las ganancias.

Las grandes compa?¨ªas del sector farmac¨¦utico apenas han mostrado inter¨¦s por invertir. Y si lo han hecho, se han guardado bien de decirlo. Cualquier investigaci¨®n de punta en ese sector cuesta decenas de miles de millones de pesetas y un periodo de 10 o 15 a?os.